DON
BENITO. En la foto en blanco y negro de
mediado de los 70 vemos en la calle Ayala el armazón en construcción de lo que
había de ser el edificio Brasil, tal y
como muestra la foto de 2015.
Mucho ha cambiado la calle, es lógico. El verano en Don Benito es muy caluroso, y y se echa mano del aire acondicionado, pero debería haber alguna forma de disimular los aparatos de refrigeración, pues a mi parecer, hacen feo. Saludos.
Extraordinario testimonio gráfico que pone de manifiesto y desarrolla, o pone en tela de juicio, la idea de progreso. En el mismo terreno donde antes se ubicaban cuatro o cinco casas espaciosas, de aquellas que escondían en su interior un corral de gallinas o un patio con limonero, las mismas en las que sus moradores en invierno se calentaban en una mesa camilla con brasero de picón, hoy ocupan su lugar ordenados y superpuestos cubículos con calefacción central.
El corral de gallinas, el pequeño huerto o el patio de pozo y macetas, inundado en verano de las complacientes sombras de parral, han dado paso a una piscina comunitaria donde los vecinos, en esas primeras escuelas de calor, anticipándose a Radio Futura, desnudaban sus cuerpos al sol.
Brasil, edificio Brasil, si tu quieres a tu vida divertir, cómprate un pisito en el edificio Brasil.
La verdad que tantas cosas pinchadas en las fachadas afean un poco, y eso que ya no hay tanto furor por las antenas panorámicas de televisión. Ahora todo el espacio lo ocupa el aire acondicionado. Pedro, un abrazo.
Hermoso retrato de las casas que hoy ocupan el espacio en el edificio Brasil. Bonito y moderno, además de meter más personas en los mismos metros, es el precio que hemos de pagar al progreso. Esas idílicas casas del pasado solo pueden sobrevivir en los pueblos pequeños, muy pequeños. Cala Bazón, un saludo.
Mucho ha cambiado la calle, es lógico. El verano en Don Benito es muy caluroso, y y se echa mano del aire acondicionado, pero debería haber alguna forma de disimular los aparatos de refrigeración, pues a mi parecer, hacen feo. Saludos.
ResponderEliminarExtraordinario testimonio gráfico que pone de manifiesto y desarrolla, o pone en tela de juicio, la idea de progreso. En el mismo terreno donde antes se ubicaban cuatro o cinco casas espaciosas, de aquellas que escondían en su interior un corral de gallinas o un patio con limonero, las mismas en las que sus moradores en invierno se calentaban en una mesa camilla con brasero de picón, hoy ocupan su lugar ordenados y superpuestos cubículos con calefacción central.
ResponderEliminarEl corral de gallinas, el pequeño huerto o el patio de pozo y macetas, inundado en verano de las complacientes sombras de parral, han dado paso a una piscina comunitaria donde los vecinos, en esas primeras escuelas de calor, anticipándose a Radio Futura, desnudaban sus cuerpos al sol.
Brasil, edificio Brasil, si tu quieres a tu vida divertir, cómprate un pisito en el edificio Brasil.
O argo asín.
La verdad que tantas cosas pinchadas en las fachadas afean un poco, y eso que ya no hay tanto furor por las antenas panorámicas de televisión. Ahora todo el espacio lo ocupa el aire acondicionado.
ResponderEliminarPedro, un abrazo.
Hermoso retrato de las casas que hoy ocupan el espacio en el edificio Brasil. Bonito y moderno, además de meter más personas en los mismos metros, es el precio que hemos de pagar al progreso. Esas idílicas casas del pasado solo pueden sobrevivir en los pueblos pequeños, muy pequeños.
ResponderEliminarCala Bazón, un saludo.