jueves, 15 de diciembre de 2011

MIEDO A LA DEPENDENCIA

No me enfado por lo que no puedo hacer, me enfado por lo que puedo hacer y lo hago mal hecho. Si una cosa esta fuera de mis capacidades, no lo intento siquiera; pero si existe la más pequeña posibilidad de conseguir lo que deseo, no permito que me ayuden. El cuerpo es muy cómodo y se acostumbra pronto al mínimo esfuerzo. Vas cediendo en pequeñas cosas y pronto eres dependiente total de otros. Y a mi la cosa que más me aterra es depender de otras personas. Pienso que, aunque respires, eso no es estar vivo. Estar vivo es luchar venciendo dificultades, echando mano de mañas y habilidades, no pocas veces semejantes a números de circo. A pesar de todos mis esfuerzos, he tenido que renunciar a muchas cosas. Y sin embargo de mis limitaciones no he hecho una tragedia, pienso, sencillamente, que mi vida es diferente, y por mucha voluntad que ponga y por mucho que me empeñe, no dejará de serlo. Seguiré sin poder utilizar el teléfono, ni comer sin hacer filigranas, ni dejar de tomar café con pajita y sin poder dar saltos, ni de alegría ni pena. De todo ello hay un algo bueno: llevo el asiento incorporado: el de mi silla de ruedas. En la que soy feliz cuando paseo, y la que me lleva para cumplir algún deseo o hacer gestiones de la vida diaria. Quizás este algo loco, porque en mi cabeza no hay ni un pensamiento de minusvalía, ni siquiera soy consciente de si la gente me ve como minusválido.

No siempre detrás de la máscara de un payazo, hay una tragedia. Por lo menos, en mi caso. Soy lo que se ve. Quizás un poco dado al humor negro, de ese que no hace daño, con la sola nota amarga del miedo a la incapacidad total y a la vida sin vida.

Y sin embargo…, pese a todo lo escrito, pese a mi aparente optimismo y coraje para vence en solitario las muchas dificultades que se me van presentando, y pese a mi presunción de valor, puede que en el fondo este asustado por el temor que mi mente no resista tanta presión y pierda el equilibrio de normalidad que ha venido disfrutando hasta estos momentos. Puede que mi realidad cambie de color con la llegada de depresiones y dudas. Que la seguridad en mi mismo se rompa y pase a ser historia irrecuperable. En una palabra, que vea la realidad, mi realidad y mi destino.

Mi mayor tormento y castigo sería dejar de ser independiente y ver la vida con los ojos de un depresivo pesimista.

El día es gris con una espesa niebla. Puede que eso me afecte el ánimo y me lleve a escribir lo mismo que he escrito otras muchas veces. Y no por mucho llorar desaparece la pena.

28 comentarios:

  1. Es horrible la dependencia, porque los otros te pueden manejar como quieren, y no podes hacer nada porque en ese aspecto dependes de ello. Arriba ese animo, Disancor!!!!! Te quiero, amigo.

    ResponderEliminar
  2. Confieso que eso esprecisamente lo que mas miedo me da de envejecer
    un abrazo amigo

    ResponderEliminar
  3. Yo creo que todo es cuestionable porque , por lo que percibo de ti, eres un tipo con coraje, valor y mucho mucho tesón. Vamos, que no te achicas y no buscas lo cómodo para que te lo den todo hecho. Por tanto, querido Diego, no te comas el coco, deja la vida que avance, procura seguir con lo que puedas y pide ayuda solo en caso muy necesario. nada de lástima sino apoyo.

    Un abrazo de Mos desde mi orilla realista.

    ResponderEliminar
  4. No sé qué decirte, Diego. La verdad es que, en ese sentido, los discapacitado progresivos pasamos por un amplio abanico de posturas. No hay ninguna frontera clara entre lo posible y lo imposible. Y muchisimas veces nos peleamos hastta el extremo con algo dificil... obteniendo resultados nulos. Una cosa es la comodidad y el pasotismo... y otra pedir atuda. ¿Miedo? ¿Qué hay de malo en pedir ayuda? No se necesita ser dfiscapacitado para pedir ayuda: Todo el mundo lo hacre. Es pura humanidad. Y el resultado es que esa ayuda pedida, no sólo te ayuda a ti, sino también al ayudante.
    Un abrazo.
    Miguel-A.

    ResponderEliminar
  5. Hola, también soy un poquito discapacitada, y por mi trabajo estoy muy en contacto con este mundo.
    Por favor sigue adelante y no vayas a dejar hacer tu vida, la que puedas en cada momento, aunque sea muy duro, por suerte cada vez estamos mas integrados en la sociedad.
    te mando un beso grande y mi cariño.
    Asun.

    ResponderEliminar
  6. Es lo que tienen los días nublados, que te ponen la mente espesa, mañana lo verás todo mucho mejor.

    Eres un Titán, un peleón de la vida. Puede, puede, pero por qué te adelantas a algo, que no ha sucecido ni sabes si va a suceder? Hoy tienes la mente parlanchina y te está ganando por goleada. Anda y mándala a hacer puñetas, verás que a gusto te quedas!

    Muchos besos Disan.

    ResponderEliminar
  7. Hola Disancor, ya me gustaría a mí que estoy "sana" tener el coraje que tienes tú.
    Todos de alguna manera somos dependientes. Somos dependientes del dinero, de la comida para vivir, y siempre necesitamos a otras personas para la rutina del día a día.
    Yo no pienso en cuando me haga vieja y necesite mucho más de los demás, cuando llegue, pues tendré que aceptarlo. Creo que la dependencia también está en la cabeza, y tú de este tipo de dependencia eres muy libre. Tú cabeza la manejas a las mil maravillas.

    Saludos y un fuerte abrazo

    ResponderEliminar
  8. Eres el ejemplo de superación de todos los que te leemos por tu valentía, fortaleza, optimismo y tu forma de ser tan luchadora.

    Entiendo que tengas miedo, creo que es normal, cada uno tenemos los nuestros aunque en tu caso la angustia esté más que justificada. Tu mente resistirá, seguirás siendo nuestro ejemplo a seguir y con tus relatos nos haremos todos mas fuertes y conscientes de ciertas realidades.

    Un saludo

    UT

    ResponderEliminar
  9. Disancor, ¿qué es eso de que eres minusválido???? Tú puedes hacer todo, sólo que, tienes que hacerlo de otra manera (lo cual implica que tienes recursos, imaginación...). Pones un plus de esfuerzo y de ingenio para hacer las cosas de cada día, lo cual implica que, en tu caso, cada pequeña cosa tiene más valor y ... de alguna manera, te hace crecer un poco.

    Depender es duro. Pero a todos nos toca en algún momento. A algunos más, a otros menos. A mí, durante un tiempo me tocó. Yo que tenía mi independencia como un tesoro. ¿Sabes? Aprendí a dejarme ayudar, que no es fácil. Aprendí que unas veces te toca ayudar y otras recibir ayuda. Y... tú también ayudas a otros. Ten en cuenta que la ayuda física ni es la única ni es la más importante.

    ¡Ah! Y no te enfades por lo mal hecho. Si todos buscásemos la perfección en cada momento y dejásemos de hacer todo aquello que nos pudiese salir mal...¡la de cosas que se quedarían a medias!

    Un beso, un abrazo y ¡ánimo!

    ResponderEliminar
  10. Considero por lo que he leído de tus problemas, si se pueden llamar problemas, que eres valiente ante la vida.
    Depender no es facil, pero si analizamos, todos dependemos un poco de los demás. A veces del cariño, del buen humor, necesitamos ayuda ante problemas hogareños que no logramos sobrellevar, es decir todos dependemos. El asunto es asumirlo y ver como podemos salir y aceptar la ayuda.

    mariarosa

    ResponderEliminar
  11. Amigo Diego. ¿Has oido hablar de la Ley de Dependencia?
    Esta Ley inició su andadura gradual el 1 de enero de 2007.
    La Ley de Dependencia establece tres tipos con dos niveles cada uno:
    Grado I. Dependencia moderada: cuando la persona necesita ayuda para realizar varias actividades básicas de la vida diaria, al menos una vez al día o tiene necesidades de apoyo intermitente o limitado para su autonomía personal.
    Grado II. Dependencia severa: cuando la persona necesita ayuda para realizar varias actividades básicas de la vida diaria dos o tres veces al día, pero no quiere el apoyo permanente de un cuidador o tiene necesidades de apoyo extenso para su autonomía personal.
    Grado III. Gran dependencia: cuando la persona necesita ayuda para realizar varias actividades básicas de la vida diaria varias veces al día y, por su pérdida total de autonomía física, mental, intelectual o sensorial, necesita el apoyo indispensable y continuo de otra persona o tiene necesidades de apoyo generalizado para su autonomía personal. Serán atendidos con caracter preferente al resto de grados.
    El Estado aportará más de 12.638 millones de euros desde 2007 hasta el 2015. El primer año serán 400 millones, ascendiendo anualmente esta cifra hasta sumar 2.212 millones en 2015. Las comunidades autónomas deberán aportar las mismas cantidades. Los usuarios sufragarán el 35% del total en función de su renta. Si una familia puede pagar el 90% del coste de una residencia, así deberá hacerlo durante todo el tiempo posible.
    La Ley pretende ser universal y dar prioridad a la teleasistencia, la ayuda a domicilio y los centros de día, siendo «excepcional» el pago de un sueldo al cuidador familiar, una vez se haya dado de alta en la Seguridad Social.
    Amigo Diego: Dédate de heroismos y si crees que estás en alguno de estos casos, infórmate, o yo te diré algo que como sabes y por desgracia estoy al cabo de la calle.
    Un abrazo.

    ResponderEliminar
  12. No hay cosa que me de más pánico que depender de los demás. Soy muy duro y exigente consigo mismo para ser un enfermo dócil. Y aunque hoy soy muy tolerante con la gente, puede que cambie cuando sea más dependiente.
    marcus, un abrazo.

    ResponderEliminar
  13. Si, es normal que todos sintamos miedo a la vejez y a la enfermedad que nos vaya limitando hasta hacernos dependiente de otras personas. En mi caso es un miedo obsesivo, imposible de controlar.
    Juanjo, un abrazo.

    ResponderEliminar
  14. Ahí esta mi calvario, que siempre he huido de lo cómodo, y nunca he permitido que hagan nada por mi. No siempre consigo buenos resultados, pero, por lo menos, lo intento. El pedir ayuda siempre es el último recurso.
    No soy pesimista, pero en esto de la dependencia, tengo todas las papeletas para que me toque.
    Mos, un abrazo.

    ResponderEliminar
  15. En mi caso no es el deseo o la necesidad de pedir ayuda, es el miedo a necesitarla para seguir viviendo. Es el temor a ser enteramente dependiente de otras personas. Es la angustia ante lo inevitable.
    Miguel A., un abrazo.

    ResponderEliminar
  16. Trataré de seguir mi vida como vengo haciendo, buscando la alegría en sueños e ilusiones que oculten una realidad más bien fea y un porvenir más bien negro. No es ser pesimista, es ser consciente de lo que soy y de lo que seré otro día.
    Asun, un beso.

    ResponderEliminar
  17. Yo nunca había creído en la influencia del tiempo en las personas, pero últimamente noto que depende un poco de las nubes que uno vea las cosas más o menos negras. Y lo mismo que mejora el día, mejora el ánimo.
    ion-laos, un abrazo.

    ResponderEliminar
  18. Es cierto que la dependencia esta más bien en la cabeza. Yo, aunque he empezado a sentir miedo de no poder valerme por mi mismo, nunca me he sentido ni me he comportado como un minusválido.
    Ni siquiera la gente me trata como tal.
    Isa, un abrazo.

    ResponderEliminar
  19. La verdad, soy un valiente con mucho miedo, tanto que, de cuando en cuando, no puede evitar que se me escape alguna queja. Pero solo eso, porque me suelo recuperar pronto y aturdirme con el quehacer diario.
    Ut, un abrazo.

    ResponderEliminar
  20. Después de tanto tiempo con problemas de discapacidad, ya estoy acostumbrado a hacerlo todo valiéndome de pequeñas mañas, en mucho más tiempo, pero consigo casi los resultados que deseo. Lo malo es que soy muy exigente y cuando algo no me sale bien, me tomo el gran cabreo.
    María, un beso.

    ResponderEliminar
  21. Sí, en nuestras relaciones, o por una cosa o por otra, siempre dependemos unos de otros. Todo es mentalizarse y aceptarlo como lo más normal de la vida. Y sin embargo, es duro pensar que las necesidades más elementales dependen de la voluntad, la obligación o el cariño de otras personas.
    mariarosa, un beso.

    ResponderEliminar
  22. Guardaré una información tan completa y valiosa sobre la Ley de Dependencia, porque dada mi situación puede que un día la necesite. Hasta ahora nunca me he preocupado de esas cosas tan necesarias. Quizás será porque una buena ley de dependencia no va a mejorar mi estado de ánimo.
    Veterano, un abrazo.

    ResponderEliminar
  23. Cuando se llega a esas situaciones lo mejor es siempre afrontarlas con coraje, muchos ánimos.
    y con mis mejores deseos para estas navidades
    ¡felices fiestas!.

    ResponderEliminar
  24. la dependencia bien podría emparentar con la dignidad, la cooperación y el esfuerzo!

    Un Besito Marino

    ResponderEliminar
  25. La ley de Dependencia sirve para paliar algunos problemas de quienes tienen que cuidar de las personas necesitadas. Cada Comunidad dispone de un presupuesto y de un listado de personas necesitadas. Procura entrar en el sistema cuanto antes, porque las listas están saturadas y más que estarán con tantos ancianos como somos en todo el Estado.
    No te cuesta ningún trabajo acceder a la información que pueda brindarte tu Comunidad.
    Un abrazo.

    ResponderEliminar
  26. Tendré muy en cuenta tus consejos. Gracias.
    Veterano, un abrazo.

    ResponderEliminar
  27. A todos, feliz fin de semana y mis mejores deseos para estas Fiestas de Navidad.

    ResponderEliminar