Llagada la vejez es el tiempo de repasar la vida que se ha consumido con problemas y alegrías. Unas cosas se recuerdan mejor que otras, pero siempre hay motivos para contar historias del pasado. Pedro, un saludo.
Es verdad, encima del banco hay muchas historias y muchos años consumidos en miles de situaciones de todas clases. Los jóvenes de antes escuchaban a las personas mayores, pero los de ahora no les hacen mucho caso. Antorelo, un abrazo.
La suerte sería llegar a viejo sin achaques, sin embargo, además de años, tenemos todas las enfermedades. Yo, siempre que me preguntan por la salud digo que estoy bien, pero sin entrar en detalles. Amigo Juan, no hay que desanimarse, y procuremos seguir cumpliendo años con los mejores pensamientos. Anónimo, Juan Conejo, un abrazo con todo mi aprecio.
En charla amena descansan tras una larga vida de trabajo. Saludos.
ResponderEliminar¡Cuánta historia sostiene ese banco! Un abrazo
ResponderEliminarDigan lo que se quiera, es muy triste llegar a viejo. Y lo digo desde mis 76 años.
ResponderEliminarUn abrazo Diego. Sabes que te aprecio mucho.
Juan Conejo.
ResponderEliminarLlagada la vejez es el tiempo de repasar la vida que se ha consumido con problemas y alegrías. Unas cosas se recuerdan mejor que otras, pero siempre hay motivos para contar historias del pasado.
Pedro, un saludo.
Es verdad, encima del banco hay muchas historias y muchos años consumidos en miles de situaciones de todas clases. Los jóvenes de antes escuchaban a las personas mayores, pero los de ahora no les hacen mucho caso.
ResponderEliminarAntorelo, un abrazo.
La suerte sería llegar a viejo sin achaques, sin embargo, además de años, tenemos todas las enfermedades. Yo, siempre que me preguntan por la salud digo que estoy bien, pero sin entrar en detalles.
ResponderEliminarAmigo Juan, no hay que desanimarse, y procuremos seguir cumpliendo años con los mejores pensamientos.
Anónimo, Juan Conejo, un abrazo con todo mi aprecio.