lunes, 12 de septiembre de 2011

GANADOR: EL MENOS VOTADO.

Hoy me he levantado con los pensamientos cambiados, haciendo cábalas sobre cosas raras.

De esas que no ocurren, pero que si ocurrieran, darían al traste con todo lo establecido. Sobre todo, pondrían patas arriba todas las formas de hacer campaña electoral para ganar unas elecciones. Se me ha ocurrido la idea que unas elecciones las debe de ganar el partido que menos votos saque ¡Bueno, pues ahí dejo esa perla!

No me atrevo a desarrollar la ocurrencia. Es demasiado para mi capacidad de raciocinio. Lo más que me atrevo es a imaginar la que tendrían que montar los políticos para que el personal no les vote. Le pedirían a su gente que voten al enemigo. Y le darían un premio al fotógrafo que les saque más feo en la foto de los carteles, esas que pegan en las paredes. Porque tendrán que pegarlos, ya que la campaña será obligatoria. Tendrían que gritar que son malos, malísimos. Que son los peores. Con lo que sería la campaña de la sinceridad y las grandes verdades ¡Se admiten sugerencias!

Puede que si nos ponemos todos a decir tonterías, encontremos la fórmula ideal para mejorar la ley electoral, que tan mala prensa tiene entre algunos partidos. Sobre todo, los más pequeñitos. Pero, últimamente, pasamos mucho de la política y de sus mensajes. Que si nos entran por un oído, nos salen por el otro. Tal vez los veamos como unos servidores públicos muy desprestigiado, y ya cuando nos prometen algo, miramos a los nubes. Y son estas cosas las que nos obligar a buscar soluciones. Que no van a ninguna parte, pero, al menos, tendremos presente las urnas, y ese día iremos a votar, aunque votemos a los otros. Nunca se sabe. Quizás tengan en cuenta la idea, y estén de acuerdo en que unas elecciones las gane el partido que las pierda.

Mucho tiene que llover para que la clase política tenga un aprobado.

21 comentarios:

  1. Yo, como estamos en tiempos de crisis, propondría que no se haga campaña electoral. Por lo menos, si hay que hacerla, se reduzca a media docena de horas por televisión. Y al candidato que hable mal del contrincante, ponerle una penalización.
    Un abrazo.
    Miguel-A.

    ResponderEliminar
  2. Para conseguir que nadie quisiera votarlos, algunos políticos no lo tendrían tan difícil: les bastaría con mostrarse tal y como son en realidad!!!!! ;)

    Besos

    ResponderEliminar
  3. Cien razones para no ir a votar.
    Es de Juanjo Mercado...pero parece que lo haya escrito yo...o quisiera haberlo hecho, así que lo plagio:

    Repicar con el sóngoro cosongo, morirse de sed en los desiertos de John Ford, mirar con los ojos de Borges, que son acaso los de Homero, y tratar de descifrar el laberinto, besar a la primera que nos mienta diciendo que no se irá, seguir sangrando por la herida que dejaron todas las que hasta entonces dijeron lo mismo, pedirles encarecidamente perdón a las que prometimos no irnos nunca, beber en la mejor mesa del Rick´s Café, ver House, levantarse y andar, como Lázaro, camino de nada, como Krahe, naufragar con Corto Maltés en los mares del Sur, resignarse a ser marinero en tierra, bajar al bar de la esquina, subir la cuesta Moyano, piratear todos los discos de Ramoncín y rayarlos y tirarlos a la basura, cortarle las orejas y el rabo al toro que está esperando ya a José Tomás, quemar el Ministerio de Hacienda, piruetear como el bufón de la Sonatina de Rubén, mear en el Café Gijón, por ver si se pega algo, cabalgar con John Wayne, disparar con Clint Easwood, oler las flores del mal de Baudelaire, llorar con José Alfredo, que sigue siendo el rey de los amigos del hombre, reír con Sabina, atarse a la columna de Umbral, encender y apagar una y otra vez las luces de casa en humilde homenaje al fascismo ecologista, conducir con Alonso al ras de las calles de Mónaco, volver a reír con José Alfredo y a llorar con Sabina (o era al revés…), discriminar negativamente en base a lo que a uno le dé la gana, acampar en la Puerta del Sol, comer, joder y caminar con Camilo José Cela, sacarse en Las Ventas una barrera del 9 y tirar almohadillas a los del 7, malditos sean, olvidar con Humphrey Bogart, recordar con Audrey Hepburn, meterse las manos en los bolsillos como nadie en el mundo, que eso es Madrid, presumir de tener un amigo gay, coger el Diccionario, presumir de tener un amigo negro, volar en el Metro y comprobar que los frikis vienen arrasando, salir a perder el tiempo en busca del tiempo perdido, fumar a la cara de la señora Salgado, consumir, traficar en el bendito mercado negro, bajarse en Atocha, dar plantón a Godot, gastar en el top manta, cantar una ranchera, recitar un bolero, tararear un tango, saber que en inglés se dice “daydream”, robar a los agricultores europeos, viajar a París a oler la lluvia que decía Sabrina y pedalear hasta Tombuctú, pensar que uno es feliz, tratar de convencerse, no cortarse las venas al comprobar que no y conformarse con haberlo sido alguna vez, mirarle el culo a la vida, y si se vuelve y nos sonríe no dejarla escapar, volver a volver a empezar, recetar laxantes a los socialistas de todos los partidos para que saquen lo mejor de sí, patearse el Rastro recordando el optimismo gordo de Ramón y comprar algún cachivache, concertar una cita con las musas y sentarse a esperarlas, respirar los campos de Castilla, mirar el mar, el mar, y no pensar en nada, mentir piadosamente, soñar con Billy Wilder, romancear la mejor historia de España con Campmany, señalar con el dedo a los que lleven camisetas del Ché, levantarse y volverse a agachar en el patio de casa, quitarse la máscara, sacar al balcón la bandera pirata, mojar los periódicos, engordar la biblioteca, apagar la televisión, triturar la radio, ir al cine a ver algo de fuera, atreverse a decir que Almodóvar ya no escandaliza a nadie, contratar un crucero que haga escala en Ítaca, dejarse seducir por las sirenas, conseguir olvidarlo de una maldita vez, montar un botellón en la Plaza de la Villa, revivir Macondo, rescatar Venecia, respirar Madrid, no prestar atención, correr sin rumbo cierto… cualquier cosa, en fin, mejor que confiar el voto a cualquiera de esos que gritan por la tele.

    ResponderEliminar
  4. Por mi se podrian ahorrar la campaña entera, ya está una harta de escuchar las mimas tonterias en uno y en otro, y llevas razón Disan, por uno nos entra y por el otro sale, es que ya no cuela, ya no...

    Besos Disan.

    ResponderEliminar
  5. Buena idea, cualquier idea vale con tal de cambiar en algo este desastre!!
    La foto de la harinera me ha encantado y con la anécdota del cementerio me partía de risa jajajajaa
    Un beso grande con achuchón

    ResponderEliminar
  6. Sería lo ideal, que no se hagan campañas electorales. Pero entonces, ¿cómo se iban a lucir los políticos? Necesitan desahogar diciendo peste de los contrarios, que al fin es lo único que se les entiende.
    Miguel A., un abrazo.

    ResponderEliminar
  7. Si los políticos dijesen lo que de verdad piensan, no sólo no los viotarían, sino que además correrían el peligro que los metieran en la cárcel.
    Maria, un beso.

    ResponderEliminar
  8. La verdad que son muchas razones para pasar de las urnas, y si lo pensamos bien, hasta se pueden añadir algunas más. Nos tienen muy desilusionados.
    Anónimo, un saludo.

    ResponderEliminar
  9. La misma campaña la pueden utilizar durante unos cuantos de años seguidos, total son parecidas promesas y parecidos incumplimientos. Si algo varía es la chaqueta o la corbata.
    ion-laos, un abrazo.

    ResponderEliminar
  10. Aquí ponerse serio no sirve de nada, entonces demos ideas que tengan una poquita de guasa. Aunque ni el cachondeo cabiara las cosas.
    Un día publicaré una foto para que veas que edificio tan benito se construyó en el solar de la fábrica de harina.
    Me alegro que la historia del cementerio haya dibujado una sonrisa en tus labios.
    silver, un abrazo.

    ResponderEliminar
  11. Lo cierto es que probablemente no lo hicieran mucho peor que los mas votados
    Un abrazo

    ResponderEliminar
  12. Y en vez de carteles si les invitasemos a comer en nuestras casas para decirles lo lejos que estan de la realidad de la crisis???? que fuesen casa por casa , calle por calle acercándose a la realidad de lo poco que nos importan sus promesas?????? una campaña de carteles caidos (lo que podrian ahorrar) y vivir la campaña cerca de los ciudadanos?????
    Cómo no descubren que hay formas mas eficaces a poco que pensemos un poco en la necesidades de
    los ciudadanos a pie?????? Imaginación al poder!!!!!
    Me gusta lo que has escrito un saludo solidario de Begoña

    ResponderEliminar
  13. Pues, eso es verdad, cambian los políticos, pero para seguir haciendo las mismas cosas, y los votantes siempre de comparsa. Quizás lleven razón aquellos que dicen que todos los políticos son iguales.
    Juanjo, un abrazo.

    ResponderEliminar
  14. Por aquí, pronto vamos entrar en tiempo de elecciones, ya te contaré...

    Muy buena entrada.

    marairosa

    ResponderEliminar
  15. La impotencia de los españoles siempre se convierte en humor negro. Y es que no nos queda otra que tomarnos la situación a cachondeo. Las cosas no se arreglan, pero por lo menos nos reimos un poco.
    Abedul, un saludo.

    ResponderEliminar
  16. En tú país también se hacen campañas electorales muy duras. Pero, la verdad, que los politicos, sean de donde sean, todos tienen parecidos pensamientos y los mismos comportamientos.
    mariarosa. un beso.

    ResponderEliminar
  17. Fuera de contexto he de decirte que si conectas con dbdscordero@gmail.com, verás que he preparado una recopilación de tus artículos.
    Un saludo.

    ResponderEliminar
  18. Hola Disancor, un tema muy peliagudo.
    Yo he decidido votar en blanco. ¿Por qué?
    Porque no me gustan los políticos y la verborrea que tienen. No confió ya en ninguno. Estoy desilusionada, porque donde dicen digo, luego dicen que dijeron diego. Iré a ejercer mi voto porque tengo unas obligaciones con la democracia, ya que costó mucho llegar a ella, pero lo ejerceré en blanco, y si todos los echáramos en blanco, se darían cuenta los políticos que no lo están haciendo nada bien, y que el pueblo no está contento con ellos. Y digo políticos, no menciono ni de derechas, ni de izquierdas.

    Creo que es innecesario que hagan campaña y se gasten el dinero que debería de ser empleado en otras cosas más necesarias. Si con campaña o sin campaña cada uno ya tiene claro lo que va hacer.
    Ese dinero de tanta propaganda en televisión, en papeles, en carteleras, en viajes, etc., que sale de los contribuyentes, de los impuestos de cada uno de los ciudadanos, usarlo para otros menesteres más necesarios.

    Saludos y un fuerte abrazo

    ResponderEliminar
  19. Los políticos me dan grima, no me gusta sentirme en manos de nadie y más cuando hay tantos intereses creados, corrupción y protagonismo. En fín, es lo que hay y no me siento ni con ánimos ni con fuerza para cambiarlo, sería demasiado trabajo para nada. Muy buena la entrada de hoy. Un saludo!

    Ut

    ResponderEliminar
  20. Muchas veces me he preguntado que pasaría si en unas elecciones ganaran por mayoría los votos en blanco. Seguro que, aún así, los políticos dirían que han obtenido muy buenos resultado. Del voto de castigo, ni pío.
    Isa, un abrazo.

    ResponderEliminar
  21. Y, a pesar de todo, tenemos la obligación moral de votar, aunque, tal y como esta el panorama, es comprensible que lo hagamos de muy mala gana.
    Ut, un abrazo.

    ResponderEliminar