Mi sombra obediente camina a mi lado. La luz de las farolas la hacen crecer o disminuir de tamaño. En algún momento se pega tanto a mí que se confunde con mi cuerpo. Yo camino erguido, ella arrastrándose por el suelo. Humillada por la noche, medrosa por el silencio. Bultos sin formas quietos en los rincones oscuros de la calle. Un gato sale de entre unos cubos de basura, se para y con descaro me mira. No dice nada, como si no valiera la pena. Pasa un coche surgido de las tinieblas, y con lastimero ronquido se pierde allá, a lo lejos. Se oye conversación de personas que se acercan, y como si yo fuese un fantasma invisible, les paso desapercibido. Ni siquiera un saludo a mi sombra. Suenan detrás tocones de mujer, y llegada a mi altura, me tocó el brazo y me dijo algo abriendo la boca de labios pintados de rojo, ya descascarillados, imagino, por el uso, con una muesca triste de cansancio que pretendía ser una sonrisa. Pensé que no se le había dado bien la noche, y hacía el último intento de llevar algo de dinero a casa. Dijo algo más y yo contesté no sé que, mirándola a los ojos. Ojos con el rime surcando las mejillas, como lágrimas saliendo de las penas. Siguió su camino en silencio, hasta que se perdió al salir de la luz de la última farola. Mi sombra no hizo ningún comentario, ni yo tampoco. En una placita había un enorme árbol de Navidad, con muchas luces, muchos colores, y hasta estaba coronado por una luminosa estrella. Sin embargo, comparé con otro que había visto, y a este le faltaba el remedo de la figura humana.
Enfrente había un banco lleno de cartones y una mochila al lado de un hombre ya mayor, de barba cana. Estaba enfundado en un abrigo viejo, con las manos en los bolsillos, y un gorro rojo y blanco como el que usan los principales personajes navideños. Miraba, desde abajo, atentamente las luces de colores que con intermitencias de latidos brillaban en el árbol. Tal vez, el hombre pensaba o soñaba con otras navidades o que estas caían muy altas para él. Y yo dudé si se había bajado del árbol para descansar un poco. Y hasta mi sombra estuvo de acuerdo con mis pensamientos.
Feliz Navidad, ¿para quién? Quizás se preguntó ella.
Mí querido Disancor.
ResponderEliminarHay una tristeza tan grande en tú bello texto que me he hecho llorar.
Sabes Disan?-el que te preguntó tú sombra, yo me pregunto también a mí misma, veces sin cuenta y no hay respuesta que me traiga consuelo ni alegria.
La Navidad son unos dias de ilusión, pero pronto nuestra realidad vuelve y todo se queda en la misma solitud.
Bueno Disan, hoy me siento peor que ayer y creo que te gustará leer otros comentarios más animadores. Sin duda que ellos viran...
Te dejo, por ahora con un abrazo muí fuerte y todo mí cariño.
Paquita
bellisimo aunque triste poema compartes, esta asturiana te da las gracias y desea que siempre siempre tanto tu sombra como tú esteis en lo más alto de la cima un besin
ResponderEliminar"Feliz Navidad" para cada corazon triste!
ResponderEliminarun abrazo
Querido disancor. Otros mundos y otras penas en un texto tan sensible como tu corazón. Que no haya sombras entre tus palabras y las mías y un abrazo fraterno para los que lo necesitan.
ResponderEliminarTriste pero bellisimo texto, Disancor. Saludos!
ResponderEliminarLa vida se compone de luces y sombras, y siempre hay alguien que está peor que nosotros, ya sé que no es ningún consuelo ni ayuda cuando estamos con nuestras angustias, pero hay que tirar para adelante, siempre, aunque cueste, en algún momento veremos la luz, no lo dudes.
ResponderEliminarUn beso y un gran abrazo.
Triste pero hermoso texto. Menos mal que la sombra nunca nos abandona, asi estamos menos solos.
ResponderEliminarDisfruta el año que empieza.
Saludos!
Un relato muy profundo, muy humano, un texto para reflexionar.
ResponderEliminarLa sombra, aunque en silencio, todo lo observa, todo lo mira y todo queda.
Esperemos que de ésta a la próxima se despierta la conciencia colectiva y podamos ver luz desde la sombra.
Un enorme abrazo.
Precioso Texto Disancor, y da para reflexionar mucho...como dices al final no sólo esa mujer sinoi cuantas personas se preguntarán eso de Navidad ¿para quién?, yo creo que solo para los comerciantes de las grandes y no tan grandes superficies, para los ricos y poderosos, para la hipocrita Iglesia Católica,...en fin para los que manejan el cotarro.
ResponderEliminarComo dice Mimosa, a ver si despierta la conciencia colectiva...
Un Abrazo para Tí, y para tu Sombra
Un bello relato, intenso y da para pensar mucho.
ResponderEliminarLas Navidades para quién?
Efectivamente, no todos viven de la misma manera y con la misma intensidad estas fiestas, para algunos con amargas.
Un beso
La otra Navidad: sin árbol, sin belén y sin luces. Está al lado y es muchas veces invisible. Muy bello el relato y has logrado remover algo dentro y hacer pensar.
ResponderEliminarBesos
¡Qué triste!. Yo, a veces, no quiero pasear con mi sombra... ¿O es mi sombra la que no quiere pasear conmigo?.
ResponderEliminarGracias por tu palabras. Feliz Año Nuevo.
Un abrazo.
Espero que este año que ha llegado sin darnos apenas cuenta sea bueno para todos pero sobre todo para aquellos que no tienen nada, que sufren y no encuentran una salida.
ResponderEliminarUn abrazo
Ut
Nuevo año, tiempo de empezar de nuevo, con nuevos propósitos y nuevas promesas, que quedan en nada, pero, por lo menos, se hizo el intento.
ResponderEliminarDeseo que hoy te encuentres restablecida y en la mejor disposición de ánimo.
Janita, un abrazo.
Hay momentos que lo ve uno todo negro, quizás estuviera así mi estado de ánimo cuando escribí la entrada. Y como nunca leo lo que publico...
ResponderEliminarOZNA-OZNA, un beso.
Para ser feliz tenemos que poner mucho de nuestra parte. La verdad, que vale la pena intentarlo, aunque no siempre los resultados sean los esperados.
ResponderEliminarMe ha alegrado mucho tú visita.
Mery Larrinua, un abrazo.
De cuando en cuando se siente la necesidad de pasear sólo con la propia sombra, las cosas se ven diferentes en un mundo de indiferencia, donde parece que no nos importamos nada los unos a los otros, y sin embargo, todos tenemos buenos deseos.
ResponderEliminarLoli Salvador, un abrazo.
Es un instante en la vida de algunas personas en una noche con árbol de Navidad. Las personas arrastran su tragedia con mucha resignación.
ResponderEliminarGracias por tú visita.
marcus, un saludo.
Por muy mal que estemos, nunca debe ser motivo para quejarnos, y si para sobreponernos y luchar con más coraje. Con quejas no se adelanta nada.
ResponderEliminarion.laos, un beso.
Pues procuraré disfrutar de la vida mientras no me abandome mi sombra, fiel compañera hasta la tumba. Hasta el humor negro es bueno para el ánimo.
ResponderEliminarEurice, un saludo.
Es muy triste cuando nos damos cuenta que estamos solos. Cada personas es un mundo, y cada una tiene que cargas con sus penas, que como la sombra, están en nosotros mismos.
ResponderEliminarMIMOSA, un abrazo.
En su montaje,en Navidad parece obligado estar contentos y llenos de buenas intenciones. Estamos sugestionados por todo lo que nos redea y es imposible no parcipar de ese montaje.
ResponderEliminarmariaje 15, un abrazo.
Lo que más maravilla de estas Fiestas es que hay mucha gente que dice que no le gusta y no participa, y, sin embargo, cada año son más esplendorosas. Tal vez sean menos los participantes, pero eso sí, más ruidosos.
ResponderEliminarPrincesa 115, un beso.
Es verdad, hay otra Navidad más triste y míserable, que es la no se ve, y hasta puede que la tengamos al lado.
ResponderEliminarMaría, besos.
Pues, aunque no quieras, tienes que pasear con tú sombra porque no la puedes dejar en casa. Ojala nos acompañe muchos años.
ResponderEliminarMe ha alegrado mucho tú visita y comentario. Gracias.
Mar, un abrazo.
Si lo deseamos con fuerza y aprovechamos todas las oportunidades que se presenten, puede que sea el año soñado. Y si no, pues, a seguir intentándolo. Desanimarse, nunca.
ResponderEliminarUt, un abrazo.
Disancor,gracias por tu visita y buenos deseos en mi blog.
ResponderEliminarTu texto es solidaridad y realismo puro y duro.
No obstante,sé que eres optimista.La navidad es un ensayo o entrenamiento para mejorar.Ojalá durara todo el año,pero como dices,al menos lo intentamos.
Es necesario imaginar siempre lo mejor y poner nuestra energía en ello.Transformar los pensamientos negativos en positivos,quizá de esta forma estemos alerta y nos renovaemos,ello también se reflejará al exterior y mejorará nuestro mundo.
QUE SEAS FELIZ AHORA Y SIEMPRE AMIGO.
Mi gratitud por compartir y mi abrazo inmenso.
M.Jesús
Un triste pero veridico cuento de navidad
ResponderEliminarUn abrazo y feliz año
Es verdad, si la Navidad durara todo un año cabría la esperanza que fuesen trescientos sesenta y cinco días de buenas intenciones, tal vez así seriamos más buenos y más solidarios. Seamos optimistas, todo es posible.
ResponderEliminarGracias por visitar ni blog y por dejarme un comentario.
MAJECARMU, un saludo.
Sí, un cuento navideño confeccionado con retales de recuerdos, pero creo que muy parecido a los de estos tiempos. Las cosas son las de siempre.
ResponderEliminarFeliz año.
juanjo, un abrazo.
Está comprobado que la navidad da alegrías pero también surge la tristeza más amarga entre tanta fiesta y alboroto.
ResponderEliminarMe ha gustado la forma de relatar esta historia. Es un cuento soberbio muy bien construido. Es la cara oculta de la Navidad llena de sombras y sordidez.
Algo que está a la vuelta de la esquina.
Buen trabajo, Disancor.
Ya queda menos para que termine la "gran ilusión" y el despilfarro. Pronto volverá la normalidad y el recogimiento.
Un abrazo de Mos desde su orilla.
Por favor, que bonito, triste y real, a mi hace mucho que las navidades me parecen tristes pero después de leer tu precioso escrito te juro que ya no recupero. Y todo..., absolutamente todo es real, de hecho también está de acuerdo hasta tu sombra que de cosas oscuras sabe mucho.
ResponderEliminarMil besos.
Hola Disancor, precioso cuento a pesar de tener toques muy tristes. Pero la Navidad es así, como tu historia, no todo el mundo tiene unas buenas Navidades por diversos motivos.
ResponderEliminarPero afortunadamente todo en la vida pasa, y las Navidades ya estan llegando a su fin.
Sigue con tu sombra, pues es la única amiga legal y fiel que nunca nos abandona. A veces la sombra nos hace sentirnos tan grandes que nos parece ser los únicos de todo el universo.
SAludos y un abrazo
Preciosa prosa poética. puritita poesía.
ResponderEliminarComparto totalmente la idea de su contenido.
Gracias por tu visita. Yo también te deseo toda la felicidad posible.
Abrazo cómplice y hasta pronto.
Soco
Todavia es tiempo de Navidad, así que bueno el cuento, esa sombra sigue, se estira según la luz que recibe. Es como ciertas personas, van a conveniecia.
ResponderEliminarUn beso.
mariarosa
Parece como si el ser humano en su desesperación necesitara aturdirse con lo que sea. Vemos que las creencias religiosas estan en decadencia, pero las fiestas en su nombre van en aumento. Claro que sólo algunas.
ResponderEliminarMos, un abrazo.
No todas las personas pueden disfrutar de las fiestas navideñas, hasta en esos días tienen como única campañía su sombra y sus recuerdos. Las cosas que siempre nos acompañan.
ResponderEliminarcampoazul, besos.
Necesitamos fabricarnos alegrías, y entre fiestas y fiestas vamos pasando la vida con la ilusión que somos felices, por lo menos mientras duran. Después, vuelta a empezar.
ResponderEliminarisa, un abrazo.
En Navidad nos sentimos como obligados a hacer un derroche de buenas intenciones, que duran lo que duran las fiestas, luego todo vuelve a lo que creemos que es la normalidad, y retomamos la pelea donde la dejamos.
ResponderEliminarAgradezco tú visita y tú amable comentario.
María Socorro Luis, un abrazo.
Se dice que las fiestas son lo que cada uno quiere, porque la alegría va por dentro, pero no siempre se cumplen los deseos al completo, hay muchas cosas que no dependen de nosotros.
ResponderEliminarmariarosa, un beso.
¡Jolín! ¡Qué bueno eres paisano! Muy bella forma de reflejar la realidad, con sus luces y sus sombras.
ResponderEliminarUn abrazo.
Jara