Sea la foto un justo recuerdo al conocido Ultramarinos
“El Sordo”, en la Plaza de España de Don
Benito, y un homenaje muy especial a Vicente, su propietario.
El progreso, las
franquicias y las multinacionales fueron haciendo desaparecer aquellos pequeños
comercio que llenaban las calles de las ciudades. Aquellos inolvidables y
entrañables ultramarinos, de tan socorrido servicio y con sabor a pueblo.
Pequeños comercios con la aspiración de grandes superficie. Comerciantes-tenderos
pendiente de los gramos que marca el peso, de cobrar en calderilla y regalarle
un caramelo al niño. Y conocían el nombre de sus clientes, sus penas y sus
alegrías…Para el ultramarino, el cliente era una persona, pero ¿ahora que es para
la gran superficie comercial? Nada, un número en un listado de beneficios. La
frialdad más impersonal envuelta en luz, color y música aturdiendo la voluntad
y los sentidos, que anula la voluntad e induce al consumismo.
Y la misma suerte del
ultramarino correrá el comercio tradicional de las ciudades. Esas acogedoras
tiendas llenas de arte de la más pura artesanía, de recuerdos y costumbres
irrepetibles, serán solo parte de la historia. Y esas calles llenas de tiendas
antiguas y dependientes humanos, dejaran paso al comercio moderno de
escaparates muy iguales y un contenido parecido en de todas las ciudades. Ya no
tendrá interés la visita del forastero, porque lo mismo puede ver y comprar en
cualquier parte.
El comercio
tradicional, es nostalgia y
sentimientos; el progreso, es el bienestar que proporciona el dinero. Los
románticos, hemos de conformarnos con el recuerdo.
Como bien dice usted Diego, antes nos conocian por nuestro nombre, conocian a nuestra familia, ahora solo somos un número en una tarjeta de cliente de cualquier gran superficie.
ResponderEliminarMaravillosa y con detalle esta foto, todas las que he repasado merece la pena ser vistas una y otra vez, es como volver a vivir ese instante, grcias Diego.
ResponderEliminarUn recién estrenado año
Nos ofrece 365 días
Para dirigir nuestros pasos
Hacia el túnel de la Luz
Llenando la vida en su totalidad
De esperanza, Amor y Paz.
Es mi deseo para ti,
Y todo Ser viviente
Ambar
Y en aquellos tiempos malos, en las tiendecitas del barrio te daban fiados los alimentos. El consumo ha cambiado, y la gente, cuando tiene dinero, prefiere comprar en las grandes superficies. Entre todos estamos matando el comercio tradicional.
ResponderEliminarAnónimo, un saludo.
ResponderEliminarLa foto esta bien en conjunto, pero no en los detalles. Hay que tener en cuenta que las imágenes proceden de negativos muy viejos, deteriorados y muy mal conservados.
Me han encantado las hermosas palabras que dedicas al nuevo año.
Feliz 2015.
AMBAR, un abrazo.
Que enorme recuerdo, entrañable Vicente, siempre le pondré de ejemplo de como tratar a la clientela, lástima que hoy en día sólo valgan las cifras de beneficio.
ResponderEliminarGracias Diego.