Los fanáticos se confunden con los idealistas, y los idealistas con los fanáticos. El idealismo llevado al extremo, es fanatismo, y el fanatismo solo ve en una dirección, todo es malo, menos lo suyo, todos están equivocados, menos ellos. Las ideas no se defienden, se imponen, o estas con ellos o en contra de ellos, no puedes estar en el medio, observando a unos y a otros, porque los dos bandos te llamarán chaquetero, y, sin embargo, el político profesional tiene la habilidad de cambiar de chaqueta sin que, apenas, lo noten los votantes. Y cuando deciden eliminar a un camarada se monta una campana de desprestigio, y se le hace el vacío, táctica usada en casi todas las asociaciones humanas, y asunto concluido. Cada idealista arrastra a miles de pequeños y sencillos, e ilusionados idealistas, pero también un sin número de sinvergüenzas y aprovechados, que vigilan y a la menor oportunidad se apoderan de la idea para convertirla en un negocio, su negocio, y lo que iba a ser beneficioso para la sociedad, acaba siendo una propiedad privada o la finca del político, familia y allegados, y todavía, tienen seguidores, interesados fanáticos, pero seguidores al fin y al cabo. Parece cosa de locos que haya personas que aplaudan con entusiasmo el delito y al delincuente. Quizás sean personas que piensen que quién no ha metido la mano en la caja, es porque no la han tenido cerca. Y no trates de convencer, al fanático no le puedes hacer ver otra realidad, el único Dios verdadero es el suyo, todo lo demás es mentira.
Para un viejo, como yo, el mundo es casi un desconocido, no, yo soy un desconocido en el mundo, mis ideas, mis costumbres, mis conocimientos, todo esta caducado, hasta dudo de si mi experiencia vale para algo. Vivimos con las ideas de los jóvenes, quisimos cambiar el mundo y cedimos demasiado, ahora es tarde. Los valores éticos han sufrido un descalabro, han desaparecido o han cambiado tanto que no se parecen en nada a lo que eran. Ahora es bueno lo que antes era malo, bonito lo que era feo...El mundo no es peor, no es mejor, es diferente, y yo pienso, como es lógico, como lo que soy, un viejo. Viendo en los medios informativos la marcha de las cosas, te da vértigo a la velocidad que se suceden los acontecimientos, y que poco valor tienen la vida, la intimidad, el honor... Y los gobiernos hacen leyes y más leyes, que apenas se llegan a usar, sobre la marcha se ve si son buenas o malas, y si no dan resultado, se hacen otras. De toda forma, hoy se vive mejor que ayer, tenemos lo más grande que pueda tener el ser humano, la libertad.
No quiero seguir divagando más por hoy, total, haga lo que haga, voy a seguir siendo un viejo, con las ideas muy desordenadas, pero no chocho. Ni el corrector ortográfico admite que yo este chocheando.
Es que el corrector sabe con quién está tratando...y eso merece un respeto...
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