Observo que en este blog tienen asiduidad las entradas sobre el edificio de Procasa. Viene a ser lógico, pues creo que fue el único bloque de pisos aislado durante muchos años. Un saludo muy cordial, D. Diego ¡y haga caso a un comentarista reciente y tómese unas vacaciones, por Dios!
Las vacaciones, el cambio de aires, cambio de rutina, además de venirnos muy bien, lo creo imprescindible. Ánimo D. Diego, descanse unos días. Notaremos su ausencia, pero nos aguantaremos. Saludos.
Es normal que salga mucho en las fotos el edificio de Procasa, entonces era uno de los más altos, estaba en un descampado y en un zona que ha sufrido muchos cambios. El villano en su rincón, un abrazo.
A esta altura de mi vida, soy feliz sacando adelante sencillos proyectos, para los que me estoy quedándo sin tiempo. La verdad que la rutina cansa, pero, yo al menos, soy libre, y quizás esa libertad, sean mis vacaciones. Pedro, un saludo.
Observo que en este blog tienen asiduidad las entradas sobre el edificio de Procasa. Viene a ser lógico, pues creo que fue el único bloque de pisos aislado durante muchos años. Un saludo muy cordial, D. Diego ¡y haga caso a un comentarista reciente y tómese unas vacaciones, por Dios!
ResponderEliminarLas vacaciones, el cambio de aires, cambio de rutina, además de venirnos muy bien, lo creo imprescindible. Ánimo D. Diego, descanse unos días. Notaremos su ausencia, pero nos aguantaremos. Saludos.
ResponderEliminarEs normal que salga mucho en las fotos el edificio de Procasa, entonces era uno de los más altos, estaba en un descampado y en un zona que ha sufrido muchos cambios.
ResponderEliminarEl villano en su rincón, un abrazo.
A esta altura de mi vida, soy feliz sacando adelante sencillos proyectos, para los que me estoy quedándo sin tiempo. La verdad que la rutina cansa, pero, yo al menos, soy libre, y quizás esa libertad, sean mis vacaciones.
ResponderEliminarPedro, un saludo.