Veo como avanza, día
a día, mi deterioro físico. Como cada día que pasa puedo valerme menos de mí
mismo. Trato de disimular y hacerme el valiente, pero no soy yo el que se va
rindiendo poco a poco, es la enfermedad la que va ganando la batalla. Y no es
suficiente la voluntad ni las ganas de vivir, es la hora de ser realista y
dejar de engañarse. Ese temido momento tenía que llegar, estaba al acecho, y ya
casi me tiene atrapado ¿Cuánto tardará en devorarme? En esta situación, la
muerte es la liberación y la vida el castigo. Sin embargo, muy grande tiene que
ser el sufrimiento para desear desaparecer de la vida, y se aferra uno a ella
hasta beber la última gota del cáliz del dolor y de la existencia.
La razón no difumina
la realidad para que sea más llevadera. Uno puede ser feliz, sí, pero cuando
duerme. La mente contempla con impotente rabia mi incapacidad para realizar las
tareas más sencillas, las cosas más simples. Y todo ello teniendo un cuerpo
perfecto, sin deformidades. Sólo viejo y con muchas neuronas muertas. Pero
puedo desear las cosas con el mismo ardor que los jóvenes, y con tanta ilusión,
o más, que ellos, y, sin embargo, mi cuerpo no esta para competiciones.
Sentado en mi silla
de ruedas, con los brazos apoyados en la mesa de trabajo, la mano derecha cogida
con la mano izquierda, y con un dedo le voy dando a las teclas del ordenador. Equivocación y vuelta a empezar. Y así me
pasos las horas, intentando que no disminuya el ritmo, porque si disminuyera,
para mí sería un fracaso. Sería admitir que estoy derrotado. Quizás lo estoy y
me niego a verlo. Alguna vez, cuando el ánimo esta más decaído, me hago esta
reflexión. Y sigo escribiendo, ya que dejar de hacerlo es reconocer que estoy derrotado.
Nunca sabremos que
nos depara el destino. Cuál y cómo será nuestro final, entonces, ¿para qué
adelantar sufrimientos? De todas formas,
lo que este por llegar llegará, aunque nunca sepamos cómo ni cuando.
Para no arrepentirme de lo escrito, le doy a publicar sin leerlo. Porque un mal momento lo tiene cualquiera.
Besos.
ResponderEliminarMadre mia! Vaya escrito mas conmovedor. Solo puedo decirte mucho ánimo y no dejes de escribir nunca.
ResponderEliminarBesos.
Animo Diego. Cada golpe de tecla que sumas a un escrito es un impulso nuevo de moral, un paso más en la vida, una nueva victoria en la larga guerra que afrontamos al nacer. Cada pulso costoso transformado en letra; es un nuevo éxito en tu diario devenir. Por favor, no te rindas ni desesperes y sigue ganándole pequeñas batallas al infortunio. Te harás más fuerte. Más todavía.
ResponderEliminarAmigo Diego, veo que hoy tienes la moral por los suelos, y eso no es lo tuyo. Comprendo que, como todo mortal, de vez en cuando, tengas un “bajón”; pero eso se pasa con un buen trago de optimismo. De ese que tú conservas en barrica de roble, envejecido, como el buen vino.
ResponderEliminarTodos llevamos a cuesta nuestras propias miserias, nuestras imperfecciones, nuestras debilidades… Es el tiempo que nos erosiona, y con más poder, cuanto más blandos nos ponemos, cuanto más envejecemos…
A veces nos hundimos inevitablemente en la oscuridad del desánimo causándonos un sufrimiento innecesario y haciendo sufrir a los nuestros gratuitamente.
Vivir con alegría el momento que Dios nos da, hace que desaparezca de nuestra mente ese sentimiento desmoralizante, y es entonces cuando nace en nuestro interior la PAZ. Y es eso lo que debemos transmitirle a los nuestros y compartir con cuantos nos rodean.
Amigo Diego, siempre admiré tu fortaleza, tu capacidad de superación… y, cómo no, tu laborioso trabajo. Sé cuanto te cuesta todo y con cuanta ilusión lo haces. Piensa que muchos somos los que estamos expectantes, hacia las ocho de la tarde, para ver con qué nos sorprende el artista que llevas dentro.
¡Ánimo, Diego! “Carpe diem”
Fidel
Todos tenemos un bajón de vez en cuando, y si escribiendo esto te has sentido mejor, pues bien hecho está, hay que hacer lo que dice el corazón.
ResponderEliminarEres muy fuerte, un luchador y un ejemplo, y mientras haya ganas e ilusión hay que seguir para adelante. Y como dice Fidel, vive el momento, es lo que tenemos todos, momentos y en nuestras manos está el hacerlos buenos, y tú puedes.
Abrazos a montones apretaos y muchos besos Disan.
Hola Disancor. Bueno, todos en algún momento nos sentimos derrotados. Cada golpe de tecla es una ilusión, una forma de ayudar a otras personas a superar sus miedos. Seguro que esto también pasará. Todos tenemos bajones en distintas etapas de nuestras vidas, aunque esté uno/una sana/o tiene bajones porque la vida funciona con las estaciones y sobre todo cuando hay menos luz, tenemos más posibilidades de dar bajón emocional. Ánimo que tu puedes superarlo. No importa el tiempo que le dediquemos a cada entrada, sino, las ganas que ponemos y el resultado. Tu escrito te ha quedado muy bien y no es el de ninguna persona derrotada, sino, el de una persona con montones de ilusiones y esperanzas. Graciassssssssssss por compartirlo.
ResponderEliminarSaludos y abrazos fuertesssssssssssssss
Creo que lo mejor es vivir el día a día. El futuro ya irá llegando. Lo más importante es el día a día.
ResponderEliminarMás abrazosssssssssssssssssssss
No dejes de escribir. Esa tecla y la otra van sumando palabras que te ayudan a deahogarte, Es una catarsis que te ayuda a largar el dolor. Un abrazo fuerte.
ResponderEliminarmariarosa
Hola amigo Diego.
ResponderEliminarUna vez más me rindo ante tu forma de escribir. Y te envidio.
Este artículo pasará como otros muchos al blog en el que recopilo tus escritos.
Un abrazo.
ResponderEliminarEs una alegría tenerte hoy aquí. Visito de vez en cuando tu blog, pero debido a mis dificultades para escribir, nunca dejo constancia de mi presencia. Por lo que te pido disculpas.
Amapola Azzul, un beso.
Tal vez el escrito sea conmovedor por decir las cosas como las estoy sufriendo. sin correcciones ni retoques, aunque académicamente esté muy lejos de ser una redacción perfecta. Gracias por tu comprensión.
ResponderEliminarRafaela, un beso.
La verdad que gracias al ánimo que me dais personas como tú, sigo luchando con el teclado del ordenador. No es fácil, y en mi afán de no darme por vencido probé de escribir con un programa de voz, pero como también tengo problemas de voz, lo volvía loco.
ResponderEliminarJosé Manuel Gómez Flores, un saludo.
Lo cierto es que no suelo desmoralizarme muy a menudo, sin embargo, es inevitable que una persona con tantos problemas de discapacidad como yo y tan reacio a darse por vencido, sufra crisis de desánimo. Gracias que me duran poco, y retomo la tarea como si nada hubiera pasado.
ResponderEliminarFidel, un brazo.
ResponderEliminarSólo por leer palabras tan sinceras y bonitas de ánimo, bien merece la pena de quejarse de cuando en cuando. La verdad que no soy tan valiente como parezco, y también yo necesito un empujoncito para seguir luchando. El optimismo me viene de seguidores como tú.
.ion-laos, un abrazo
ResponderEliminarBueno, ilusiones no me faltan, proyectos tampoco, la razón me dice que demasiados para el poco tiempo que me va quedando. Sé que es la lógica de la vida, ¡pero cuesta tanto acostumbrarse! Al final tenemos la sensación que como los malos estudiantes, lo dejamos todo para última hora.
Como siempre, gracias por tus buenos deseos.
Isa, un abrazo.
Es verdad, escribir es un desahogo ordenado de lo que uno piensa, de conocerse uno un poquito mejor y también a la gente y sus sueños y necesidades, hasta somos más comprensivos y solidarios. Entre palabra y palabra nos hacemos reflexiones que de otra forma nunca nos haríamos.
ResponderEliminarMaría Rosa, un abrazo.
Para mi es una alegría saber que en tu blog tiene cabida mis historias, sueños y reflexiones. Me gustaría seguir escribiendo como al principio, pero ya apenas si puedo poner el texto de las fotos. De todas formas, no dejaré de intentarlo, Al menos, espero que la vejez me permita ver las cosas tan claras como hasta ahora.
ResponderEliminarJuan Conejo López, un abrazo.
Diego, leyendo el texto veo que tienes las principales neuronas muy vitales y saltarinas. Admiro el talento, sentido común y voluntad que derrochas. Te leo y veo a diario. Un fuerte abrazo.
ResponderEliminarCercano y auténtico, así te siento.Ánimo. Un abrazo.
ResponderEliminarDiego no te rindas que hay mucha gente que lo primero que hace cuando entra en internet es ver si hay una nueva entrada en tu blog. Un abrazo
ResponderEliminarGracias por tener tan buen concepto de mí, mi ánimo, mi voluntad y mis capacidades. Pero no soy un genio, no creas, sin embargo, cuando me dicen que os hace feliz el contenido de CACHOS DE VIDA, me ánimo, y por nada del mundo quisiera defraudaros.
ResponderEliminarDiego, un abrazo.
Bueno, con que el contenido de mis publicaciones provoque algún feliz sentimiento, me doy por dichoso y contento. Porque, de verdad, agradezco muy sinceramente vuestro apoyo y buenos deseos.
ResponderEliminarMara, un abrazo.
Procuraré que todavía durante el tiempo que me permita la enfermedad y la vejez, no falten las publicaciones en CACHOS DE VIDA, lo demás solo es una poquita de voluntad y vuestras amables palabras.
ResponderEliminarrko, un abrazo.
Ánimo, amigo. No hay mal que cien años dure, ya se pasarán estos malos momentos. Un abrazo.
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