miércoles, 3 de marzo de 2010
PROBLEMAS DE ACCESIBILIDAD
Vivo en el primer piso de un edificio de 40 viviendas, construido en los años de mediado de 1980. El umbral de la puerta de la calle mide de alto entre 20 y 25 centímetros, y una vez dentro del portal hay que salvar 4 escalones, se ha hecho una rampa, pero tan repentina, que no se puede bajar ni subir en silla de ruedas. Y por si todo esto fuera poco, nos encontramos con un ascensor viejo y anticuado una puerta dura y difícil de abrir, muy pequeño y con el piso desnivelado. Este es el panorama con el que tengo que luchar, como mínimo, dos o cuatro veces al día. Arrastro la silla de ruedas, me agarro a lo que puedo, me abrazo a los pasamanos, y con algunas caídas, me coloco en la calle o en casa. Y poco se puedo mejorar, es un construcción vieja.
No siempre los hechos ocurren así, y es justo reconocerlo haciendo justicia a los vecinos que me prestan ayuda. Y son todos los dispuestos a echarme una mano: hombres, mujeres, viejos, jóvenes, niños, inmigrantes de cualquier parte… Basta que me encuentren en el portal, para que dejen sus prisas poniéndose a mi servicio. Lo hacen con generosidad, con entrega, con naturalidad, con la solidaridad que nos debemos los seres humanos. Y yo doy las gracias por agradecimiento y cortesía, sin pretender pagar un servicio de tanto valor, que no tiene precio.
Llevo casi toda mi vida viviendo en comunidades de vecinos, y jamás hemos tenido problemas. ¿Suerte? Tal vez, sin embargo, creo que la convivencia se consigue siendo un poco transigente y un mucho solidario.
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Buenos días, amigo, hay unas plataformas eléctricas que se pueden acoplar a la barandilla de las escaleras y así poder subir ó bajar con mayor comodidad. Supongo que las conocerás, es cuestión de plantearlo en una reunión de la comunidad y pedirlo. Hoy la necesitas tú pero las personas jóvenes que vivan en tu comunidad se irán haciendo mayores y la necesitarán ó bien lesionados, para las sillas de bebés....
ResponderEliminarYo no me había dado cuenta de las barreras arquitectónicas hasta que tuve que circular con mi padre empujando su silla de ruedas.
Hoy....ya no empujo su silla...
Besitos, mi querido amigo, buen día.
Nunca lo hice y me apetece aunque no me atrevía: un abrazo a tu esposa.
Entonces ¿Aún queda gente buena? ¿personas que no piensan solo en ellas y que ayudan? pues es bueno saberlo...je,je. Yo pensaba que era una costumbre ya perdida.
ResponderEliminarUn abrazo
Ut
Pues tienes mucha suerte yo vivo tambien en una gran comunidad no sabes lo que he tenido que luchar y amenazar si amigo amenzar de dejar de pagar los gastos de comundidad si no me ponian una rampa que ahora todos las usan sobre todo cuando vienen con carros niños, etc....
ResponderEliminarSiempre en cualquier proyecto que implica a los vecinos tengo que dar mi grito de lucha, cuando cambiamos los ascensores idem. dije que fuera amplio ya que tenemos mucho espacio interior de ellos para que si alguien necesita usarlos con una silla de rueda puede libremente sola poder entrar y salir del edificio, pues no veas la que se armo pero yo erre que erre y me sali con la mia.
Que pena que siempre haya que estar asi. luchando con dientes y uñas por unos derechos que luego son de muchas mas personas porque no saben que llegan a entrar a forma en nuestro selecto circulo cuando menos lo espera, sea por vejez, por enfermedad, o accidente.
Con cariño
Mari
Desgraciadamente la gente no se moviliza hasta que el problema le toca directamente.Cuando llegue a mi actual comunidad de vecinos,hara unos 5 años,acababan de tener una trifulca enorme porque la mujer del segundo piso que iba en silla de ruedas habia pedido a la comunidad la construccion de una pequeña rampa en la planta baja para poder sortear los 5 escalones que hay en la entrada.
ResponderEliminarFue imposible poner de acuerdo a todos los vecinos y entre discusiones y aburridas e interminables discusiones al final la pobre mujer se acabo muriendo.
Como dice Emibel.....poco a poco todos nos iremos haciendo viejos.....quizas entonces tambien reclamemos nuestras rampas.....y quizas entonces otros inquilinos jovenes nos las nieguen
Me encantó... corto... simple hermosamente poeta tus letras
ResponderEliminarCuanta razón tienes. Núnca me habia fijado en la cantidad de impedimentos, que tienen que sortear las personas con alguna incapacidad, hasta que mi madre, se quedó en silla de ruedas.
ResponderEliminarDesde entoces, aunque ella ya no está conmigo, soy mucho mas sensible a la hora de ayudar.
Un abrazo
La solidaridad se encuentra siempre cerca... sin distinción de credos, nacionalidades ni edades.
ResponderEliminarEs bueno que al menos esto no camabie.
Un abrazo amigo.
Prefiero la ayuda de las personas, sin abusar, claro, a la de esos artilugios que en la mayoria de los casos no los puedo manipular solo, y siempre he dicho que es accesible cuando no necesito ayuda.La comunidad de vecinos creo que aceptarían llevar a cabo alguas mejoras, porque, como biien dices, irian en beneicio de todos.
ResponderEliminarAbrazos de mi esposa.
Emibel, muchos besos, y un largo y feliz fin de semana.
Como costumbre, esta perdida desde hace tiempo, pero como sentimiento, nunca morirá. Hurgando un poco en el ser humano siempre encontraremos algo de amor y solidaridad. Y no es un deseo, es la realidad, por lo menos mi realidad, la que vivo día a día.
ResponderEliminarUt, un abrazo.
Mari, te imagino una gran luchadora, una de esas personas que por defender lo que es justo le plantan cara al lucero del alba. Sigue así. Yo soy más de diálogo y consenso,, y así, claro, no siempre consigo lo que quiero. Pedir, pido; exigir, exijo; pero, comprendo que para conseguir cosas no hay nada como la dureza.
ResponderEliminarUn beso.
Algunas reuniones de vecinos son hasta divertidas por las broncas que se montan, el tira y afloja arrimando cada cual el ascua a su sardina, y cuando hay acuerdos es porque no hay dinero por medio. Las derramas siempre son motivos para las trifulcas.
ResponderEliminarYo no he tenido mala suerte donde vivo, aunque tampoco nunca he pedido nada, pago lo que me piden, y he sido presidente cuando me ha tocado.
Y mejorar la accesibilidad, la verdad que nunca se ha propuesto nada.
juanjo, un saludo.
Para mi es motivo de alegría darte la bienvenida a mi blog, pues siempre me digo que con cada comentario llega otro amigo. Para correspoder, deseo que encuentres algo agradable en lo que escribo. Gracias.
ResponderEliminarRECOMENZAR, un saludo afectuoso.
Por tú propia experiencia ya sabes lo que es para un persona trasladarse en una silla de ruedas. Los problemas son muchos, y de todas las índoles Muchas veces si la gente no ayuda es porque le pasan desapercibidos al no haberlos tenido nunca cerca.
ResponderEliminarMaripaz Brugos, un abrazo.
Pues, es verdad, las personas son solidarias de igual manera sean de donde sean. Yo cuando pido ayuda nunca me fijo a quién se la pido, y jamás he sufrido un patinazo. Esperemos que, al menos, los sentimientos no cambien.
ResponderEliminarEmilio, un abrazo.
Mis buenos amigos, os deseo a todos un feliz fin de semana, que se me había olvidado que hoy es viernes. Un abrazo.
ResponderEliminarHola Disancor, aun quedan personas con empatía que se ponen en la piel del otro. Eso es lo bueno de las comunidades, la ayuda entre todos. Me alegro de que en tu cominidad sean todos serviciales.
ResponderEliminarUn abrazo que pases lindo fin de semana con tu familia.
isa, bueno a mi me parece que todo el mundo es bueno, pero esto me atrevo a decirlo aquí, no en la vida real porque te comen. Bueno, bromas aparte, si creo que hay más solidaridad de lo que creemos.
ResponderEliminarFeliz fin de semana.
Un beso.
Me alegra muchísimo que tengas vecinos tan amables y solidarios, de todos modos será fácil ser así para la gente que te conoce.
ResponderEliminarSiendo como eres, es normal que tus vecinos sean como son.
Un beso enorme
Pues querido mío, eso es suerte y reza (si eres creyente, yo por desgracia no lo soy) para que te dure.
ResponderEliminarYO vivo en una construcción antigua, supongo que semejante, en un tercero sin ascensor. Y ya sabes el dicho: Mujeres, niños y minusválidos primero. Yo creo que a ti te ayudan porque has tenido suerte con tu vecindario.
Cada vez que me ven llegar cargada con la bombona de butano, el "armario empotrao" del piso de arriba, el niño de adolescente de la vecina con un brazo como mi pierna, el marido de la vecina a la que sonrío todos los días...bajan la cabeza como los niños pequeños (ojos que no ven, corazón que no siente).
Menos mal que yo aprendí a valérmelas sola hace muchísimos años y mal que bien...ahí, a trompicones, hago todo lo que tenga que hacer por mis ovarios.
Cada vez la gente es menos solidaria. Quizá se deba a que vivas en un pueblo, grande, pero aún con ciertos valores.
silver, tienes un gran concepto de mi, y que yo te agraddezco, pero puede que yo no sea tan bueno. Lo que si, como digo siempre, escribo lo que pienso, y no soy de otra manera.
ResponderEliminarGracias por tus piropos, y he de decirte que hasta me hacen enrojecer como a un chiquillo.
Muchos besos.
Pues, la verdad, sí, creo que he tenido suerte con los vecinos. Hace muchos años que vivimos aquí, y los roces que se han podido producir, son los normales de la convivencia de los seres humano. Nada grave. No es el caso de muchas comunidades donde vivir es casi imposible. Además este es un pueblo grande, pero muy tranquilo, la gente son muy pacíficas.
ResponderEliminarYo soy una persona muy reacia a pedir ayuda, es el último recurso, pero en mi estado, muchas veces tengo que aceptarla, porque sería la ayuda o pegarme un tiro.
Lo que no se deber perder nunca es la dignidad.
Fiebre, un beso.