EL AGUA EN OTRO TIEMPO
Foto de primero de los años 70, en un grifo de agua instalado en el barrio de Eduardo Dato de Don Benito. Viendo esta escena deberíamos estar contentos, y al mismo tiempo sentir remordimientos por el derroche de agua que se hace hoy.
Querido y nunca bien ponderado amigo Diego.
ResponderEliminarAunque alguien me tache de retórico, cosa que admito sin discusión, he de decir una vez más que tu labor como historiador fotográfico de Don Benito no tiene precio.
Tratando de encontrar alguna idea adecuada para responder a tu entrada, he encontrado un enlace que sugiero sea visitado para que se aprecie que tu blog y fotos se difunde ampliamente en Internet.
http://revistadehistoriadelasvegasaltas.files.wordpress.com/2011/12/aretamal.pdf
Por otra parte, quiero decir que donde vivo ahora, no llegó el agua a las casas hasta mucho después de esa fecha que tú citas.
Un abrazo.
levas razón, es tremendo el derroche que hacemos aunque cada vez nos vamos concienciando de la importancia del agua. Lo quenos parece tan normal de abrir y tener agua corriente hace años no lo era. Pero ya se sabe a lo bueno nos acostumbramos enseguida y no lo valoramos.
ResponderEliminarBuena foto rescatada del recuerdo.
Un saludo
Se aprecia en la foto que todas las "aguadoras" son féminas de diferentes edades, llamándome mucho la atención la forma de descansar que tiene una de ellas sobre una de las garrafas. Al fondo, la tradicional cuerda de tender la ropa. El agua entonces y dado el trabajo de acarreo, se debería usar para cocinar y beber casi exclusivamente, lo que me hace pensar que el baño sería muy de tarde en tarde y la ducha con regadera. Si nos paramos a pensar, se vive ahora mucho mejor aunque un poco de menos despilfarro no nos vendría mal ahora que no llueve y se espera un verano de restricciones,
ResponderEliminarUn saludo.
Pues este año hay que tener cuidado con derrochar tanta agua porque no está lloviendo nada y los pantanos están escasos del líquido elemento.
ResponderEliminarUn abrazo de Mos.
Obrigada por visitar meu blog! Gostei do seu blog e estou seguindo. Besos!
ResponderEliminarAnda que no habrán llevado peso esas caderas con esas ánforas llenas de agua, un trabajo tan pesado y lo hacian las mujeres por aquello de que ellas eran las que llevaban las faenas del hogar.
ResponderEliminarAhora derrochamos mucho, pero yo tengo conciencia e intento poner mi granito para no malgastar, eso sí, que llueva, por favor!
Besos Disan.
Que foto más bonita. Me gusta el color sepia.
ResponderEliminarSeguro ahí se contaban sus historias.
Antes en mi pueblo también se iba a la fuente de los caños. Los cantaros, botijos, cubos,... Cuantas idas y venidas cargando agua en las caderas.
Saludos y un fuerte abrazo
A veces vemos imágenes de otros tiempo y vemos que la vida a cambiado para bien.
ResponderEliminarmariarosa
Gracias a tú labor de búsqueda he podido ver algunas de mis fotos en el lugar que indicas en tú comentario. Me ha alegrado el exquisito tratamiento que le han dado a las imágenes, y sin olvidar el nombre del autor. La verdad que yo veo pocas cosas en Internet, debido a mi incapacidad y falta de tiempo.
ResponderEliminarVeterano, un abrazo
Es verdad, hoy derrochamos grandes cantidades de agua. Pero para todo: piscinas, regar platas y calles, grandes extensiones de cultivos, industrias, lavadoras, cuartos de baños, baños y duchas...En fin, la lista sería interminable. !Y como el agua nos llega sin tener que hacer ningún esfuerzo!
ResponderEliminarKaty, un saludo.
Quienes se encargaban, generalmente, de acarrear el agua eran las mujeres y las niñas. El agua de esos grifos se utilizaba para casi todo, prescindiendo de baño y ducha, naturalmente. Eso era cosa de ricos.
ResponderEliminarUn amigo, un saludo.
Cada vez se consume más agua, y como en algunas Comunidades llueve poco, vamos a acabar teniendo un serio problema, y quizás sería bueno que vayamos revisando nuestras costumbres antes que sea demasiado tarde.
ResponderEliminarMos, un abrazo.
El agradecido soy yo por tú amable visita. Y he decirte que he quedado encantado con tú blog.
ResponderEliminarLamento no poder contestar en tú idioma.
Luciana de Mira, un saludo.
Una estampa impresionantemente encantadora era la una mujer con un cántaro de agua sobre la cabeza y otro en la cadera. Es un bonito recuerdo que tengo de cuando era niño. También las tertulias de mujeres en las colas de las fuentes.
ResponderEliminarion-laos, un beso.
A mi también me gusta el virado sepia de las fotos antiguas. El sepia y el amarillo es fácil de asociar con el paso del tiempo, y en el tema de las colas de las fuentes, la imaginación se dispara.
ResponderEliminarIsa, un abrazo.
Sí, no cabe duda que la vida tiene etapa que todos los cambios son para mejorarla y hacerla más cómoda, aunque, por desgracia, también hay retrocesos y malas rachas.
ResponderEliminarmariarosa, un beso.
Este si que es el verdadero oro liquido. Si a día de hoy tuvieramos que hacernos del agua de esta manera, no la derrocharíamos tanto. La modernidad a nivel de servicios también nos ha dejado el poco valor que se da a lo cotidiano por la facilidad de hacerse con ello. En Don Benito, era una imagen tipica, ver a las mujeres con el cantaro al "cuadril", cargando el agua hasta casa, labor menos propia de los hombres que tenían otros menesteres.
ResponderEliminarUn abrazo, Disancor, y como siempre enhorabuena por tus fotos y reflexiones.
Sólo apreciamos lo que nos sale, de alguna manera, caro (económicamente, en esfuerzo...). Por eso, al gesto de abrir el grifo no le damos el valor ni la importancia que tiene.
ResponderEliminarBesos
Y aunque el agua es el oro líquido, ni siquiera le damos el valor de bisutería. Puede que nunca volvamos a la situación que vemos en la foto, pero como no controlemos el gasto, acabaremos teniendo problemas.
ResponderEliminardaniel, un abrazo.
Eso es cierto, malgastamos el agua porque cuesta poco, y en cuanto esfuerzo, el de abrir un grifo. Muy lejos de aquellos tiempos que se acarreaba con tanto trabajo.
ResponderEliminarMaría, un beso.