Me senté en el sofá y me quedé dormido. Soñé
que paseaba por la calle, que corría por la playa, que fotografiaba paisajes
con ríos y castillos; que veía moverse la tierra desde un paracaídas. Que
escribía papeles a mano y con letra firme. Que mantenía encendidos debates
sobre política y economía. Bebía champán en copa mirando el cielo, de pie y
apoyado en la barra de un bar. Movía las piernas al ritmo de la música. Soñé…,
lo que sueñan los niños, los enamorados, los desesperados o los ilusos. Sueños
imposibles. Esos que de tanto desear, sueñas que la realidad son los sueños, y
no el día a día con el que se va consumiendo, sorbo a sorbo, la vida. Esos, que
cuando se despierta empieza la pesadilla. Y que no se puede alejar ni aún
abriendo los ojos. Es despertar a la realidad que nos rodea.
Desperté, todavía
envuelto en la nube del sueño. Y entre la espesura de esa nube, vi a mí lado
una silla de ruedas, que en un primer momento no reconocí como mía, aunque
tampoco me atreví a preguntarme de quien podía ser. Luego se fue haciendo la
luz en mi cerebro y, en un principio con
algo de amargura, me reconocí como su propietario. Y ya no sentí amargura ni
pena, quizás solo un poco de resignación e impotencia por las especiales
circunstancia en las que me había tocado vivir. Este era mí destino y no estaba
en mí mano, ni era suficiente mí voluntad para cambiarlo. Sin embargo, cuesta
acostumbrarse a vivir diferente y con muchos y grandes problemas. Pero…,
también en una silla de ruedas se puede ser feliz, aunque sea menos tiempo y a
ratos más cortos.
En casa voy en silla
de ruedas y por la calle en un descapotable que circulas por las aceras, sube y
baja bordillos y alguna vez da con los huesos de su conductor en el suelo. Y a
pesar de pequeños percances, le tengo mucho cariño a mi vieja y achacosa silla
de ruedas. Y me gusta arrastrar con la fuerza de mis brazos su peso y el mío, y
pasear por la calle viendo escaparates y contándome historias, de esas que solo
sabe uno.
Y siempre me
pregunto, ¿cómo me verá el niño que me mira desde su cochecito?