Nostálgica
imagen de un rincón de la Plazade
Abastos de Don Benito, allá por los años 70. Visita obligada para las
madrugadoras amas de casa. Irrepetible escena en tiempos de supermercados y
grandes superficies.
Cuando veo fotos antiguas donde aparecen personas mayores, aprecio que su vestimenta las hacía más mayores, está claro que no había dinero para ropas nuevas y que su vida fue de mas trabajo y menos cuidado de la persona. Saludos.
Esas colas y los clientes esperando mientras el vendedor prepara el producto, era como parte de un ritual en los puestos de los mercados de aquellos tiempos. Momentos que aprovechaban las amas de casa para echar el ratito de charla. El villano en su rincón, un abrazo.
Las plazas de abastos y los ultramarinos ó pequeños comercios, era como la seña de identidad de las poblaciones, donde se encontraba lo tradicional y lo típico de cada sitio. Las grandes superficies se lo han tragado todo. Antorelo, un abrazo.
Es verdad, los viejos de antes parecían mucho más viejos que los ahora. En el fondo, creo que lo eran, pero además influía la ropa y los comportamientos. Hoy cuidamos mucho nuestra imagen. Pero, un saludo.
¡Cuánta expectación por lo que esté haciendo la señora de los huevos! Se diría que fuese a repartir algo gratis.
ResponderEliminarUn saludo muy cordial, D. Diego.
¡Cómo las grandes superficies se han tragado estas plazas de abastos!
ResponderEliminarCuando veo fotos antiguas donde aparecen personas mayores, aprecio que su vestimenta las hacía más mayores, está claro que no había dinero para ropas nuevas y que su vida fue de mas trabajo y menos cuidado de la persona. Saludos.
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ResponderEliminarEsas colas y los clientes esperando mientras el vendedor prepara el producto, era como parte de un ritual en los puestos de los mercados de aquellos tiempos. Momentos que aprovechaban las amas de casa para echar el ratito de charla.
El villano en su rincón, un abrazo.
ResponderEliminarLas plazas de abastos y los ultramarinos ó pequeños comercios, era como la seña de identidad de las poblaciones, donde se encontraba lo tradicional y lo típico de cada sitio. Las grandes superficies se lo han tragado todo.
Antorelo, un abrazo.
Es verdad, los viejos de antes parecían mucho más viejos que los ahora. En el fondo, creo que lo eran, pero además influía la ropa y los comportamientos. Hoy cuidamos mucho nuestra imagen.
ResponderEliminarPero, un saludo.