Las noches eran interminables haciendo guardias en las trincheras. Peleando con los mosquitos y el sueño. Los primeros te picaban y se te hinchaba la cara, y de lo segundo dependía tu seguridad y la de tus compañeros. Había noches tranquilas, pero otras éramos atacados por el enemigo. La guardia era desde la puesta del sol hasta la madrugada, en una zanga abierta en el suelo, con unos sacos de tierra delante, el fúsil entre las piernas y una manta por los hombros. Toda la noche con el oído atento y mirando estrellas. Era Navidad, las Navidades del 57, tuve como aliada la luna. Y digo tuve como aliada la luna, porque mientras me duró su luz yo me entretenía durante la guardia desenrollando un trocito de cinta de las bombas de mano y escribiendo en ellas con mi pluma estilográfica: ¡FELIZ NAVIDAD Y PRÓSPERO AÑO NUEVO¡ ¡FELIZ AÑO 1958¡ En casi todas las bombas había escrito el mensaje. Al final de la cinta estaba el seguro, una clavija, que cuando se quitaba la bomba explotaba. Pues bien, una noche se me calló una de las manos, no explotó, pero puedo hacer explotado. Cayo entre mis pies, y como no la veía bien, estuve toda la noche sin moverme y sudando de miedo. Cuando fue de día la vi con el seguro a punto de salir de su sitio. Me arriesgué a meter del todo la clavija antes de levantarla del suelo. Luego la cogí y enrollé la cinta. La deposité con mucho cuidado en el montón con las otras. Tenía un desagradable sabor de boca, y el sudor frío del miedo, seco en la frente. Fue mi segundo nacimiento, pues muy cerca estuve de volar al infierno con felicitación Navideña incluida.
No había más culpables que la guerra y la inconsciencia e irresponsabilidad de un soldado con 16 años-
Son anécdotas de guerra, de una guerra cualquiera. Son todas igual de malas.
Eras sólo un niño Disancor!!! madre mía, con tan sólo 16 años ya viviste una guerra. Es increíble que en áquellos años no consideraran el mandar a nuestros adolescentes al frente como un asesinato en primer grado, eráis carne de cañón.
ResponderEliminarTuviste mucha suerte con la bomba de mano pero es que, poniendo un mensaje tan bonito en cada una de ellas, la luna no tuvo más remedio que echarte una mano.
Como siempre, un lujo leer tus historias.
Mi finde tranquilo, esta tarde iré a ver a un familiar al hospital, a parte de eso, trabajos y más trabajos :(
Un beso navideño sin bomba
No somos conscientes los que no hemos vivido una guerra de la dureza, crueldad, injusticia de ella.
ResponderEliminarImágenes sacadas de una película para muchos. Realidades vividas para otros como tú, amigo.
Relato trágico pero con tintes de humor negro. Sólo lo puede hacer tan perfectamente alguien como tú aunque desearía que lo hicieras desde la imaginación y no desde el recuerdo.
Amigo, el que se llame a sí mismo poeta, pobre desgraciado. Tú dices ser mal poeta por ello puedo decirte que eres grande....
Un beso.
Que interesantes son las cosas que cuentas! Ninguna tiene desperdicio pero cuando hablas de la guerra, de lo que sentiste, del miedo, de tus emociones se me ponen los pelos de punta. Gracias por compartir.
ResponderEliminarun abrazo
Ut
Me llenaste de angustia, y te agradezco por eso, aunque suene terrible. Te agradezco porque no hay nada que haga sentir más vívida una situación que el testimonio de quien la vivió. Soy joven, lo sé. Pero te puedo asegurar que sufrí cada guerra de la historia (como aficionada a esta que soy). Y la repudio. Y la detesto. Y admiro profundamente a la gente que pudo salir con la mente sana (aunque generalmente con el cuerpo no) de situaciones tan tremendas.
ResponderEliminarCariños amigo.
Era un niño y como un niño me comportaba, creo que para mi la guerra era como un juego, y no sé si alguna vez fuí consciente del peligro.
ResponderEliminarDeseo que lo de tú familiar no sea nada grave,y que el fin de semana, al menos, te haya servido para descansar, aunque los jóvenes no necesitais mucho descanso.
silver¨smoon, un abrazo.
Y tú siempre tan generosa, regalando bonitas y amables palabras de ánimo. Gracias, Emibel.
ResponderEliminarTodavía tengo pesadillas, así que es normal que no me gusten las guerras ni en película, una me hizo pacifiista y antiviolencia.
Un beso.
Las personas podemos controrlas situaciones muy graves, pero creo que ninguna comparable a la que provoca el miedo, imagina en un conflicto armado. Y el valiente es el que domina el miedo.
ResponderEliminarUt, un abrazo.
Es verdad, de una guerra no es fácil salir con la mente sana. Los acontecimiento son tan duros que te influyen mientras vivas. Te cambia la vida, y las cosas dejan de verse como se veían. Sin embargo, hay que sobreponerse y evitar ser personas tristes para la vida.
ResponderEliminarSol, eres joven, vive con alegría y con la espenza que mañana será mejor que hoy.
Un beso.