No se le puede negar imaginación a la industria del juguete, que ha creado un mundo en miniatura para los más pequeños. Un mundo de fantasía que imita la realidad más agradable y colorida. Los más bonitos personajes de los cuentos de hadas. Esculturas de niños felices, con movimientos a pilas. Con funciones de personas. Con caras alegres y voces cantarinas. Y máquinas y artilugios con más funciones que los que usamos los mayores en la vida. Animales con simpáticas caras, caras de niños buenos. Que producen agradables sonidos, y hasta hablan en su idioma. Y todo tan fantásticamente perfecto, que ni los sueños pueden mejorarlo. Tanto, que es fácil que la imaginación confunda la realidad con el mundo de los niños. Y todo es posible: que el coche de policía corra solo y con aullido de sirenas; que la muñeca coma y beba, haga pis y llore; que el gato maúlle y el perro ladre. Todo es posible, mientras que no se agoten las pilas. Energía y vida de ese mundo a escala reducida.
Mientras veía el pequeño perrito moviéndose por la acera a los impulsos del mando a distancia de una niña, pensé que tal vez algún día los habría que, además de moverse y ladrar, se cagarían en la calle, morderían, correrían tras una perra salida, e irían a comprar el periódico. Y estos perros tendrían la ventaja que cuando se canse uno de ellos, no habría que abandonarlos, bastaría con quitarle las pilas.
Perfectos juguetes copiados de lo más bonito de la vida, pintados con hermosos colores y libres de espinas. Transformada realidad en la más bella fantasía. Armas infantiles para iniciarse en la vida. De todo, lo que no me gusta es que las muñecas lloren, porque las lágrimas nunca deben de formar parte del juego.
Todo avanza, lo malo de estos juguetes es que no dejan lugar a la imaginación. Nosotros debiamos crear, darle forma a las cosas, hasta jugar (en mi caso) con mariposas y conejos.
ResponderEliminarY sobre el caso de los perros de juguete que pronto van a hacer caca en la calle... ¡no por favor! Ya tenemos a los de verdad y a sus desaprensivos dueños que dejan las veredas que son una cochinada.
Buen fin de semana.
mariarosa
Me parece recordar que siendo aún muy pequeño, me regalaron en esa noche, un libro titulado Corazón escrito por Edmundo de Amicis.
ResponderEliminarTodos cuantos juguetes tuve a lo largo de los años se fueron rompiendo y pasaron a la basura, pero ese libro todavía le conservo, e incluso le he reecrito para editarlo y regalársele a mis nietos.
De eso ya hablamos en su día, amigo Diego.
Me sigue fascinando tu bien escribir de todo lo que acontece.
Que tengas un buen año.
Los juguetes nos dan tantos buenos momentos, incluso las muñecas lloronas, que se le va hacer, las chicas somos así.
ResponderEliminarUn besote.
Que bonito es el día de Reyes en la mirada párvula de un niño.
ResponderEliminarBesitos
Qué visión más particular, Diego, de los juguetes y la industria juguetera.
ResponderEliminarMe ha gustado la imaginación que has puesto con el perrito del futuro. Quién sabe, todo se andará.
Yo también creo que las lágrimas a las muñecas les sobran.
Un abrazo de Mos desde la orilla de las palabras.
Genial Disancor, tu entrada sobre la Industria Juguetera y los Juguetes,...lo peor de ahora como decia alguien, es que no dejan mucho lugar a la imaginación. Yo creo que deberian regalarles más cultura en libros y menos muñecos/as de los que lo hacen todo. Con todo y con eso, a mi los juguetes que menos me gusta que les regalen a los niños/as son los juguetes sexistas que siguen marcando la discriminación de la mujer y los juguetes bélicos porque ya bastantes guerras y conflictos bélicos hay en la vida real para encima enseñarles a jugar con la muerte de los otros. Es más yo pondría mucho mas caros este tipo de juguetes para que no se pudieran adquirir siquiera...Se debe enseñar a los niños tambien a traves del juego, los principios humanos de la Justicia, Libertad, Igualdad, Paz, sostenibilidad ambiental, amor por los animales...Vida.
ResponderEliminarBuena Entrada y Feliz Año 2012 Disancor
Un Abrazo
PD. Te estoy escribiendo desde el nuevo blog porque quiero dejar inactivo el blog de Impresiones, definitivamente y el Blog Maria en Pie de Lucha, tambien va a tener mucho de lo que tenia Impresiones. Animo a entrar en este nuevo Blog, a tí y a todos los que te leen. Un Abrazo ahora ya sí.
Joder , me dice que se ha publicado mi comentario pero yo no lo veo publicado. Blogger está como una puta cabra. En fin decia que una Buena Entrada, que a mi los que no me gustan son los juguetes belicos y los sexistas. Te escribo desde el Blog Nuevo para que te animes a escribir en el mismo. Impresiones esta inactivo ya. Un Abrazo
ResponderEliminarComo ya dicen muchos, dónde queda la imaginación si los jueguetes lo hacen todo? Dónde han quedado los puzzles? Los juegos de hacer castillos y todo eso? Los juguetes de ahora me producen repelús, aunque a mí ya todo eso me queda muy lejos, en unos días mi hijo hará 18 años y andamos con la ropa, móviles...otra etapa diferente.
ResponderEliminarBuen finde Disan, muchos besos.
Es cierto, los juguetes son tan perfectos que no dejan sitio para la imaginación del niño, que ni siquiera puede modificarlos a sus deseos.
ResponderEliminarmariarosa, un beso.
Así es, un libro sería mejor regalo que un juguete, sobre todo, para los niños mayorcitos,. Pero son tiempos de tecnologías, y quizás sea por eso que son un poco alérgicos a la lectura.
ResponderEliminarMagnífica obra Corazón de Edmundo de Amicis.
Veterano, un abrazo.
El niño necesita jugar para un día enfrentarse a la vida. Y cada época tiene sus propios juguetes, que no dejan de ser una réplica inanimada y en miniatura de lo que es el mundo real de los mayores,
ResponderEliminarODRY, un beso.
Sí, es maravilloso ver con la ilusión que un niño recibe los regalos de Reyes. Un momento que emociona es cuando desenvuelven impacientes las cajas con los juguetes.
ResponderEliminarOréadas, un beso.
Bueno, pues si un día llegamos a ese perrito del futuro, se verán menos perros de verdad abandonados por las calles. Hoy tal y como va la ciencia inventado cosas raras, hasta lo del perro es posible.
ResponderEliminarMos, un abrazo.
Afortunadamente parece que ahora se ven menos juguetes bélicos, o es una apreciación mía. Las guerras existen, pero no es bueno que los niños las vean como un juego inofensivo.
ResponderEliminarPues han entrado tus dos comentarios. Algunos se retrasan un poco.
Nos veremos en tú nuevo blog.
María, un abrazo.
Felicidades a tú hijo por su próxima mayoría de edad y a tí por ser la afortunada madre de todo un hombre.
ResponderEliminarPienso que en mis tiempos los niños hubiésemos sido felices sólo con las cajas que contienen los juguetes hoy. Todo viene tan bien presentado y envuelto en papel tan bonito.
ion-laos, un abrazo.
Hola Disancor, así es, las empresas jugueteras se esmeran en sacar lo último de lo ultimo al mercado para llamar la atención de niños y padres, que, serán unos los que se encaprichen, otros los compradores de esos caprichos.
ResponderEliminarEs bueno que los niños jueguen, pero jugar no es apretar un botón y que un perrito ladre. A los niños se los debe de dar juguetes que les hagan imaginar y crear. Pero si les damos juguetes que imitan a los humanos o animales, la ilusión de jugar no será la misma, les estaremos convirtiendo en autómatas.
Creo que todos los niños y niñas deberían de tener una primera bicicleta y un balón para que sean ellos mismos los que la rueden y los que corran tras el balón. Darle con la manita para que un muñeco se mueva no hace que el niño/a tenga creatividad, le estamos ayudando a ser uno más de los muchos muñecos humanos que andan por el mundo.
Recuerdo que mi primer juguete fue una muñeca sencillita, el segundo ya con 13 años fueron los Juegos Reunidos Geyper. Por ciertos, esos dos juguetes me los regalaron en el internado, que si no, seguro que no hubiera tenido ningún juguete.
“Armas infantiles para iniciarse en la vida. De todo, lo que no me gusta es que las muñecas lloren, porque las lágrimas nunca deben de formar parte del juego.” Tienes toda la razón del mundo.
Saludos y un fuerte abrazo
Efectivamente las lágrimas no deberían formar parte del juego.
ResponderEliminarTu relato me ha hecho recordar a los que no han oido hablar nunca de los Reyes Magos, a los exluidos del consumo, a los que no tienen ni lo básico.
Que suerte tienen nuestros hijos y nietos. ¡Ojalá que sepan valorarlo!.
Un saludo
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En mis tiempos los juguetes más valiosos, y que le hacían más ilusión a los niños, eran los caballos y las muñecas de cartón, que duraban hasta que se metían en el agua. También había bicicletas, pero eso era para los más ricos.
ResponderEliminarIsa, un abrazo.
Es verdad, después de todo, nosotros no tenemos muchos motivos para quejarnos, porque nuestros hijos y nietos reciben juguetes, pero hay otros niños que ni siquiera saben que es eso.
ResponderEliminarCarmen, un saludo,