Quizás influido por la proximidad del Día de los Enamorados, me hago algunas reflexiones sobre el amor más ciego o más práctico. Sin llegar a ninguna conclusión digna de tenerse en cuenta. Este siempre será un tema delicado, lleno de dudas y de misterios.
Parar amar no hay que ser guapo ni feo, joven o viejo, estar sano o enfermo. El amor llega sin hacer distinciones. Otra cosa es la oportunidad y que se den las condiciones para que cupido se fije en nosotros. Y la otra cuestión es no dejar que se apague la llama que ha de mantenerlo en el tiempo por muchas dificultades que surjan. El flechazo no dura siempre y la pasión, con el tiempo, se va apaciguando y moderando la llama. Y si no somos bastante condescendientes con las pequeñas flaquezas de la pareja y nos asustamos con los problemas de la vida, puede que el amor acabe extinguiéndose. Y si además hemos de enfrentarnos a cosas extraordinarias para las que se requiera unas condiciones especiales de carácter, condiciones físicas y paciencia, entonces, el amor anda bailando en la cuerda floja.
Este es el amor de la práctica y no el de los proyectos bonitos. O el de las promesas, las ilusiones y los sueños; argumento de escritores, tema para poetas. Es el que puede matar la realidad de la vida, de roces y encontrados sentimientos. Y aunque vemos cada día la ruptura de parejas que se juraron amor eterno, seguimos creyendo en eso de envejecer juntos. Y es que necesitamos creer y confiar en esos sentimientos que engrandecen al ser humano por encima de todas sus miserias.
Sólo los más inocentes pueden dar amor puro, porque ese sentimiento aún no ha sido contaminado por la vida, ni influido por egoístas intereses, ni por extrañas influencias.
Asusta un poco que no se note el Día de los Enamorados lo mismo que otros años
Hasta el momento, sólo se ven tímidos mensajes en el escaparate de algunos comercios. Tal vez sea la crisis de la economía o, tal vez sea, que las parejas ya no se quieran tanto o que no sean tan románticas, y que hasta San Valentín sea candidato a figurar en las listas del paro. Esperemos que la cosa no sea para tanto.
¡Ay Diego, también San Valentin de par!
ResponderEliminarCuando hay crisis, muchos enamorados se dan cuenta que simplemente una fecha comercial. Creo yo.
mariarosa
Estoy contigo, el amor de la práctica es el real, y si es verdadero no hay que dejar apagar la llama por muy grande que sea la dificultad, ahí soy una peleona, lucho hasta el final, hasta agotar todas las posibilidades.
ResponderEliminarCon la reforma laboral, San Valentín, me ha parecido verle manifestándose...
Buen finde Disan, abrígate que el finde viene congelao.
Besos!
Yo también espero que San Valentín no acabe en el paro también. Que es un día comercial? sí y qué??? es un motivo más para regalarnos un beso y un abrazo extra y eso en estos tiempos es un verdadero regalo.
ResponderEliminarMi beso grande grande
Lo cierto y verdad amigo Diego, es que te felicito sinceramente porque San Valentín viene a saludarte cada día para ver que eres un permanente enamorado de la Vida.
ResponderEliminarUn abrazo.
El comercio no desaprovecha ninguna oportunidad para hacer negocio, y San Valentín no iba a ser menos, aunque lo haga con un sentimiento tan bonito como el amor.
ResponderEliminarmaríarosa, un beso.
Sí, el amor bueno es ese que resiste todos los problemas de la vida, y la verdad que vale la pena pelear, aunque en algún momento haya que ir del brazo de San Valentín a manifestarse.
ResponderEliminarion-laos, un abrazo.
Comercial o no comercial, siempre llevaremos un San Valentín dentro de nosotros, con los brazos abiertos y recordándonos que, pese a las complicaciones de la vida, el amor existe, y también las personas maravillosas que lo reparten.
ResponderEliminarsilver, un abrazo.
San Valentín me tendrá dejado por imposible, porque soy un enamorado de amores raros y muy especiales: de los sueños, de la vida y de las dificultades. Y para esto todos los días son fiesta, y hasta tengo amigos que me felicitan. Gracias.
ResponderEliminarVeterano, un abrazo.
Lo cierto es que San Valentin nunca me ha dicho nada especial.El amor se vive cada dia y se celebra cada dia
ResponderEliminarUn abrazo
No sé el día de San Valentin, pero lo que es Cupido, conmigo se ha portado como un h d p. En cuanto lo tenga a tiro le voy a meter sus flechas en el culo, porque no sirve para nada, jajaja. Abrazo, Disancor, te quiero.
ResponderEliminarA pesar de haber practicado el romanticismo, sobre todo en tiempos donde todavía dura la pasión de los primeros años de amor hacia tu pareja, siempre he pensado que San Valentín fue un gran invento del Corte Inglés, para motivar al consumo. Pero realmente los sentimientos hacia tu pareja, hijos o amigos, deben tener otras mnotivaciones, que se han de practicar a diario, y cultivarse con paciencia, ilusión y devoción, como uno de los mejores regalos que nos ofrece la vida.
ResponderEliminarHay que reconocer que San Valentín es un santo con suerte, pues le ha tocado un trabajo de lo más romántico, además de lo más comercial.
ResponderEliminarJuanjo, un abrazo.
El Día de los Enamorados lo han celebrado siempre mucho las parejas, pero este años, quizás por lo de la crisis, se nota menos entusiasmo. Tal vez aumente cuando llegue el momento de celebrarlo.
ResponderEliminarmarcus, un abrazo.
Estoy de acuerdo contigo que San Valentín más bien parece un comercial que trabaja a comisión para las tiendas de regalos. En la vida no están mal los detalles, pero el amor de verdad, se basta solo.
ResponderEliminardaniel, un saludo.
Al amor de verdad no le hace falta "El Corte Inglés". Hay veces en las que un regalo es una especie de parche. Está bien sorprender a veces con un regalo (o con cualquier otro detalle); pero no hace falta que, por decreto, sea un día que nos han impuesto.
ResponderEliminarBesos
Como han dicho antes, ahora que es tiempo de crisis, de atarse el cinturón, es cuando más se nota que San Valentín es un día muy comercial. Y no están los tiempos para florituras.
ResponderEliminarEl amor verdadero, incondicional es para todos los días. Los poetas y escritores tratan mucho el amor idílico, el de almíbar eterno pero también los amores cotidianos, los del desinterés y el cariño; los de la vida de la mayoría con sus penas y alegrías. Al menos yo, en mis poemas y relatos, lo trato así.
Un abrazo de Mos desde la orilla de las palabras.
Los sentimientos no se pueden imponer por la fuerza, y sin embargo, el comercio procura que se noten para aumentar sus ventas. Hasta parece que el amor es proporcional al valor del regalo.
ResponderEliminarMaría, un beso.
Pues, es verdad, en estos tiempos de crisis hasta San Valentín tiene que estar preocupado por las ventas, puede que también él crea que un buen regalo hace que el amor se infle.
ResponderEliminarMos, un abrazo.