Necesitaba whisky para
mirar el frasco de pastillas que tenía encima de la mesa. Pensó que tendría que
beberse media botella para tomarse la primera pastilla, y la botella entera
para tragárselas todas. No tenía prisa. Por las prisas, por el miedo y por no
estar bastante borracho, había fracaso en otros intentos. Y como si estuviese de charla con un
invisible amigo, hablaba y bebía. Entre
palabras y tragos, contaba penas y justificaba su falta de valor para una cosa
y su cobardía para otra.
Se vio caminando por
un túnel de luz. De pronto una especie de coloso vestido de un blanco luminoso y
con los brazos en cruz, gritaba: ¡PRUEBA
DE ALCOHOL!
Abrió los ojos y se
encontró con los de una enfermera que sostenía en la mano una bandeja con un
vaso de agua y un frasco de pastillas que, recordó, había visto encima de
alguna mesa.
Ojalá que algunos individuos tomaran buena nota de tu mensaje. Un saludo.
ResponderEliminarHola amigo Diego.
ResponderEliminarDesde el día 22 de enero no habías dejado otra perla de tus creaciones.
Un abrazo.
Parece fácil entrar en el círculo del alcohol, no hay mas que ver a los del botellón. Espero no tener que depender del alcohol y seguro que me resignaré y en algún momento hasta pueda desear las pastillas. Felices Pascuas.
ResponderEliminarOriginal manera de festejar la pascua tiene tu personaje. Muy buena historia Diego.
ResponderEliminar¡¡FELICES PASCUAS!!
mariarosa
Hola Disancor, ya estoy de vuelta en mi casa después de tres semanas.
ResponderEliminarEl alcohol y las medicinas no son buenas compañeras.
Muy bien escritos.
Saludos y abrazos fuertesssssssssssssssssss
Para mi es un sacrificio dejar de comunicar escribiendo, me gusta hacerlo, aunque no tenga un estilo muy académico ni muy brillante. Para mi va llegando el momento de reducir tareas. Me cuesta mucho darle a las teclas del ordenador. Al menos me queda la satisfacción de haber hecho muchos amigos.
Juan Conejo López, un abrazo.
Bueno, el tema del relato, no es que sea el más indicado para unas vacaciones de Semana Santa. Aunque tampoco acabó un tragedia.
ResponderEliminarSoria 9, un abrazo.
ResponderEliminarEl microrrelato es referido a un amigo que intentó suicidarse tomándose una botella de whisky y un frasco de pastillas. Afortunadamente falló en el intento.
Pedro, un saludo.
ResponderEliminarBueno, el personaje lo que tuvo la peregrina idea de poner punto final a su vida con una buena borrachera. Pero falló y no volvió a repetirlo.
María Rosa, un abrazo.
ResponderEliminarSea el que sea el motivo de la ausencia, siempre es una alegría volver a la tranquilidad del hogar, aunque eso sea retomar la rutina diaria en el punto que se dejó.
Isa, un abrazo.