Yo
siempre creí que los médicos sabían de enfermedades más que los enfermos. Pero,
al menos con la mía he empezado a tener
dudas. Pues, la verdad, nunca han llegado mucho más allá de los síntomas que
están a la vista: temblor, falta de coordinación y de equilibrio, dificultar
para hablar…!Tate, es esa enfermedad rara a la que los neurólogos llaman
ataxia!
Cosa
que se puede diagnosticar aunque se haya aprendido medicina en un curso por
correspondencia.
Si pides que concreten, te dicen que hay
muchos tipos de ataxias. Si preguntas que la provoca, el especialista entendido
en la materia, te explicará que en la infancia, la edad adulta o la vejez, las
células nerviosas del cerebelo empiezan a atrofiarse, y que puede ocurrir por
causas desconocidas o hereditarias.
¡Esta
claro!
Muy
claro. Lo cierto es que yo nunca
entiendo nada. Sin embargo, mucho no me preocupa. No soy yo quien tiene que
ponerse el tratamiento. Y lo único que tengo claro es que ni mi enfermedad, ni
la vejez tienen cura. Ni tampoco hay medicina que la alivie. Entonces, ¿para
qué añadirle amargura a la vida? Espero que con la autopsia la ciencia tenga
idea de que he muerto. De lo mío o de otra cosa. Pensar en eso ya es para mí un
consuelo.
¡Hace
tantos años que soy objetivo de la ciencia médica, que ya hasta se me ha
olvidado que estoy enfermo! Enfermo las veinticuatro horas al día ¿No es motivo
para conocer los síntomas de mi enfermedad mejor que los médicos? Aunque
estemos igualados en el desconocimiento de remedios.
Para
escribir esto, me dio la idea algo que leí no sé donde. Que unido a un momento de desesperación y rabia, me ha
salido una receta no apta para consolar enfermos.
Y
es que la rabia se escapa de cuando en cuando. Y aunque intente controlarla, no
la disimula ni el sarcasmo ni el humor negro.
Disan, querido,
ResponderEliminarcomo se dice por aquí, todos los males qué no tienen cura, curados estan.
Quisiera a muchas personas sin ninguna enfermidad tener tú fuerza interior y lucidez de espírito.
Deja que tu rabia se escape, ese es un derecho tuyo y la forma como la manifestas, con un sarcasmo tan propio de tu personalidad, me toca fondo el corazón.
Te abrazo con cariño.
Janita
Tiene que ser desesperante no dar con un tratamiento adecuado, y es verdad que la esperanza a veces es lo "primero" que se pierde; pero hay que pensar que la medicina avanza mucho y realmente cualquier día llegará la solución. Mientras tomarlo como tú lo haces Diego, con mucha fuerza, a pesar de los días de bajón.
ResponderEliminarRecibe un beso enorme y mucho ánimo.
Desde luego no hace mucho que te conozco. Pero me resulta admirable leer este escrito tuyo porque nada me había hecho pensar de tu situación tal y como llevas el blog. Rabia, pues claro si no sabes que pasa, ni cual es el motivo.
ResponderEliminarLa ciencia ha avanzado mucho en el conocimiento y causas es cierto. Pero no lo suficiente como para poner remedio a los males de nuestro tiempo.
Te ha tocado a ti y a otros muchos que padecen enfermedades que llaman "raras" .
Pero al menos has conservado una lucidez envidiable, que seguro que conservarás. Gracias por compartir tus pensamientos y sentimientos.
Bss
Y creo que hace bien largar la bronca como se pueda. Al menos esta entrada ha servido para desasnarnos a muchos. Un saludo.
ResponderEliminarSupongo que, temblorosos también, los tienes bien puestos.
ResponderEliminarUn cordial abrazo.
Días de rabia que son necesarios también, Diego. Y más cuando los médicos no saben qué explicación darte.
ResponderEliminarLo tuyo es coraje y ejemplo.
Un abrazo de Mos desde la orilla de las palabras.
Fuerza y Perseverancia, aunque siempre hay esos días con rabia e impotencia.
ResponderEliminarUn abrazo.
Diego, te aseguro que mi pueblo (de 40 habitantes) tampoco tiene "cura" :-)
ResponderEliminarUn abrazo.
Miguel-A (otro paciente de ataxia).
Ánimo paisano, es duro esas enfermedades neurologicas, pero ya se sabe, cada persona lleva su cruz, en el trascurso de una vida hay muchos sinsabores, pero qué podemos hacer?
ResponderEliminarUn abrazo
Desahoguese, amigo, estamos aqui, para contenerlo. Abrazo, Disancor, te quiero.
ResponderEliminarEs duro padecer una enfermedad para la que no haya jarabe, ni inyección ni cirugía. Quién sabe, a lo mejor mañana, o dentro de tres días o de cinco años... la ciencia da alguna respuesta. Hasta entonces... si hay alguien con capacidad para darle la vuelta a los síntomas y hacer cosas a pesar de ellos, ese eres tú! Y, sobre todo, que no hay ataxia ni enfermedad rara o no rara que pueda ponerle trabas a lo más importante que tienes: la fuerza que te sale de dentro.
ResponderEliminar¡Ah! Respecto a la rabia, es bueno que se escape y se vaya.
Besos
Hola Disancor, estás en tu derecho de tener rabia y expresarla.
ResponderEliminarDebe de ser jodid... saber que no hay nada que pueda aliviar el tormento de una enfermedad. La de la vejez todos pasaremos por ella, si no, mal asunto, eso es que ya estamos criando malvas.
Disfruta de tu familia y quiérelos mucho, tanto como ellos te quieren a ti.
Saludos y besos
Pues, es verdad eso que dices que "todos los males que no tienen cura, curados están" Vista las cosas así, es una tontería amargarse la vida dándole vueltas a enfermedades que no tienen remedio. Yo tengo limitaciones, pero procuro vivir como una persona sana.
ResponderEliminarJanita, un abrazo.
Sí es desesperante no encontrar ni siquiera un calmante para resolver en momentos puntuales algunos problemas de la vida diaria. Pero para ser un poco feliz es mejor vivir sin esperanzas y aceptar la situación asumiendo limitaciones. Yo hace mucho tiempo que me olvidé de los milagros de la fe y de la ciencia.
ResponderEliminarTeresa, un beso.
Mi mente esta muy lúcida, pero ya empiezo a dudar si eso es bueno o malo, porque uno es consciente de la realidad más dura, de que sólo con desear y soñar no se puede ser feliz plenamente, se necesita del cuerpo, y el mío no esta en las mejores condiciones. A pesar de todo, tengo muy pocos pensamientos de desánimo, y los que tengo, desaparecen pronto.
ResponderEliminarKaty, un beso.
ResponderEliminarAceptar la realidad, nunca se aceptar por completo. Sin embargo, hay que tratar de ignorarla, porque sólo así la vida es más fácil. Yo soy feliz encima de mi silla de ruedas, y mis limitaciones no existen si no pienso en ellas, sólo están presentes cuando intento hacer algo y no puedo.
Gracias por tú visita.
Maria Rosa Giovanazzi, un saludo.
Bueno, hago lo que puedo. Para vencer dificultades me he organizado muy bien la vida, imponiéndome una dura disciplina y siendo muy exigente consigo mismo. No permito que me ayuden sin haber intentado antes resolver yo mis problemas. La vida es dura, pero tampoco debemos permitir que nuestros miedos exageren los problemas.
ResponderEliminarJuan, un abrazo.
ResponderEliminarEs imposible mantenerse siempre tranquilo, por mucho que uno quiera razonar que es una tontería enfadarse si las cosas no tienen remedio. Tampoco es malo sentir rabia en algún momento, porque eso en mí es como un mecanismo de superación.
Mos, un abrazo.
Tengo mucha suerte por no ser una persona pesimista y depresiva, y lo cierto es que nunca tengo malos días enteros, y todo se reduce a momentos de rabia y hasta de desesperación.
ResponderEliminarPedro Luis López Pérez, un abrazo.
Te ha salido el sentido del humor que todos llevamos escondido. Los pueblos pequeños gozan de mala salud y ya para colmo no tienen cura, de esos que rezan. Pero a nosotros, aunque lo tenemos jodido, deben de quedarnos siempre los sueños, las ilusiones y las esperanzas. Que no se diga que no luchamos por consumir la vida de la mejor manera, porque al final, todos curados.
ResponderEliminarMiguel A., un abrazo.
Puede parecer que estoy un poco loco si digo que soy feliz paseando encima de mi silla de ruedas, y lo soy porque, sin darme por vencido, he aceptado mi situación, consciente que para mi no hay ni habrá una vida mejor ni diferente. Y sin embargo, estoy contento de estar vivo.
ResponderEliminarGracias por tú visita y comentario.
María, un abrazo.
Desahogar la rabia es la vía de escape a enfermedades y cosas para las que nos sentimos impotentes, porque ni la ciencia ni nosotros tenemos remedios para los males que nos amargan la vida, y porque somos humanos, de cuando en cuando, nos sentimos desesperados.
ResponderEliminarmarcus, un abrazo.
A pesar de saber que mi enfermedad no tiene cura, siempre que tengo ocasión le pregunto al médico que me trata, con ilusión y esperanza, si se ha descubierto algo para mí. Y aunque siempre me contesta que no, yo seguiré preguntado. Y es que siempre nos queda una poquita de esperanza.
ResponderEliminarMaría, un beso.
ResponderEliminarPues, así es, mi mal es una de esas raras enfermedades para las que no hay cura, y ya por mucha prisa que se de la ciencia, yo no podré beneficiarme de ningún descubrimiento, ni siquiera unas pastillas para controlar el temblor, que al ser un trastorno progresivo, va en aumento. Después de todo estoy contento, porque si me pasan estas cosas, es porque estoy vivo.
Isa, un abrazo.
A todos, muchas gracias por vuestros buenos deseos y palabras de ánimo.
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