La súplica en la
mirada.
No importa la cara
del indigente, importa la pobreza y lo que grita el letrero. Y aunque esta es
una imagen de hace muchos años, hoy tiene el mismo semblante la miseria. Y
aunque se vean por la calle muchas escenas como esta, de tantas personas en esa
situación extrema, nunca acabaremos de acostumbrarnos. Y no se soluciona
mirando para otro lado, ni pasando lejos del hombre. Su presencia es la
conciencia del sistema y de los que viven en la abundancia ¿Es la solidaridad
proporcional a lo que se tiene? Creo que ni siquiera lo es a lo que sobra. Hay quien vive en la opulencia y no reparte ni
las migajas. Y haciendo alardes de dinero, hablará de solidaridad y justicia
social para que la practiquen los que menos tienen.
Se encoge el corazón
al pensar que un día el pobre del letrero que pide en la calle, puede ser
cualquiera de nosotros. Y con un cartel que diga: VICTIMA DEL SISTEMA, PIDO UNA
AYUDA.