martes, 17 de noviembre de 2009
VALIENTE DE PACOTILLA
Silbaban las balas por encima de la cabeza, y la noche se iluminaba con la explosión de las granadas. La calma de la noche era rota por el estruendo de las bombas. Debajo de la lona de una tienda de campaña, sentados en unos tablones y con los pies en el barro y el agua, 8 soldados aguantaban el ataque enemigo y el agua que caía del cielo. Las armas entre las piernas, esperando órdenes del oficial que mandaba. Consciente del peligro que suponía permanecer en aquel sitio, ordenó la retirada. Los soldados iban saliendo de la tienda, arrastrándose por el barro de uno en uno. Ya habían salidos todos, menos yo, que era el último. Cuando, de pronto, se iluminó la oscuridad, al tiempo que una terrorífica explosión hizo temblar el monte. Los restos de un árbol cayeron sobre la tienda, y yo quedé atrapado debajo de las lonas. Allí pasé la noche, tendido entre agua y barro y la tienda de campaña encima. Fue una noche muy larga. Intenté salir de aquel agujero. Opté por quedarme quieto y en silencio, bueno, con el castañeo de dientes producido por el frío y el miedo. No cesó en toda la noche el ataque, ni tampoco la lluvia. A medidas que iba amaneciendo empezaba la calma, hasta el aguacero había dado un respiro. Esperé, mirando por un agujero de la lona. Temía ver moros enemigos. No me atrevía ni a respirar, aunque imposible controlar el ruido de los dientes. Esperé abrazado a mí fúsil. Mi cuerpo se puso rígido al percibir un ruido, y un momento después oí hablar español. Eran voces conocidas. No había duda, eran de los míos.
Algún oficial dijo que yo era un valiente porque no abandoné mi puesto, otros me felicitaron y los compañeros me admiraron por el acto.
Así se hacen muchos héroes en las guerras. Yo no fui un valiente, pues no corrí porque no pude. Valiente a la fuerza. Qué remedio.
Esto ocurrió en Sidi Ifni, en diciembre de 1957.-
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Ala mi hermano tambien estuvo en este lugar haciendo la mili solo que el despues de terminarla España se marcho de alli, si vieras como vino de delgado no lo conocia, decia que los centinelas tenian tanto miedo ya que ellos en el camuflaje y avanzadillas eran muy superiores a los españoles.
ResponderEliminarQue cosas y que pequeño es el mundo....no sabia que tu discapacidad eres por esto o no?
Con cariño
Mari
Impresionante historia. La vida te hizo valiente.
ResponderEliminarMuy bien relatado.
Un saludo.
Mariarosa
Uff Disancor, debiste pasar mucho miedo esa noche, además de frío. Dices que fuiste un valiente de pacotilla porque te quedaste allí a la fuerza, quizá no te pudieras mover por el árbol, pero no desesperaste, fuiste valiente porque aguantaste bien.
ResponderEliminarEl miedo hace que a veces cometamos locuras, en esas circunstancias un cobarde hubiera gritado pidiendo ayuda quizá, o se hubiera intentado mover para zafarse del la tienda, tu aguantaste bien quietecito y es que ya decía Mireia Darder: "Sólo quién ha sentido miedo puese ser valiente, lo demás es inocencia"
Un beso
pues muchas gracias por tus conceptos sobre mi escritura...te animarias a leer 3 libritos de poemas qu publique virtualmente? a mi me gustaria tu comentario
ResponderEliminarun abrazo
lidia-la escriba
www.deloquenosehabla.blogspot.com
Parece una escena sacada de una película; por un instante me he puesto en tu lugar y me ha resultado muy angustioso. La vivencia es tan real, tan fresca que parece que te ocurrió ayer. Supongo que lo tendrás grabado en la cabeza de tal forma que no se te escapa ni los más pequeños detalles. Muchas gracias por compartir esta experiencia con nosotros.
ResponderEliminarUn abrazo
Ut
Angus, mi corazón está conmocionado.
ResponderEliminarEsta situación es para vivirla , ninguno podemos entender qué sentiste, cómo aguantaste esa presión de árbol, ese dolor, esa impotencia.
Y tus compañeros no se dieron cuenta de lo que te había sucedido, no pudieron ayudarte??.
Juerrrrrrrrrr, qué mierda (perdón) de guerras, de armas...........!
Eres un valiente por poder contarlo y por escribirlo tan perfecto, lo debes tener grabado en tu retina y en tu mente.
Miles de fuerzas y ánimos amigo bloguero.
Sí, mi enfermedad fue adquirida en Sidi Ifni !Cuánto tiempo ha pasado, santo Dios! Estuve allí en los años 1957.58, Tú hermano, estaría en los años 60. Una lucha inútil. Las gueras son todas malas. Un sin sentido.
ResponderEliminarestoy_viva, un saludo muy cordial..
Con el paso del tiempo los recuerdos se difuminan y no son tan dolorosos, pero las huellas quedan para siempre. Me alegro que te guste al haber acertado en la narración
ResponderEliminarMariposa, mis saludos.
Tú siempre tan generosa justificando mi miedo. De verdad, silver´smoon, que se pasa miedo. Los soldados tienen miedo, pero estan obligados a disimularlo y controlarlo. Las guerras son terribles, inhumanas. En mi caso quedé para contarlo, fastidiado, pero vivo.
ResponderEliminarUn abrazo.
Sí, me gustaría leer esos tres libros de poemas que me dices. Dime que debo hacer. Para mí será un placer poder comentar.
ResponderEliminarLidia, un abrazo.
La mente humana es un misterio, no recuerdo cosas de esta mañana, y recuerdo con todos sus detalles cosas que pasaron hace tanto tiempo. Me alegro que te haya gustado, que mis recuerdos provoquen algunos pensamientos.
ResponderEliminarUn saludo, Ut.
Nunca se llega saber lo que es capaz de hacer un ser humano por la supervivencia. Con miedo y sin miedo hay que defenderse. Yo aquella noche no tenía otra opción que permanecer quieto debajo de la lona, y fuí un valiente cagado de miedo.
ResponderEliminarEmibel, saludos.