DON
BENITO.Bonitae interesante imagen de final de los 70,
donde un maestro alfarero de Salvatierra de los Barros hace una demostración de
su artesanía de la tierra ante un público curioso y entusiasta.
Curiosa foto con dos protagonistas que se disputan el interés del público. Uno el alfarero, hacia cuyas manos, o a la arcilla que maneja entre ellas, van dirigidas la mayoría de las miradas. El otro es Disancor, o el objetivo de su cámara, que atrae para sí la atención incondicional de dos bellas jovencitas. El niño es el tercero en discordia, su posición en escorzo le delata, en el último momento, segundos antes de la veloz apertura del obturador, abandonó al fotógrafo y sin pretenderlo le hizo este hermoso regalo.
Las niños la observan todo con su maravillosa mirada llenan de curiosidad, para ello lo más sencillo es motivo de novedad, además los hay muy críticos y observadores. Pedro, un saludo..
Es verdad, parece que el fotógrafo despertaba tanta curiosidad como la demostración del maestro alfarero. Cada instante es único, y gracias a la magia de la fotografía hoy podemos comentar aquel recuerdo. Cala Bazón, un saludo.
El alfarero les tiene absortos al niño y la niña, seguro que es por su buen hacer y sus explicaciones. Saludos.
ResponderEliminarCuriosa foto con dos protagonistas que se disputan el interés del público. Uno el alfarero, hacia cuyas manos, o a la arcilla que maneja entre ellas, van dirigidas la mayoría de las miradas. El otro es Disancor, o el objetivo de su cámara, que atrae para sí la atención incondicional de dos bellas jovencitas. El niño es el tercero en discordia, su posición en escorzo le delata, en el último momento, segundos antes de la veloz apertura del obturador, abandonó al fotógrafo y sin pretenderlo le hizo este hermoso regalo.
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ResponderEliminarLas niños la observan todo con su maravillosa mirada llenan de curiosidad, para ello lo más sencillo es motivo de novedad, además los hay muy críticos y observadores.
Pedro, un saludo..
ResponderEliminarEs verdad, parece que el fotógrafo despertaba tanta curiosidad como la demostración del maestro alfarero. Cada instante es único, y gracias a la magia de la fotografía hoy podemos comentar aquel recuerdo.
Cala Bazón, un saludo.