¿Qué hubiera sido de
mi vida si me llegan a meter en un seminario cuando era un niño? Estas cosas
pasaban en las familias pobres que tenían niños con caras de angelitos buenos.
No es que mi rostro fuese de los más favorecidos, pero también con cara de
diablo y buen comportamiento se podía ser cura, y, si además eras obediente,
podías llegar a santo. Sin embargo, para
mí estaba el inconveniente que entonces ya me gustaban las niñas, lo mismo que
ahora me gustan las mujeres. Entonces a los niños ni se le daban explicaciones
ni se les decía nada. Por rumores, de esos que los niños exageran tanto, me
enteré que una familia de ricos del pueblo estaba empeñada en verme con sotana
y la coronilla pelada y trabajando para ellos, que para eso iban a pagar mi
carrera. Durante el tiempo que duraron los rumores, viví asustado con la
iglesia y con el cielo. No me atrevía ni a pensar, porque me parecía que todo
lo que pensaba era pecado, de esos que llevan al infierno directamente. No me
atrevía ni a entrar en la iglesia, porque pensaba que todos aquellos santos tan
serios, podían ver mis pensamientos y enfadarse conmigo.
¿Y la fe? Bueno, a
edad tan temprana podía ser cuestión de costumbre y de tiempo, de misterio y de
miedo.
Don Miguel antes que
cura había sido niño de padres pobres. Todos le llamaban Don Miguel, menos su
benefactora que lo seguía llamando Miguelito. Para ella sólo había cambiado que
los padres de su protegido ahora van a la iglesia y antes no iban, el padre
blasfemaba y ya no blasfema. Mucho mayor
que yo, pero fuimos buenos amigos, y lo seguimos siendo, aún con sotana y de lo
mucho que lo habían cambiado.
A pesar de todo, no
podemos dejar de hacernos la pregunta de sobre como hubiera sido nuestra vida
de haber hecho esto o aquello. Lo que podría haber sido y el futuro, siempre
será uno de las grandes misterios
Lo pasé muy mal, y
gracias que no siguieron insistiendo. Si lo hacen, yo hoy, soy un cura jubilado.
No estaría casado, ni tendría hijos ni nietos, ni hubiera vivido mi vida. La
mía, y no la que otros hubieran diseñado para mí.
Vivir es pecar y arrepentirse, es perdonar y
pedir ser perdonado, es caer y levantarse. Es poner al cielo como testigo que
siempre te has comportado como un ser humano. Y no eres culpable de nada,
porque tus errores ya venían incorporados a tú naturaleza.
Motivos tengo para
estar contento de vivir como he vivido. Sin haber sido persona importante, ni haber tenido en mis manos el futuro de
nadie. Mi único dueño es el destino; y mi norma de conducta, el respeto a todos
los seres humanos.
Así es la vida. Si bien no resulta imposible llegar a imaginar como habría dado la cara el "arquetipo" de cada cual en distinta circunstancia, mira es una idea que me apunto para alguna ocasión.
ResponderEliminarPor ejemplo, de haber nacido varón me consta que habría sido restaurador u hotelero o ambos, en el extranjero... y alguna cosica más. Eres una persona guapa, lo serías con sotanas también porque puede que en su momento las hubieras colgado, como tantos de nuestra generación. Bss.
"Vivir es pecar y arrepentirse, es perdonar y pedir ser perdonado, es caer y levantarse. Es poner al cielo como testigo que siempre te has comportado como un ser humano. Y no eres culpable de nada, porque tus errores ya venían incorporados a tú naturaleza".
ResponderEliminarEs una frase que te honra, amigo Diego. Continuas viviendo feliz tal como vives.
Un cordial abrazo.
Hola, Disancor
ResponderEliminarEs bonita la reflexión que haces. Pienso que si hubieran ocurrido otros factores distintos en mi vida, ya no sería mi actual vida, sería otra. No se si mejor o peor, simplemente distinta.
Me gusta mi vida, con lo negativo y positivo.
Besotes.
Eres muy afortunado, un beso desde Andalucía.
ResponderEliminarMe dejaste perplejo, "vivir es pecar y arrepentirse, es perdonar y pedir ser perdonado", cuanta verdad y cuanta sabiduria. Gracias hermano ....... desde Argentina...Lapegnola.
ResponderEliminarMe dejaste perplejo, "vivir es pecar y arrepentirse, es perdonar y pedir ser perdonado", cuanta verdad y cuanta sabiduria. Gracias hermano ....... desde Argentina...Lapegnola.
ResponderEliminarQuería darte las gracias, por tu visita a mi blog. Un SALUDO
ResponderEliminarFeliz Domingo
Diego, has hecho una extraordinaria definición de lo que es la vida: un cúmulo de caiertos y errores.
ResponderEliminarUn abrazo
No creo en cosas raras y vivo con el convencimiento que se vive una sola vez, pero la fantasía puede soñar con vida después de la muerte y hasta con la reencarnación. Si nos dieran para elegir, de verdad, sería muy complicado decidirse y acertar con la vida de nuestros sueños.
ResponderEliminaremejota, un beso
ResponderEliminarPienso que no debemos sentirnos culpables de nuestros defectos, porque forman parte de nuestra naturaleza, y hemos de procurar ser feliz como somos. Y ese pensamiento aplicárselo a las personas que nos rodean.
Yo no me complico la vida, hago lo que puedo, y procuro que encima de mi silla de ruedas no haya ni un mal pensamiento. La necesito toda ella para ser feliz.
Juan Conejo López, un abrazo.
Sea como haya sido tú vida, ha sido la mejor para tí, porque es la que el destino te tenía reservada. Lo cierto es que la vida es muy complicada, aún en momentos felices. No es fácil apartar los problemas.
ResponderEliminarGracias por tú visita.
María Eugenia-Vida y Muerte, un abrazo.
Desde los tiempos de mis recuerdos la vida ha cambiado mucho, y la iglesia no podía ser menos. No sé como andará eso de hacer curas, pero en aquellos tiempos de miseria, los seminaristas se reclutaban entre los niños de las familias más pobres.
ResponderEliminarDeseo lo estés pasando muy bien por la maravillosa tierra de Andalucía.
Amapola Azul, un beso.
El pensamiento es universal y nos une a todos los seres humamos sin importar razas ni distancias. Somos habitantes del mismo planeta y nos unen los mismos deseos, aún con diferentes sonidos.
ResponderEliminarHe recibido una gran alegría con tú visita. Gracias.
Lapegnola, un saludo.
Soy un enamorado de los blogs, no hay uno que no merezca la pena visitar, y el tuyo me pareció especialmente interesante. Lo visito de cuando en cuando, aunque solo en esta ocasión he dejado comentario.
ResponderEliminarGracias por tú visita.
YoSueño, un saludo.
Bueno, he procurado relatar como una familia pobre podía tener un hijo cura. A mi me podía haber tocado, pero ocurrió el milagro que no fuese así, sin embargo, pasado los años, no puedo evitar preguntarme cuál hubiera sido mi vida, y si yo hubiera sido más feliz de lo que he sido.
ResponderEliminarAntorelo, un abrazo.
Que vida tan afortunada has tenido y al final no has sido un cura, aunque nunca se sabrá si al final igualmente hubieras acabado escribiendo en este blog... y te hubiéramos "conocido", pero puede que el contenido no fuera el mismo, en vez de fotos de tu pueblo estarías hablando de sus buenas gentes. ¡Quien sabe!
ResponderEliminarYo en la mía cambiaria muchas cosas, si lo pienso bien lo cambiaria todo.
Besos.
Supongo que has querido decir seminario. Yo lo estuve... 5 años. Pero no sé porqué lo analizas por la tremenda. Solamente un 98 por ciento de quienes cursaron conmigo, ha llegado a "vestir sotana". Todo lo vivido marca en la forma de ser... para bien, o para mal... Yo, al menos, creo que ese periodo de seminarista me ha resultado positivo.
ResponderEliminarDiego, un abrazo.
Miguel-A.
es bien triste que personas ajenas decidan el futuro de otras. Creo que tuviste suerte.
ResponderEliminarUn fuerte abrazo Disancor!
Huy, si te hubieran metido en el seminario nos habriamos perdido un gran fotógrafo. Menos mal que se quedo en nada.
ResponderEliminarSaluditos
Cada etapa de mi vida ha sido una aventura, pero no me quejo, ni me siento responsable de lo que no controlo. No soy conformista, pero si no puedo cambiar una cosa, pues no gasto energía y paso a la siguiente. Aunque me hubieran metido en un seminario, no me imagino yo con sotana. Aunque pudieras, no cambies nada de tú vida y siéntete orgullosa de quien eres y de cómo eres.
ResponderEliminarcampoazul, un beso.
Gracias por hacerme ver el error cometido en la palabra seminario, y os pido disculpas a todos por mi falta de atención y no repasar lo que escribo.
ResponderEliminarMis recuerdos son mucho anteriores a tú experiencia, aunque creo que la mayor diferencia estaba en las necesidades de la gente. En cuanto a lo de ser cura o no serlo, lo importante era adquirir una buena preparación para enfrentarse a la vida.
Miguel Ángel, un abrazo
Bueno, en aquellos años, poco importaba la voluntad de un niño. Los padres en la "generosidad" de los ricos, que ofrecían pagar el seminario a hijos de familias pobres, veían la oportunidad de los niños para labrarse un futuro menos incierto que el de ellos.
ResponderEliminarAntonio, un abrazo.
ResponderEliminarQuizás hubiera sido un cura aficionado a la fotografía. Aunque no creo, me gusta el más difícil todavía, no hago las cosas por afición, las hago como reto.
Muchas gracias por tú visita y comentario.
Inma Limón, un saludo.
Hola Disancor, precioso como lo has escrito. Antes así pasaba, por menos de nada le metían a uno a cura o a monja. No dejaban decidir por uno mismo.
ResponderEliminarMenos mal que tomaste el rumbo de tu vida y lo que querías. Si no, a estas alturas tal vez te estuviera llamando Don Diego :-) o Padre Diego, tal vez Padre Disancor jajajaja
Saludos y un abrazo muy fuerteeeeeeeee
Bueno, pero quizás hoy no sería un cura en silla de ruedas. La verdad que, buena, mala o regular, estoy contento con la vida que me ha tocado. Aunque no estuviese en mi mano cambiarla, si lo estaba vivirla. Después de todo, al final todos calvos, inteligentes y tontos, con dinero y sin dinero.
ResponderEliminarIsa, un abrazo.