“Antes se coge a un
mentiroso que a un cojo” Imagino que eso se refiere a los inofensivos
mentirosos de poca monta. Los grandes están protegidos por una obediente tropa
de portavoces desmentidores, tan buenos en sus labores que hasta les hacen
sentir remordimientos a los sufridos engañados, y que acaban dudando si se ha
proscrito la verdad y legalizado la mentira
Antes las palabras se
las llevaba el viento, ahora quedan
guardadas en cualquier chirimbolo con batería. Es nuestra memoria, pero parece
que no nuestra conciencia. Llegado el momento, se niega la cara y las palabras
con la normalidad más inocente. La verdad que en estos tiempos se acepta con
mucha naturalidad eso de desmentirse así mismos. Lo hace gente importante, sobre
todo, políticos de más o de menos
renombre. Según ellos, lo que dicen es ley de la buena y va a misa. Sin
embargo, la gente ya no los cree, aunque juren sobre la Biblia. Para ellos un
juramento es una obligación de puro trámite hecho sobre el honor de un
presunto.
Humano políticos: ¿Para
que vale eso de prometer o jurar antes de tomar posesión de un cargo?
Hay personas que
cuando se enfrentan a sus mentiras, más que ponerse rojos, les entra la risa,
como si el engañar a la gente fuese cosa graciosa y divertida. No faltan los
que se olvidan del micro y dicen alguna grosería, producto de sus íntimas
intenciones y deseos. Y hasta los hay que luego más que rectificar, matizan. Y
así creen que su honor queda a salvo y su soberbia por las nubes.
Y delante de las
cámaras de televisión ya no sabemos cuando esa gente sale más guapa, si cuando
dicen la verdad o cuando miente. Al menos que estén mintiendo todo el tiempo y
no podamos hacer comparaciones con el cambios de color de sus rostros.
Tiempos de medias
verdades y de mentiras enteras, camufladas entre palabras nuevas y bonitos
eufemismos, con los que se pretende arreglar los problemas o, por lo menos,
disimularlos. No podemos estar seguros de nada, porque nada es lo que parece.
Mientras más se nos informa, más desinformados estamos. Ya dudamos de, hasta lo
que vemos más claro. Auque claro, claro, no tenemos nada. Y el referente de
genios y sabios que tenemos, hoy dicen una cosa y mañana dirán la contraria. Y
las promesas…, total si no se cumplen, no pasa nada, ni aunque quedara
constancia grabada.
Al menos que ya no
quede de eso que hace que el ser humano se sienta orgulloso de si mismo. Siendo
el honor y la moral un lastre para andar por la vida. Aunque estemos vigilados
por la ley y la tecnología, hemos perdido el miedo al castigo y que se nos
enfrente a nuestras propias mentiras.
¿Y si da verdad se
quemara la mano que responder por un colega? Aunque siempre queda la
posibilidad de esconder la mano y negar al amigo.
Esto es terrible. No poder creer en nada ni en nadie genera al menos desinterés cuando no desesperación y angustia. Quemarse la mano por nadie hoy en día cuando antes con un apretón de manos se sellaba un trato. Lo que hemos cambiado.
ResponderEliminarBss
Hola Disancor, dices verdades como puño. Se ha perdido la dignidad y la vergüenza se ha evaporado. No hay políticos de vocación. Ser político hoy día es saber que tienes el futuro asegurado.
ResponderEliminarMuy bueno lo que has escrito. Enhorabuena.
Saludos y un abrazo enormeeeeeee de fuerte
La política tendría que ser de vocación y con un sueldo normal, así no habría corrupción. La imagen que están dando de nuestro país es lamentable, y no sé hasta qué punto los medios dan una buena información, o informan lo que les dejan.
ResponderEliminarBesos Disan.
Como siempre, un estimable artículo de opinión que se debería divulgar a nivel nacional.
ResponderEliminarUn abrazo.
Juan
Lo falla la política, fallan los políticos. Buen artículo, amigo. Me han encantado algunas de las fotos anteriores. Un abrazo
ResponderEliminarComo nunca sabemos si alguna vez dicen la verdad, es humano que desconfiemos en todo momento. Es muy triste darse cuenta que ya no podemos confiar en nada. No hay nada serio ni sagrado que merezca un respeto de ese mundo de corruptos ambiciosos y grandísimos mentirosos.
ResponderEliminarKaty Sánchez, un beso.
ResponderEliminarA la vista de la situación, es lógico que pensemos que la mayoría de los políticos son una pandilla de indeseables, que si no fuese por los partidos y el sistema que les protege, muchos merecerían estar en la cárcel y otros en las listas del paro. Por sinvergüenzas e inútiles.
Isa, un abrazo.
Como español. y muy orgulloso de serlo, siento una rabia enorme de todas las cosas malas que dice la prensa extranjera de nuestro país. Y todavía nuestros gobernantes tienen el cinismo de hablar de la Marca España. No se puede vender algo con tan mala imagen. Somos los primeros en todas las cosas desagradables.
ResponderEliminarion-laos, un abrazo.
Bueno, lo escrito es sencillamente lo que pienso y como veo las cosas. Hasta me atrevería a pensar que así la ven muchos buenos y humildes militantes del partido del Gobierno. Quizás algunos digan que aunque no cambien de idea pueden cambiar de partido, haciendo un partido nuevo y jubilando a los dirigentes actuales. Al fin y al cabo, lo que huele mal en todas partes, es lo viejo.
ResponderEliminarAnómimo, un abrazo.
ResponderEliminarLa política andar tan mal en nuestro país que para mejorarla habría que cambiar todo el sistema. Vaya, lo que se dice cortar por lo sano. Los partidos políticos pondrán miles de obstáculos para esa renovación. Y la verdad que es muy peligroso que el pueblo se enfade más de lo que ya lo esta.
Antorelo, un abrazo.
Parece que los mentirosos y olvidadizos se han desparramado por el mundo.
ResponderEliminarSaludos
Si con el sueldo que ganan tuvieran que parar todos los gasto, como hacemos el ciudadano de a pie, seria diferente,creo que la política hoy en día es mas falsa que nunca.Un ABRAZO
ResponderEliminarMuy buen articulo Diego , a ver si lo leen en nuestro Don Benito Villanueva los que luego dan premio y honores a periodistas y escritores de otras regiones de nuestro pais , y encima se lo enviamos calentito
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ResponderEliminarLa verdad que ya no sabemos a quien creer. Como anda el panorama, para acertar siempre, lo mejor es no creer a ninguno de esos angelitos que hablan tanto.
Gracias por tu visita y comentario.
Norma 2.un saludo.
Los políticos están hechos de una pasta especial, con la misma tranquilidad y la misma sonrisa pueden decir una cosa y la contraria, aún estando seguros que no vamos a creer nada. Parece que esas son las reglas de la política.
ResponderEliminarYoSueño, un abrazo
Bueno, mande quien mande, la cultura de los pueblos siempre la manejaran los mismos. Es una especie de sociedad donde no entra cualquiera. Pero eso no le importa mucho a la gente que le gusta ir por libre. Tal vez porque no sean tan buenos o porque no les guste estar sometidos a reglas.
ResponderEliminarAnónimo 1, un saludo..