En los bancos de la
plaza, conocidos fantasmas de desconocidos viejos, que se amontonan en el
silencio de la reflexión o la soledad de los recuerdos, aquellos que se
comparten o se callan en lo más íntimo de la memoria. Ellos y yo fuimos amigos,
cuando no teníamos arrugas, ni el bastón soportaba el peso de los años. El paso
del tiempo nos ha convertido en extraño. Partí joven y regresé viejo. Ahora soy
forastero hasta en mi propia tierra. La plaza de mis recuerdos la veo ocupada
por gente extraña, por cosas nuevas, por árboles que no estaban. Sin embargo,
por un momento creo ver en el cielo la bandada de gorriones negros, que por la
tarde volaba alrededor de la torre, con su algarabía de pájaros de fiestas o de
lutos. Donde tantas veces siendo niño
había tocado repiques de gloria o redobles de muertos, en aquellas viejas
campanas.
Hola Disancor, bueno, es normal que cuando no se tiene mucho contacto con el día a día en las calles y parques, uno se sienta que no es del lugar aunque haya nacido ahí. Realmente a mi me sucede lo mismo pero es porque donde vivo, hay más personas de otros países. que españolas. Da la sensación que vivo en el extranjero.
ResponderEliminarSaludos y abrazos fuertesssssssssssssssss
Aún así hay que dar gracias por cada día que amanecemos con todas sus cosas.
ResponderEliminarMuchos besos y abrazos Disan.
Eres un maestro, amigo Diego.
ResponderEliminarTe deseo un buen año y si puede ser, con un poco más de buen humor.
Jean Lapín.
Creo que escribí pensando en los que hemos pasado media vida fuera de nuestros pueblos, que eres un extraño en el lugar de residencia, y también acabas siéndolo en tu propia tierra. Forastero en todas partes.
ResponderEliminarIsa, un abrazo.
ResponderEliminarEs verdad, lo importante es vivir sin importar el lugar. El bienestar y la felicidad, son cosas que no vienen solas. Algunas veces hay que probar mucho y no quedarse nunca quieto en un lugar. Siempre rompiendo lazos y creando otros nuevos.
ion-laos, un abrazo.
ResponderEliminarSi no decae el humor, seguro que el año es bueno, y si no lo es, haremos uso del socorrido humor negro, y así no se notan tanto las penas.
Tus deseos son mis deseos, para tí y tu familia.
Anónimo-Jean Lapin-. un saludo.