Qué tiempos. Hasta gallinas metían en el compartimento de equipajes.
Y el mejor momento era cuando la señora que ocupaba el asiento de al lado, te ofrecía perrunillas de las que llevaba metidas en una caja de zapatos... y que había que aceptar para que no pareciese menosprecio.
Un saludo muy codial, D. Diego, y buen fin de semana (y de mes).
Qué tiempos. Hasta gallinas metían en el compartimento de equipajes.
ResponderEliminarY el mejor momento era cuando la señora que ocupaba el asiento de al lado, te ofrecía perrunillas de las que llevaba metidas en una caja de zapatos... y que había que aceptar para que no pareciese menosprecio.
Un saludo muy codial, D. Diego, y buen fin de semana (y de mes).