DON
BENITO. Del recuerdo surgen los modestos y entrañables cafetines en la Plaza de
Abastos y calles cercanas, calentado la
mañana con su café de puchero y copas de licores de marcas y de garrafón. En la
memoria de los que los conocimos, un homenaje
al recuerdo de aquellos sufridos y
pacientes camareros amigos. Principios de los 80.
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ResponderEliminarY todavía sobrevive alguno de estos locales, con clientes tempraneros desde las seis de la mañana.
ResponderEliminarUn saludo muy cordial, D. Diego.
Es verdad, todavía sobrevive algún cafetín, pero con clientes viejos y costumbres de otros tiempos.
ResponderEliminarEl villano en su rincón, un abrazo.