domingo, 16 de febrero de 2020

LA SEGURIDAD



DON BENITO. Desde el recuerdo de los años 70, vigilancia en la ciudad y también en el campo.

2 comentarios:

  1. Nunca supe si era cierta la leyenda de los perdigonazos que endilgaban los guardas rurales con cartuchos cargados de sal. El caso es que su temor nos hizo respetar a más de un mozalbete los higos o las uvas de predios ajenos.

    Un saludo muy cordial, D. Diego.

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    1. Yo creo que es una leyenda urbana sobre todo cuando el arma reglamentaria era una carabina del 9 largo como se ve en la foto por lo que lo de los perdigones de sal eran inviables

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