Son fantásticas tus fotografías, son como una puerta a otra dimensión, mirarlas es traspasar esa puerta y adentrarse en las remotas regiones de la memoria. En mí producen un efecto inmediato, mágico, de tal modo que escenas que ya creía para siempre olvidadas vuelven a mi vida con la fuerza de un torrente. Como me está sucediendo ahora al reconocer el rótulo, legible apenas, de la Librería Morcillo. Entro en la librería, como hice tantas veces cuando venía del Instituto, aunque mis recuerdos se decantan preferentemente por su primera ubicación, cuando estaba situada en la esquina de la calle Italia con la que es ahora la Avda. de la Constitución, y saludo al sr. Antonio, que me sonríe, siempre tan educado y atento detrás del mostrador, y compro una goma de borrar Milán, un lápiz blando del número 1 y otro normal del número 2, y un Bic naranja de punta fina, aunque antes había comprado una bolsa de pipas en el puesto de La Sevillana, cuyo hijo, el entrañable Pedro, solía posicionarse con el carrito repleto de prodigiosas mercancías en las inmediaciones de la Escuela de Maestría, y al salir de la librería me las iba comiendo camino de mi casa.
Bueno, he tenido un pequeño lapsus al rememorar la escena anterior. La librería Morcillo, creo recordar, siempre estuvo ahí, frente a Tejidos Reales. La que estaba en la esquina de la calle Italia y que yo más frecuentaba era la librería Casado.
No recuerdo después de tanto tiempo, pero más bien creo que la foto la hice una fría noche de invierno. Hubiera ganado mucho si hubiera estado lloviendo, con el brillo de la lluvia reflejándose en los adoquines. ion-laos, un abrazo.
Otro excelente comentario con los más bonitos recuerdos. Ganan las fotos y ganamos nosotros. Gracias. Aunque no sea muy buena la imagen, sin embargo, las fotos nocturnas son agradables y producen sensación de soledad y misterio, Cala Bazón, un saludo.
Sí, ha cambiado bastante la calle, hay edificios nuevos, comercios más importantes, hay muchos árboles y la calle es peatonal, pero pese al progreso, sigue habiendo casas bajas. María Rosa, un abrazo.
Hola Diego.
ResponderEliminarMuy bonita esta foto con ese contraste de colores.
Un abrazo y un buen fin de semana.
Ambar
Debía de hacer mucho frío porque no se ve a nadie, o era de madrugada.
ResponderEliminarBesos y abrazos Disan.
Son fantásticas tus fotografías, son como una puerta a otra dimensión, mirarlas es traspasar esa puerta y adentrarse en las remotas regiones de la memoria. En mí producen un efecto inmediato, mágico, de tal modo que escenas que ya creía para siempre olvidadas vuelven a mi vida con la fuerza de un torrente. Como me está sucediendo ahora al reconocer el rótulo, legible apenas, de la Librería Morcillo. Entro en la librería, como hice tantas veces cuando venía del Instituto, aunque mis recuerdos se decantan preferentemente por su primera ubicación, cuando estaba situada en la esquina de la calle Italia con la que es ahora la Avda. de la Constitución, y saludo al sr. Antonio, que me sonríe, siempre tan educado y atento detrás del mostrador, y compro una goma de borrar Milán, un lápiz blando del número 1 y otro normal del número 2, y un Bic naranja de punta fina, aunque antes había comprado una bolsa de pipas en el puesto de La Sevillana, cuyo hijo, el entrañable Pedro, solía posicionarse con el carrito repleto de prodigiosas mercancías en las inmediaciones de la Escuela de Maestría, y al salir de la librería me las iba comiendo camino de mi casa.
ResponderEliminarBueno, he tenido un pequeño lapsus al rememorar la escena anterior. La librería Morcillo, creo recordar, siempre estuvo ahí, frente a Tejidos Reales. La que estaba en la esquina de la calle Italia y que yo más frecuentaba era la librería Casado.
EliminarBella imagen. Colores, luces y casas bajas. Seguramente hoy día los edificios trepan al cielo.
ResponderEliminarmariarosa
ResponderEliminarLas fotos nocturnas resultan siempre muy interesantes, aunque no tengan mucho detalle entre las luces y los colores.
AMBAR, un abrazo.
No recuerdo después de tanto tiempo, pero más bien creo que la foto la hice una fría noche de invierno. Hubiera ganado mucho si hubiera estado lloviendo, con el brillo de la lluvia reflejándose en los adoquines.
ResponderEliminarion-laos, un abrazo.
ResponderEliminarOtro excelente comentario con los más bonitos recuerdos. Ganan las fotos y ganamos nosotros. Gracias. Aunque no sea muy buena la imagen, sin embargo, las fotos nocturnas son agradables y producen sensación de soledad y misterio,
Cala Bazón, un saludo.
Sí, ha cambiado bastante la calle, hay edificios nuevos, comercios más importantes, hay muchos árboles y la calle es peatonal, pero pese al progreso, sigue habiendo casas bajas.
ResponderEliminarMaría Rosa, un abrazo.