Aunque parezca que no, siempre dejan huellas aquellas personas que han vivido con nosotros algún episodio especial de nuestra vida. Cuanto mas traumático mejor se recuerda y menos se olvida. De cuando en cuando nos viene a la memoria una cara, un nombre, un lugar con unos hechos ocurridos allá en el pasado. Cosas poco importantes, por cotidianas o rutinaria en su momento, hoy nos emocionan. Y quisiéramos saber cosas de aquellos cuya suerte estuvo ligada a la nuestra. De esas amistades circunstanciales, de esos amigos de viaje con que hubo que compartir historias e intimidades.
Hoy, después de muchos años, me pregunto qué habrá sido de mi amigo Carlos, aquel que conocí en el hospital Puerta de Hierro, aquel, grande como un castillo, que a los 23 años le habían diagnosticado Esclerosis Múltiple. En su desesperación y esperanza hacía ejercicios corriendo por los pasillos hasta el agotamiento. Llegó a ser tan grande su popularidad que los enfermos salían a la puerta de las habitaciones para aplaudir a su paso. Por algunos intentos de suicidio me lo pusieron de compañero. Y por noches enteras de charlas, por lo menos mientras yo estuve allí, desistió de sus intentos.
No es fácil adaptarse sin lágrimas a la nueva situación, y, sobre todo, si es la salud lo que se pierde, y entonces se piensa que no hay más salida que la muerte. Fuimos buenos amigos, confidentes y aliados, alianzas de dolor, de miedos y de fantasmas. Desconfiar de todo, no estar seguro de nada.
Yo me fui, él se quedó. Muchos años después me pregunto: ¿cual habrá sido su suerte?
Es bonito recordar a esas personas que, como tú bien dices, pasaron por nuestra vida en momentos puntuales; no nos damos cuenta, pero pueden dejar una profunda huella en nosotros. Y un día, sin venir a cuento, te acuerdas.
ResponderEliminarBuen texto.
Un abrazo.
Seguro que esté donde esté se acordará de ese maravilloso compañero que le quitó la idea del suicidio, con el compartió charlas e intimidades y que un día se fue de la cama de al lado de un hospital para quedarse para siempre instalado en su joven corazón.
ResponderEliminarUn beso gigante
No importa cuál haya sido su suerte. Es evidente que tenían que cruzars ey que conocerse. Él habrá aprendido mucho de vos (más de lo que creés). Y viceversa. Eso es lo importante. Lo demás, son circunstancias, contra las cuales no se puede luchar, lamentablemente...
ResponderEliminarCariños!
Lo que no sabes es que es seguro que él te recuerda con frecuencia y cariño.
ResponderEliminarGracias por abrir mi blog
ResponderEliminarSeguro que igual que te lo preguntas tú, el hará lo mismo. Quizá, con algún esfuerzo por tu parte o por la suya, sepais algún día el uno del otro. Ójala.
ResponderEliminarUn abrazo.
Dis.., aunque no le hayas vuelto a ver..,
ResponderEliminarsu recuerdo será por siempre una huella
imborrable en el árbol de tu memoria..,
y tú para él, tb.., pq alguien como tú
es difícil de olvidar..
Te Quiere,
Male.
Y, Dulces Sueños!
Hay muchas personas que dejan huella a lo largo de nuestra vida. Sería fantástico saber que fué de todos ellos, como fué su vida, que hicieron, a que se dedicaron, si tuvieron familia....
ResponderEliminarPero como esto a veces es imposible solo nos quedará el recuerdo de lo que fueron, como nos marcaron y lo que aprendimos con ellos.
Un abrazo
Ut
Donde quiera que esté tu amigo Carlos, en una parcela de su cerebro seguro existes tú, alguien que le salvó la vida.
ResponderEliminarY si quieres encontrarle es cuestión de ir a la tele y te lo encuentran, hay programas de estos,no? Jjejjeje Si quieres lo planeamos, piensátelo.
Qué buena gente eres, chiquillo!!
Besicos.
Nadie desaparece del todo de la vida de uno, si ha imprimido huellas en el recuerdo.
ResponderEliminarEs loable que recuerdes a Carlos.
Muy lindo de tu parte recordar a Carlos!
ResponderEliminares o fue reciproco.
un abrazo
Sí, gusta recuerdar, de cuando en cuando, a esas personas que en algún momento han formado parte de nuestras vidas. Algunas veces momentos imolvidables, por importantes, alegres o dolorosos. La vida es eso, un rosario de encuentros y desencuentros.
ResponderEliminarMercedes, un abrazo.
...y de que forma pasa el tiempo, que volocidad cogen los últimos años. A mi amigo Carlos lo conocí el año 89. ¿Vivirá? Superaría sus miedos?
ResponderEliminar¿Se dejaría vencer? Soy un sentimental, no puedo remediarlo, y casí prefería pasar por la vida de puntillas.
silver, esta lloviendo y no es el mejor día para el ánimo.
Montones de besos.
Dejan y dejamos huella de nuestro paso, después de todo es un consuelo pensar que en alguna parte y en algún momento nos recordaran, y hasta se preguntaran sobre nuestra suerte.
ResponderEliminarSol, un beso.
A lo largo de la vida se van acumulando recuerdos, buenos o malos, de todo nos ha quedado constancia en el disco duro de nuestra mente. Me gusta recordar a todas las personas con las que me he relacionado.
ResponderEliminarmariajesusparadela, un beso.
Soy yo quien te queda muy agradecido por tú visita, y que espero se repita más veces. Gracias.
ResponderEliminarMe gustaría que encontrarás algo de tú agrado en mi blog.
PIPI, un saludo cordial.
Sería bonito encontrarse, por lo menos para saber la suerte que hemos corrido. Imposible saber de muchas personas de las que uno ha conocido. Nos quedaremos con el recuerdo, lo otro sería suerte y casualidad.
ResponderEliminarEmilio, un abrazo.
Soy coleccionista de recuerdos, y procuro guardarlos todos, porque hasta los más malos tienen algo bueno. Yo, no se puede decir que haya tenido mala suerte con las personas que he conocido, casi de todos conservo buen recuerdo.
ResponderEliminarEntre los mejores están los vuestros.
Malena, un beso enorme.
No hay cosa que una más que la soledad y los apuros. Si consigues hacer un amigo en un momento dificil y conflictivo, tienes amigo para siempre. Quizás sea ese mi caso con Carlos.
ResponderEliminarUt, un abrazo.
La verdad, me gustaría ver a Carlos, pero al mismo tiempo me da miedo saber cual ha sido su suerte. Entoces prefiero quedarme el recuerdo y la incertidumbre, y no entrar en averiguar cosas que asustan. De todas formas, gracias por tú ofrecimiento. Eres muy generosa.
ResponderEliminarOjala mi amigo Carlos pueda recordarme.
Emibel, muchos besos.
Es verdad, nosotros seguimos el camino alejándonos, pero los recuerdos quedan, y hasta pensamos que podemos volver sobre nuestros pasos. Es una ilusión, pero la alegría del recuerdo es verdadera.
ResponderEliminarAnna Jorba Ricart, un beso.
En aquellos momentos la situación de Carlos era muy penosa e incierta. 23 años y con un futuro muy negro, y no todo el mundo es valiente para platarle cara a los reverses de la vida. No quiero ser pesimista, y me gustaría encontrarlo algún día, él sobre sus piernas, yo en silla de ruedas, pero contento por darle un abrazo.
ResponderEliminarMery Larrinua, un beso.
Hola Disancor. Deseo que hayas tenido un día bonito a pesar de la lluvia. La vida es así de dura, y seguro Carlos seguirá recordandote igual que tú lo recuerdas a él. ¿Sabes una cosa Disancor? Que todos aprendemos de todos y yo me doy cuenta que soy afortunada por poder leerte, y de esta forma ser cada día más fuerte para poder afrontar lo que me vaya deparando la vida.
ResponderEliminarCreo que todo tiene su por qué en esta vida, y creo que tu paso por el hospital de Puerta de hierro en ese momento te juntó a ti y a Carlos porque de alguna manera os necesitabais y os ayudasteis.
Un abrazo