La gente que me ve paseando
por la calle en silla de ruedas dice que estoy muy jodido. Sin embargo, yo me
siento bien y pienso que exageran. Todo el mundo sabe de mi enfermedad, y yo
sin darme cuenta. En el fondo, puede que este aterrado por descubrir un día que
estoy enfermo. Pero hasta que llegue ese momento, procuro vivir como si
estuviese sano.
¡Es tan fácil ser
feliz engañándose! Porque, de verdad, para ser feliz hay que estar un poco
loco. No ser consciente del todo de la realidad que nos rodea, ni de cual será
el futuro que nos espera.
No me gusta hablar de
enfermedades ni tampoco del tiempo. En ninguna de las dos cosas puedo influir
para mejorarlas, ¿entonces para qué preocuparse? Quiero ser un enfermo
ignorante, quiero ser un ateo de la ciencia. Ya fui creyente esperanzado y así
he llegado a viejo. Y además convencido que, al final, todas las enfermedades
tienen cura, con el único inconveniente, que cuando llegue ese momento el cuerpo no tendrá alegría para
celebrarlo.
Sí la impotencia y la
desesperación pudiesen hablar, ¿qué
dirían de mí silla de ruedas?
Dirán que estás muy jodido, Diego, pero también podrían decir que no te achicas ni te das por vencido. Claro que en cada uno la procesión va por dentro pero creo sinceramente que eres un ejemplo de persona con problemas y enfermedades insalvables que no pierde el ánimo ni se esconde en un rincón para deprimirse.
ResponderEliminarY luego está tu legado fotográfico y tu sabiduría.
Un abrazo de mos desde la orilla de las palabras.
Me alegro muchísimo de que seas feliz sobre tu silla de ruedas, seguramente te sientas tu mejor que muchas de esas personas que ven en ti una enfermedad, hay gente sana a la que se le gasta la vida inventándose dolencias, pues allá ellos que no saben que la vida solo se vive una vez.
ResponderEliminarMira yo tambien te veo bien, porque cuando me paso por esta tu casa encuentro siempre la puerta abierta y un montón de fotos y una memoria extraordinaria en todas ellas, y cuando haces textos como éste yo veo a una persona llena de energía y ganas de vivir una vida llena de luz.
Siento pasarme poco, ya sabes que ando muy liada con mi proyecto de hacer buenas fotografías y no me deja casi tiempo, pero no me olvido... jamás.
Besos.
Dirán que que contigo no se puede, que no te rindes....
ResponderEliminarTu mente y corazón son valientes y poderosos y tu labor importante , mucho que enseñar mientras tu sigues aprendiendo.
Besos muy cálidos ♥♥
Diego te entiendo total, mi caso es el tambien tengo silla, y una enferdad, difil de entenderme, no porque tenga mal caracter, al contrario, siemre mi animo es muy alto, no entienden, que no tenga bajones, que meje de nada nunca, y mas. si tines skype y quieres conectar comigo puedes. o e.mai, tefono, simplemente pasas, yo no hablo de enfermedades no es mi jovi. puedointercambiar impresiones. animo y no cambies
ResponderEliminarHola Disancor, pues seguro que tu silla de ruedas está a gusto de que vayas encima de ella.
ResponderEliminarCreo que estás más sanos que muchos que dicen estar sanos, porque tienes la cabeza bien amueblada y sabes muy donde quieres ir y como quieres ir. Enhorabuena por haber llegado a viejo:-) Seguro que muchas personas de esas que se creen sanas no llegarán porque se ahogarán en un vaso de agua cuando tengan algún problemilla.
Saludos y un abrazo fuerteeeeeeeeeee
Diego, cada día te admiro más como persona. Como artista, ya lo sabes, porque tus fotos son arte puro.
ResponderEliminarUn abrazo
Si te dicen que estás jodido, es porque te ven bien, feliz, y eso da mucha envidia. Es estupendo que hagas tu vida enfocándolo desde ese punto, eres positivo y te enfrentas a todo, vamos, lo que se dice un guerrero en condiciones.
ResponderEliminarBuena semana Diego, montones de besos.
Creo que nadie es feliz del todo. Todo el mundo tiene sus motivos para ser y para no ser. La felicidad es un estado y no depende ni de la salud, ni del dinero, ni siquiera de las circunstancias.
ResponderEliminarHe visto personas muy felices con poco y personas que se sentían desgraciadas cuando el resto pensábamos que no tenían motivo alguno. Hay enfermedades del alma más graves que las físicas.
El cúmulo de tus experiencias es lo que en realidad vale y lo compartes con generosidad.
Bss y feliz semana
Querido Disancor: te entiendo perfectamente, pues yo tambien tengo una enfermedad que ya arrasta varios años, como 5, y es la epoca que mejor me siento en toda mi vida, feliz, sin embargo mi familia, mujer y cuatro hijos, me lo hacen recordar, como si yo fuera un invalido y no es asi, yo soy feliz....feliz, y he derrotado este maldito, o bendito no se, cancer, porque el no va a poder conmigo por mas que se lo proponga ..... jajajaja.....ARRIBA EL ANIMO DISANCOR....desde mi querida Buenos Aires... Lapegnola
ResponderEliminarLo que no podemos cambiar, para qué lamentarnos, al menos el buen humor nos mantiene.
ResponderEliminarUn abrazo y muy buena semana.
mariarosa
Mi abuelo solía decir que se encontraba muy mal, pero que se alegraba, para no dar opción a que algún otro se alegrara de su mal.
ResponderEliminarEntonces no comprendía a mi abuelo, pero a mis 75 años y con lo que arrastro, ahora le comprendo perfectamente y a ti también, estimado amigo. Un cordial saludo.
Creo que seguiré siendo feliz mientras en las cosas más importantes de la vida no dependa de los demás. Siempre he ido por libre, y pienso que ser dependiente no es vivir tu vida, es vivir la vida de las personas que te cuidan, y aunque te quieran mucho, uno no puede evitar ese punto de soberbia. Pero, en fin, el futuro es un misterio.
ResponderEliminarMos, un abrazo.
ResponderEliminarSoy feliz encima de mi silla de ruedas, paseando solo por la calle y venciendo dificultades. Me gusta hacer lo que hago, aunque, dadas las limitaciones de mi discapacidad, me suponga un gran esfuerzo y una enormidad de tiempo. Mientras pueda mantener el equilibrio de una relativa normalidad, creo que podré mantener buen ánimo. Es importante acostarse con una preocupación y levantarse con un proyecto, así no tiene uno tiempo de sentirse enfermo.
campoazul, un beso.
La verdad que mi cuerpo cumple años para adelante y cada vez estoy más estropeado y soy más viejo, sin embargo, mi mente parece que los cumple para atrás y cada vez soy más niño, y será esa inconsciencia de niño la que no me permite ver la realidad de mi enfermedad y mi situación de discapacidad. Ojala tarde todavía mucho tiempo en darme cuenta que también yo tengo graves problemas de salud.
ResponderEliminarTramo Romero, un beso.
De las formas de comunicación, la única que utilizo es el correo. Otras formas, o no las conozco o no las puedo utilizar. Y es el caso del teléfono, no se me entiende muy bien y para no complicarme la vida, dejé de utilizarlo Te agradezco, sin embargo, tu ofrecimiento de comunicación, y con los mejores deseos, también yo te ofrezco mi correo, que esta visible en el blog.
ResponderEliminarLa verdad que para nosotros la vida no es fácil, por eso, hemos de ser valientes, y borrar de nuestra mente la palabra desanimo y no puedo.
mjesus, un abrazo.
Es cierto, tengo una mente lúcida en un cuerpo que no obedece, eso es lo natural de la enfermedad y la vejez. Y aunque uno se resiste a darse por vencido, casi siempre se necesita salud para hacer realidad los sueños. De todas formas, yo vivo el momento, procuro evitar los miedos a lo que esta por llegar, y procuro que no aparezca ni la más pequeña nube de desánimo. No soy de esas personas que empiezan a sufrir antes que llegue el problema.
ResponderEliminarIsa, un abrazo.
Muchas gracias por tenerme en tan buen concepto. La verdad que mis defectos son mucho, y también me falta voluntad para superarlos. Cuesta mucho, pero también acaba uno acostumbrándose a la enfermedad, o por lo menos, procurar que no nos amargue la vida.
ResponderEliminarAntorelo, un abrazo.
Aunque a la enfermedad no nos acostumbramos del todo, hay que aprender a convivir con ella de la mejor manera e intentar ignorarla siempre que se pueda. Me ocurre con mucha frecuencia que mi incapacidad me pasa desapercibida, y eso me hace creer que la gente tampoco la ve. Para mi no hay problemas insalvables, solo que para hacer una cosa necesito mucho más tiempo que una persona sana.
ResponderEliminarion-laos, un abrazo.
Es cierto, todo el mundo tiene sus problemas, aunque de cara a los demás todos parezcamos felices. Quizás deberíamos de sentir de verdad lo mismo que percibe la gente. Sugestionarnos en poco para sentir lo mismo dentro que la imagen que sale fuera. Mi caso es algo raro, porque por fuera se me ve como un vencido triste y, sin embargo, por dentro soy un hombre feliz y sin grandes complicaciones. No niego tener miedo que un día caiga mi buen estado de ánimo.
ResponderEliminarKaty Sánchez, un beso.
Es verdad, la salud es el mejor capital que poseemos los seres humanos, y alguna vez nos de un susto. Sin embargo, hoy la ciencia hace milagros y las enfermedades que antes eran graves, hoy han dejado de serlo. Te felicito por tu buen estado de ánimo y deseo que no decaiga nunca. Es tu felicidad y la de tu familia.
ResponderEliminarBuenos Aires, bendita ciudad.
Anónimo, un abrazo.
Así es, es una tontería empeñarse en que sea diferente lo que no se puede cambiar. El destino no esta en nuestras manos, pero, en buena medida, si nos esforzamos en ser felices, hay muchas probabilidades para acabar siéndolo, y ya un primer paso es siendo siempre positivo.
ResponderEliminarA mi no me ha ido mal el buen estado de ánimo y el tratar de ignorar lo más feo de la vida, sin dejar por eso, de estar preparado para defenderme.
María Rosa Giovanazzi, un beso.
Bueno, pues tu abuelo tenía un buen sentido del humor. Yo cuando me preguntan por la salud contesto, que bien, pero..., sin entrar en detalles. A mi edad los detalles no pueden ser buenos. Hace años que no voy al médico y así me hago la ilusión que estoy sano. Ya conoces un síntoma de mi enfermedad crónica, pues los otros síntomas son mucho más graves, peso eso no es suficiente para amargarme la vida.
ResponderEliminarJuan Conejo López, un abrazo.
A todos, muchas gracias por vuestras amables palabras de ánimo.
ResponderEliminarFeliz semana.
Diego ya sabes la alegria que me das casi todos los dias cuando te veo,el otro dia de lluvia, pense si no ayudo a Diego a refugiarse en algun sitio? se va a mojar y puede enfermar, te preste mi ayuda pero, como eres un campeon me dijistes, no te preocupes Nieves estoy esperando a una persona y si no yo me refugiar, eres una persona envidiable de verdad otro en tu lugar si hubiera aceptado mi ayuda, pero tu quisiste valerte por si mismo y esque de verdad ERES UN CAMPEON un abrazo
ResponderEliminarDe verdad que agradecí tú gesto de echarme una mano. La intención y el gesto es suficiente para mí, porque veo que tengo muchos amigos que me quieren, y tú estas entre ellos. Yo sabes que me gusta pasear solo empujando mi silla de ruedas. La excepción la hago en el rato que paseo con mi amigo ciego. Por solidaridad conmigo, él empuja mi silla, y por solidaridad con él, yo dirijo sus pasos. Nos complementamos a las mil maravillas. Por lo que ves de mí y lo que has leído en la entrada, conoces muy bien cual es la realidad de mi vida, JODIDO, PERO FELIZ
ResponderEliminarNieves, un abrazo.
¡Eso mismo pienso yo, pero no me atrevo a escribirlo! :-)
ResponderEliminarUn abrazo, Diego.
Miguel-A.
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ResponderEliminarQuizás con los años he perdido el sentido del ridículo, porque yo pienso las cosas y las digo. Sin embargo, de mi vida solo cuento cosas que me afecten a mí, nunca a mi familia ni a mis amigos. Siento un gran respeto por las personas, y esto me obliga a ser diplomático y tolerante con ellas, y muy exigente consigo mismo. Creo que los que padecemos alguna discapacidad somos más comprensivos con los defectos de la gente por el enorme control que estamos obligados a ejercer sobre nosotros mismos.
Miguel A., un abrazo
bueno, debido a que soy lenta en publicar y lo mosmo en visitar y comentar, a lo que se añade la mala actualizacion, pierdo muchas veces de leeros, en alunas ocasiones os veo muy seguido y entro, otras veces no loes, ahora he perdido varias, de esas, memorias que nos regalas, y aunque por falta de tiempo no comente en todas, esta no podía pasar por alto.
ResponderEliminarMereces un premio por tu positividad, humor y fuerza para seguir adelante, otros más jóvenes y sanos se acobardan a la primera de cambio, sigue adelante amigo, y nunca pierdas ese ánimo, en la vida hay que estar un poco loco y autoengañarse otro poco para poder seguir la senda hasta el final.
Un abrazo y un buen domingo.
Ambar