Viejos recuerdos,
viejas costumbres.
Unas sábanas blancas
en el suelo y un muerto tendido encima, al lado de la cama. Los ojos cerrados y
las manos descansando sobre el pecho. Era la quietud y la rigidez de un cadáver
sobre el frío del suelo. La luz de unas velas, llorando cera, marcaban las
arrugas de su cara. Con traje a rayas y corbata, como si fuese a una fiesta muy
seria, y carente de movimientos. Me sobrecogió la visión y me estremeció el
pensamiento.
La puerta de la habitación entreabierta y el pasillo
de la casa lleno de gente con caras serías y sentados unos frentes a otros,
Mujeres de negro recitaban una letanía al tiempo que la más vieja pasaba las
cuentas de un rosario. Y en este ambiente de dolor, superstición y misterio, se
consumían las horas de velatorio. El ambiente de sugestión y la noche,
propiciaban el mejor momento para hacer un repaso de la vida y su destino
final. Y ahí, sentí de pronto que la misma escena la había vivido en otro
momento. Pero la vi con los ojos de mi cara desde el lugar que ocupaba el
muerto. Extrañas cosas suceden en la mente.
Se ha modernizado la
forma de despedir a los muertos, pero la muerte siempre será un misterio. Y
concluida la visita por le vida, se regresa a la nada eterna. Y nadie sobrevive,
sin embargo, durante un tiempo habrá quien cuide de poner flores frescas en la
tumba. Y así, hasta que se marchite el recuerdo.
Más o menos así es, todo cambia en la vida, pero la sigue llegando de igual manera, en la tumba no hay nada, la esencia ya ha pasado a ocupar el lugar que le corresponde en el cosmos.
ResponderEliminarInteresante tu relato, un abrazo y un buen fin de semana.
Ambar
Un abrazo para ti. Y un beso.
ResponderEliminarUYYY que tetrico, ahora el tanatorio parece mal facil despedirte, un abrazo
ResponderEliminarVivamos la vida que es lo que nos toca, disfrutemos de todos los momentos, de la familia, de los amigos, de todo lo bueno.
ResponderEliminarMuchos besos Disan.
Para valorar la vida es bueno pensar de cuando en cuando en la muerte. Vivir intensamente cada instante porque hay que desconfiar de las segundas oportunidades, en realidad, solo tenemos una vuelta y además no sabemos donde esta el meta.
ResponderEliminarAMBAR, un abrazo.
ResponderEliminarCorrespondo con un sincero abrazo virtual contento de contar hoy con tú presencia, así la entrada de este día deja de ser tan triste. Gracias.
Amapola Azzul, un beso.
ResponderEliminarLa verdad que la entrada de este día no se puede decir que sea alegre. Quizás influido por ser hoy el Día de los Difuntos me he dejado influir y no he podido escribir algo más divertido.
mjesus, un abrazo.
Sí, mejor es vivir equivocándose que lamentándose de no haber aprovechado las oportunidades que se han ido presentando de gastar de la mejor manera el tiempo que nos ha tocado en la vida, y dejando de nuestro paso buenos recuerdos. Al fin, durante un tiempo es lo que queda.
ResponderEliminarion.laos, un abrazo.
Ay qué yuyu!! No me gusta nada esa idea que has puesto de la muerte, idea o realidad porque la verdad de la muerte solo los muertos la saben, y nadie vino a contarla.
ResponderEliminarMe disculpo por mis ausencias, el internet no me da tregua y me sigue fastidiando… que rabia.
Besos.
Para valorar y aprovechar a tope nuestra estancia en la vida, es bueno pensar en la muerte, pero sin miedo porque, hagamos lo que hagamos, esa señora llega cuando menos se la espera.
ResponderEliminarSiento que tengas problemas con Internet, y espero que se te resuelvan sin más complicaciones.
campoazul, un abrazo.
Hola Disancor, muy bonito como has escrito la muerte.
ResponderEliminarYo he ido a algunos tanatorios en donde la noche era tan larga que llegábamos a contar chistes. La noche da para mucho.
Me ha encantado como lo has contado. Ahhhhhhhhh, lagarto lagarto, yo nunca he pensado ponerme en lugar del muerto/a
No me hago conjeturas, ya llegará.
Saludos y un abrazo fuerteeeeeeeeeeee