Ayer tarde estuve en un centro comercial, hipermercado o una de esas grandes superficies donde se vende todo, menos medicinas, ataúdes y coronas de muertos. Pero todo llegará, estoy seguro. A la vista de la afluencia de público, y con la alegría que llenaban los carritos, pensé un momento en la crisis. Fue nada, un momento, un descuido. Mirando las compras, no había motivos para preocuparse. Sin embargo, el semblante de la gente, estaba como nublado. Con muchas arrugas y muy serios. Pensé que, tal vez, la alegría se quedaba fuera esperando en la entrada. Lo importante era el sobre de la nómina, los restos de las ayudas o la hucha del niño. Al fin y al cabo es bonito ver a la familia unida empujando el carrito con la compra y algún niño medio dormido dentro, que puede ser que en un descuido la cajera le busque el código de barra para cobrarlo. Porque lo controlan todo en las cerca de las treinta cajas que estuve observando, y viendo como los dedos de las cajeras echaban chispas apretando botones de las máquinas registradoras. Arriba, en el techo, en las paredes y por todas partes ojos de cristal pendientes del más mínimo detalle. Guardias uniformados, hombres trajeados, chicas con patines y carteles de muchos colores colgando o descansando en las estanterías.
Es riada de compradores en movimiento. En frenética actividad, con los ojos desencajados mirando a todos los lados. Cogiendo y soltando artículos, tomándoles el peso y la textura y mirando el precio del siempre pago al contado, o más bien pensando si le quedaría bastante dinero para comprar el pan al día siguiente en la tienda del barrio. Aunque no importa, se compra fiado. Como se compraba en esas otras que hoy tienen el cartel de se alquila, se vende o se traspasa.
Es el precio que hay que pagarle al progreso. El dinero de los trabajadores, parados y demás consumidores acaba engordando beneficios de bancos extranjeros.
Hola Disancor, sí tienes razón, pero es así, lo que vende es ir a un gran supermercado que tienen de todo. Y no pensamos que seguro es una tienda de otro país. Que conste que no estoy en contra de los grandes almacenes. Pero sí hay que reconocer, que se han comido muchas tiendecitas de barrios. Y sí los grandes supermercados tienen de todo, pero no tiene la cordialidad de la tienda del barrio. La tienda del barrio es más humanitaria, seguro la señora o señor que la regenta nos fía, pide a un gran súper que te fie, que dentro de una semana le pagas los garbanzos o el pollo. Seguro que te quedas sin comer ese día. A demás en los súper tenemos que cogerlo todo nosotros, y las cosas más económicas están o más altas o hay que agacharse hasta el suelo.
ResponderEliminarEn fin que la vida es así que para que unos suban, otros tienen que perder. Y en este caso les ha tocado a las tiendas de barrio, o tiendas familiares.
Me imagino que las miradas y sonrisas de las personas paradas en cualquier comercio, serán de impotencia por lo que les está pasando.
Besos
Hola Disancor :Esta tarde me he movido por tu blog. Un poco por la curiosidad de conocerte. Un mucho porque quería escribir un poema y llevo un buen rato con las musas ausentes (estas cosas pasan).
ResponderEliminarBueno, pues que ahora sé algo más de ti. Sé de tu enfermedad, de tus dificultades para comunicarte, para moverte sin obstáculos, sé del cambio que experimenta Don Benito, sé de tu guerra en Sidi Ifni, de tus años, de tus vacaciones,de tus recuerdos de seres queridos, de tu vida y tu buen hacer fotográfico,...
Sinceramente pienso que eres una persona muy positiva (aunque haya momentos de bajón), digna de tener en cuenta y que tiene mucho que decir y del que se puede aprender . Admirable tu día a día para escribir y todo lo demás.
Detrás de cada hombre hay una historia. ¿Sueños rotos? De esos hemos tenido todos. Pero el coraje y las ganas de seguir adelante ante las adversidades son propias de valientes.
Y tú lo eres y también muy humano.
Seguiré visitando tu blog. Yo cuelgo menos a menudo pero intento no abandonarlo.
Un abrazo de Mos desde su orilla.
Mi madre tuvo una de esas tienditas. Hasta claro, cuando llegaron las grandes superficies.
ResponderEliminarSi lo piensas, lo que tú describes es la versión moderna de la caza del tigre, sólo que en la prehistoria no había banqueros que se quedaran con la mejor tajada.
ResponderEliminarCada vez llevo peor hacer la compra, no sé si porque no me llega o porque me agobia el tiempo que se pasa en la cola.
Un abrazo.
¡Que Razón tienes Disancor, sobre todo en la conclusión final; a veces el Progreso no va acompañado precisamente de Bienestar Social para Todos/as y especialmente para los más vulnerables, pero ¿quíen mira por el Bienestar Social y sobre todo por las Personas? desde luego el Capitalismo Neoliberal no lo hace, eso por descontado...Mejor sería volver a la peseta y a la pequeña tienda del barrio, por cierto a mí en la tienda donde compro muchas de las cosas que es al mismo tiempo Herbolario, me conocen lo bastante como para fiarme si me falta dinero, pero en las grandes superficies no creo que me fiaran si me llega a faltar siquiera un Euro.
ResponderEliminarAbrazos Disancor
Han llegado a todos lados, hasta en las pequeñas ciudades de mi provincia te encuentras con los hiper. Es así, el progreso que avanza....y nos lleva por delante.
ResponderEliminarmariarosa
Veamos, como te lo digo sin que suene malsonante,...NO SOPORTO LOS CENTROS COMERCIALES!!!!
ResponderEliminarNo entro en esa vorágine del todo quiero, todo compro, no entro en esa sociedad del plástico. A veces pienso que soy un bicho raro, oigo a mis compañeras del trabajo, a mis seres cercanos: "quedamos en..." Lo siento, prefiero quedar en un parque, prefiero seguir comprando en la tienda de cerca de casa, en el super de siempre.
Y menos los soporto en las fechas que pronto se acercan. No comulgo con el consumismo, esa locura humana que nos ha dado por coleccionar de todo aún por encima de nuestras posibilidades.
Creo que únicamente los piso si voy al cine, o por algo ineludible.
Por cierto, por si no lo lees, con respecto al comentario que me dejaste, no puedo estar más de acuerdo contigo, no puedo entender a las mujeres que sucumben a las jaquecas constantemente, je,je,je.
¿Tengo una curiosidad? ¿Disancor es nombre real?
No me contestes si no quieres, aunque sabrás que me matarás de la curiosidad.
Un fuerte abrazo y el beso lo guardo.
La pena es que ese es el progreso, el vil metal...
ResponderEliminarBesicos
Todavía con la "resaca de la alegría" por los 33 de Copiapó, 33 con un par: Si te sumo a tí,
ResponderEliminarya serían "34 con un par" pq sabes como ellos enfrentarte a las muletas de la vida, y torearla como pocos.., te diré q has relatado una verdad como un templo de forma original, como sólo tú sabes hacerlo (Me ha encantado, la frase: Ojos de cristal! y La alegría, quizás está esperando fuera!!)
No soy amiga de hiper´s ni de centros comerciales, pq es entrar allí e invadirme un ahogo q no puedo controlar..
Me gusta el trato directo, el de quienes cuando entras en la tienda todavía te sonríen (aunque quizás no tengan muchos motivos para hacerlo..) y te dicen: ¡Q tengas buen día!
Adoro el mercado de Antón Martín en mi ciudad, madrid con los puestos de fruta en plena calle, la panadería de Julia, al final de mi calle y la tienda vegana de lavapiés donde siempre compro lo q necesito..
Quizás es más caro q comprar en una gran superficie regida por "tiburones ambiciosos"
pero es más humana, más real, más cercana..,
y en muchísimas ocasiones la falta de demanda hace q lugares con humanidad en sus paredes y en sus mostradores acaben desapareciendo, pq ya sabemos "Q los peces grandes acaban devorando a los chicos"!
El progreso, sí: Pero el de la humanidad;
No el de la des_humanidad!!!!
Te quiero, Dis!
Male.
(Y te contesté al mail: Re_que_te_bellísimos!Los publico entre hoy y mañana!! Mil gracias!!!! Seguiremos colaborando juntos, compañero!!)
Los centros comerciales son el futuro, visto está. La gente busca la comodidad de tenerlo todo en el mismo sitio, y hace de ellos su lugar de compras, paseo, y entretenimiento. A mí no me gustan, la verdad, me agobio con tanta gente, y con el ambiente de consumismo que se respira en ellos. Me parecen lugares muy tristes.
ResponderEliminarUn abrazo
Que duda cabe que las grandes superficies tienen muchas ventajas para el consumidor. Tiene la comodidad de los horarios, muy bueno para estos tiempos de tantas prisas. Lo malo es que es más fácil gastar el dinero.!Esta todo tan a manos!
ResponderEliminarisa, un abrazo.
No, no abandones tú blog. Agradezco tú visita por mis páginas, esas entradas que tanto trabajo me cuesta escribir, pero estoy contento del esfuerzo porque llegan a presonas como tú. Yo soy lo que has leído, una persona del montón, que un día se retó asímismo y se puso a escribir un blog.
ResponderEliminarMos, gracias. Un abrazo.
Las grandes superficies se comieron todas esas tiendecitas entrañables de barrio. Y no sólo esas, también el comercio más importante ha tenido un gran descenso en sus beneficios, y otros han desaparecido.
ResponderEliminarDeseo, un beso.
Las grandes multinacionales de la alimntación, o los grupos importantes, donde caen lo arrasan todo. Tocan todo lo que pueda dejar dinero. Y ya, es una actividad tan extendidas y son tan propicios los tiempos, que es imposible poner frenos.
ResponderEliminarMercedes, un abrazo.
Bueno, las grandes superficies como los bancos, fian a quien tiene dinero. Quizás con una buena nómina, pero si eres un parado o un inmigrante sin papeles, ya lo tienes más dificil.
ResponderEliminarY como tú dices: el progreso no es bienestad social.
mariaje 15, un abrazo.
Sí, los hipermecados se cuelan en cualquier lugar. Ya estan presentes en poblaciones medianas y hasta pequeñas. Y se nos convierte en consumidores en potencia. En hormigas llevándoles dinero.
ResponderEliminarmariarosa, un beso.
Aunque no te gusten los centros comerciales y seas consecuente con tú forma de pensar, no eres un bicho raro, más bien un bicho encantador para los pequeños comerciantes.
ResponderEliminarTú marido tiene suerte, por no tener una mujer con jaqueca.
Disancor es mi nombre de guerra, pero esta muy cerca del verdadero. Me da miedo darle mucha información a la Red porque tiene muy buena memoria, y ademá lo archiva todo. Y con esto, espero haberte salvado la vida.
MIMOSA, un abrazo.
MIMOSA,
Así es, es el progreso, y no tenemos más remedio que rendirnos a esa realidad. Nos han cambiado todos los hábitos, además, las necesidades son otras muy distintas. Son tiempos de andar siempre corriendo.
ResponderEliminarBelén, un beso.
Sea también mi alegría por el rescate de los 33 mineros chilenos.
ResponderEliminarYo tampoco soy amigo de comprar en las grandes superficies, pero nos han creado necesidades nuevas como parte de los tiempos, y no podemos vivir de espalda al progreso.
Me alegro que te hayan gustado los haikus, y que sean válidos para utilizarlos.
Gracias por las generosas y bonitas palabras que me dedicas.
Malena, un abrazo.
También yo pienso que las grandes superficies son lugares tristes con mucha gente. Pero así son estos tiempos. El comercio ha cambiado por completo y con ello nuestro hábitos, gustos y necesdades. Ya nada es igual.
ResponderEliminarAnto, un abrazo.
Tristemente, la justicia social esta lejos de ser etiquetado en los grandes monopolios, son los hiper mercados del tener, donde el ser ni por el cesto de la basura asoma!
ResponderEliminarUn Besito Marino
Las personas sólo cuentan, en los hipermercados, como aportadores de grandes beneficios. Te dan toda clase de facilidades para que no salgas de esos negocios ni con calderilla en los bolsillos.
ResponderEliminarTita la mas bonita, un beso.
Seguiré afiliada a los pequeños comerciantes, tienen su encanto.
ResponderEliminarMarido no hay desde hace cinco años, quizás debí aquejarme de jaquecas.
Gracias por salvarme de la muerte, es que el nombre me gusta mucho y no tenía claro si era un seudo o era real. Estoy contigo en no propagar demasiada información.
Un beso
Dramático retrato el que pintas, personas que siguen consumiendo a pesar de la escasez de sus bolsillos. Multinacionales que siguen forrándose a costa de los menos favorecidos.
ResponderEliminarY digo yo, no estaríamos mejor si volvemos a las tiendas de barrio, aquellas en donde sólo se compraba lo que se necesitaba y que fiaban a nuestras abuelas cuando no las llegaba las pesetillas?
Un beso gigante Dis
Lo importante es que seas feliz, con jaqueca o sin jaqueca.
ResponderEliminarMIMOSA, un beso.
La vida ha cambiado mucho en todos los sentidos, o más bien nos la han cambiado los más espabilados, creando nuevas formas de hacer dinero. Nosotros, como siempre, victimas de todos los engaños. Y ya no hay marcha atrás.
ResponderEliminarsilver, montaña de besos.
Os deseo FELIZ FIN DE SEMANA.
ResponderEliminarLa impersonalidad y el anonimato de comprar en los hipermercados tampoco se salva de la crisis, pero en ellos no se fia nada de nada, incluso hay que pagar las bolsas. Al final nos acordaremos de las pequeñas tiendas de barrio...
ResponderEliminarSaludos cordiales.
Si, es cierto, en los hiper lo cobran todo. Hasta puede que un día pesen a los clientes a la entrada y a la salida para ver si se han comido algo. Ni fian ni se fian.
ResponderEliminarGracias por tú visita y comentario.
Feliz fin de semana.
Elvis, un saludo.
Hola, gracias por tu visita.
ResponderEliminarPrefiero el trato familiar y más cercano de las tiendecitas de barrio de toda la vida.
Buen fin de semana para tí también.
Un saludo.
La tiendas de barrio eran más humanas, más acogedoras y familiares. Estaban más con los problemas de la gente. Lástima que ya sean, casi, historia.
ResponderEliminarGracias por tú visita.
ion-laos, un saludo cordial.
Buenas Disancor.
ResponderEliminarA mi no me acaban de gustar, pero a la hora de encontrar ciertas cosas, sobre todo con el niño no me queda mas remedio...
De todas formas sigo siendo de las que vive y hace todo lo que puede en el barrio... donde todos nos conocemos, me resulta mas comodo.
Y ademas facil ya conocen mis manias, jajajajaa
Besos
Rosa
Sí, los hiper tienen la ventaja que hacer la compra sea más fácil, poque todo esta más a la vista, pero con el inconveniente que se compra más de lo que se ncesita.
ResponderEliminarLuna, un abrazo.