Desde
su tranquilo medio de transporte, el
hombre echa una última mirada de cariño a su pueblo en la seguridad de
encontrarlo allí en la sierra, entre sereno y orgulloso, a su regreso. Esta imagen la captó el objetivo de mi cámara
hace más de cuarenta años.
Diego, esta es de premio. Un abrazo y enhorabuena.
ResponderEliminarPara los que vivimos aquellos tiempos, son imágenes de entrañables recuerdos. Ahora todo es más cómodo y bonito, pero menos humano.
ResponderEliminarAntorelo, un abrazo.
Una fotografía bellísima Diego. Pura poesía que no te cansas de contemplar. Enhorabuena y gracias por seguir sorprendiéndonos con estas maravillas.
ResponderEliminarLa verdad que hombre, burro y pueblo forman una bonita estampa de lo que era nuestra Extremadura. Gracias por tu amable comentario
ResponderEliminarAnónimo, un saludo.
¡Qué maravilla! Es entrañable, me trae muchos y buenos recuerdos. Felices Fiestas.
ResponderEliminarExtraordinaria fotografía.Enhorabuena.
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