lunes, 19 de abril de 2010
CAMARERO OBSERVADOR
Hace algunos años estuve tomándome una cerveza en la terraza de una cafetería de Alicante. Pedí una garra de cervezas y una pajita, además de patatas fritas. Se ve que mientras el camarero servía, le hice algún comentario a mis acompañantes de lo que solía tomar a aquella hora. Tomamos algo más, creo, y nos fuimos. Muchos años después, por un capricho del destino, me senté en la misma terraza, y la verdad, yo no recordaba haber estado allí antes, y no lo hubiera recordado si no se presenta un camarero con una garra de cerveza, una pajita y patatas fritas. Me quedé mudo, cuando quise reaccionar el camarero se había ido.
Me hice muchas preguntas, pues era sorprendente como pudo recordarme después de tanto tiempo. Yo era un tipo corriente, en aquel momento más viejo, más cano y más feo. Y, además, por aquella terraza habrían pasado miles de personas en tantos años. El único nexo de unión que había entre los dos clientes de distinto tiempo, era una silla de ruedas. Tal vez fue suficiente para aquel gran psicólogo.
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Eres increíble. Menuda sorpresa nos tenías guardada para el final. Ya me estaba yo devanando los sesos pensando en qué podría ser lo que el camarero no olvidó de ti. Aunque lo de pedir una pajita para tomarse una cerveza es suficiente dato.
ResponderEliminarBuen texto. Enhorabuena.
Un abrazo.
Disancor,hay personas que jamás olvidan una cara ,por mucho que esta haya cambiado.A mí también me ha ocurrido y eso que ahora llevo bastón...¿Destino,casualidad?o simplemente camarero observador.
ResponderEliminarun millón de besos.
Sí, creo que lo único sería la silla de ruedas, pero, aun así ¿cuántos en silla de ruedas pasarán en un año?
ResponderEliminarCamereros como ese no hay muchos, la verdad.
Camareros, claro ( los camereros creo que no existen en español)
ResponderEliminarES DURO. El final es algo fuerte...
ResponderEliminarMe has dado en el corazón.
Muy buen manejo del suspenso.
Un "breve" para saborearlo y relerlo.
Gracias por compartir tan buena producción
Es dolorosamente bello.
Un besito
Amalia
Es sorprendente, pero no era un buen camarero... debía haberte preguntado lo que deseabas... jajajajja, mira que si querías café, pues bueno, ahí queda eso.
ResponderEliminarUn abrazo amigo.
Un Buen Texto eso desde luego y un gran observador el camarero, aunque también es verdad lo que dice Emilio,...te debería haber preguntado primero que deseabas, porque las personas con los años además de cambiar de aspecto podemos cambiar de ideas, gustos...etc....Pero la Entrada está muy Bien desde luego.
ResponderEliminarAbrazos Disancor
Siempre nos gusta que recuerden los camareros lo que tomamos.
ResponderEliminarSi el camarero se acordaba es por un solo motivo, que eres una persona muy especial.
¿Te fijaste si te guiñó el ojo? Es broma.
Besicos, mi amigo especial
Ummmmmmmm, muy bueno lo escrito. A veces las personas vamos dejando huellas, y parece que tú la dejaste en ese lugar, y concretamente con ese camarero.
ResponderEliminarEs intrigante la verdad, me he quedado con un sabor a miel, pensando que ese camarero es un buen psicólogo y también un excelente observador.
Saludos y un abrazos Disancor, para que tengas un muy feliz semana.
Me gusta pensar q además de camarero era un "ángel".., encargado de cumplir todos
ResponderEliminartus deseos!
Hoy me invadió la necesidad de encontrarle
sentido a todo..!
Te envío una :) y un abrazo inmenso, y el
deseo de q sigas siendo nuestro "ángel"
particular!
Bss!
Male.
Sorprendente la memoria del camarero, excepcional su profesionalidad y maravilloso como persona, porque la vida está hecha de pequeños detalles, y detalles como esos hacen más agradable la vida.
ResponderEliminarUn besazo gigante
No es muy frecuente tomar la cerveza con pajita, pero un camarero verá muchas cosas raras en su trabajo. A este no se le puede negar una excelente memoria.
ResponderEliminarMercedes, un abrazo.
Yo siempre he presumido de tener una memoria fotográfica, pero lo raros es que soy mal fisonomista, las caras se me borran pronto. No sé si hubiera podido recordar del mismo modo que el camarero.
ResponderEliminarMORGANA, un beso.
Bueno, la silla de ruedas es un buen detalle para disparar el recuerdo, y puede que aquel camarero de una forma casi inconsciente hiciera lo que hizo.
ResponderEliminarMariajesusparadela, un saludo.
Celebro que te gusten mis pincedas de recuerdos. Son pequeñas cosas que van ocurriendo a lo largo de la vida, y que parecen más importantes cuando se cuentan.
ResponderEliminarMuy agradecido por tú visita y comentario.
zarina, un beso.
También yo pensé que el camarero se había adelantado, pero de todas formas agradecí el gesto, y me hubiera tomado la cerveza aún sin ganas. Su buena voluntad merecía algún sacrificio por mi parte.
ResponderEliminarEmilio, un abrazo.
Como le digo a Emilio, la cerveza me la hubiera tomado aunque en aquel momenta deseara otra cosa, no podía defraudar el alarde de memoria.
ResponderEliminarmariaje 15, um abrazo.
Si todavía hubiera sido una camarera podía pensar que se había enamorado de mi estampa y hasta tendría la duda si me había guiñado un ojo, pero ¿como me podía recordar un camarero después de tantos años? El caso que nos sentimos contentos cuando vemos que no pasamos desapercibidos del todo.
ResponderEliminarEmibel, besos.
Siempre he pensado que la hostelería es una buena escuela de psicología, pues en los bares se llegan a conocer muy bien las debilidades de las personas. Y se desarrolla la momeria y la facultad de observación. Se ve que a mí me tocó un buen profesional de la hostelería.
ResponderEliminarisa, un abrazo.
No sé si ángel, pero por un momento tuve la impresión que había adivinado mis pensamientos, y además, ni él ni yo nos habiamos equivocado, pues trajo justamente lo que yo estaba pensando. Era el servicio de hace años, como si el tiempo hubiera estado detenido hasta ese monento.
ResponderEliminarMalena, una sonrisa y un beso.
Ya puedes imaginar, para mi fue una sorpresa que allí, en un lugar cualquiera, una persona me pudiera recordar pasado los años, con la escasa relación del servicio de una cerveza. Esto desmuestra, no sólo memoria, profesionalidad aunque se hubiera adelantado al pedido.
ResponderEliminarLa vida no deja de darnos sorpresas.
silver, montones de besos.
No es mala cosa su forma de atender, si en algún momento fuiste cliente habitual es un detalle que recuerde lo que acostumbras a tomar pero aún así lo correcto sería asegurarse de que deseas lo mismo de siempre. Quizás supo intuir que iba a agradarte su forma de proceder. Que tengas muy buenas noches
ResponderEliminarSí, el camarero se adelantó un pelín con el servicio, pero por su buena intención yo no le dí importancia, además me sirvió justo lo que yo estaba pensando. Observador y casualidad.
ResponderEliminarLoli salvador, un saludo.
A mi me pasa lo contrario, memorizo mejor una imagen que un sonido, aunque he de confesarte que soy muy mal fisonomista, tal vez porque no presto mucha atención a las caras.
ResponderEliminarLuna, un beso.