viernes, 1 de enero de 2016

DESPUÉS DE LA JUERGA, LA RESACA.


Como si nada hubiera pasado, aquí estamos otra vez, dispuestos a torear el nuevo año. Aunque las banderillas nos las pondrá él a nosotros, y a poco que nos descuidemos, hasta nos pinchará el estoque. En  cuanto a los buenos deseos, unos se agotaron en la fiesta, y los que quedaron,  se guardan hasta las próximas navidades.

Pero nosotros  hemos hecho lo que hemos podido, montando una gran fiesta con nuestros mejores deseos, ahora es el destino y la suerte  quienes tienen la última palabra. Y estoy seguro  que ya le habrán encargado el 2016 que nos trate bien, siquiera durante su mandato.


Veremos que nos trae “el bisiesto” Esperemos que eso de su mala prensa solo sean exageración de historiadores suspicaces y poco informados.  Y si no…, seguiremos soñando.

5 comentarios:

  1. Hola . Seguro que podremos seguir soñando. Y esto es lo más importante. Seguir soñando. Feliz año2016

    ResponderEliminar
  2. Pues, soñemos que este año 2016 se va a portar muy bien con nosotros, y no es suficiente eso de que "nos quedemos como estamos", mucho mejor sería poder retroceder en el tiempo aunque volvamos a pasar las mismas pena que ya hemos pasado. Pero sería tan bonito ser joven dos veces !
    Te deseo un bonito 2016.
    Isa, un abrazo.

    ResponderEliminar
  3. Comparto tu misma opinión. Volver a ser joven.
    Suelo soñar que soy joven y me encuentro en situaciones en que a veces sí pero otras ves no, vuelvo a ser joven y hasta disfruto conducir algunos de los automóviles que tuve. Otras veces sueño con algunas de mis novias a las que hice disfrutar sin quedarme atrás. Pero son solo eso......sueños.
    Celebro que comiences el año con buenas intenciones, dándonos ejemplo, a más de uno, de ánimos y sueños.
    Un abrazo, amigo Diego.

    ResponderEliminar
  4. Este comentario ha sido eliminado por el autor.

    ResponderEliminar
  5. Bueno, hemos de estar contentos por todo lo vivido, por los recuerdos acumulados, por todas las historias que tenemos para contar, y por la capacidad de poder seguir soñando. Aunque el cuerpo no responda siguen vivos los deseos.
    Juan Conejo López, un abrazo.

    ResponderEliminar