La anécdota que voy a contar en estos tiempos pasaría casi desapercibida, porque hoy no existe el sentido del ridículo que había entonces. Cada cual viste como quiere y como puede, y no hay nada que pueda sorprendernos, pero hace cerca de 40 años el comportamiento y maneras eran muy tenido en cuenta.
Compartiendo espacio con el cura, el monaguillo y los novios en el altar mayor de una iglesia, me encontraba yo como fotógrafo contratado para hacer el reportaje de boda. Al principio todo iba bien, hasta que observé como los invitados de los primeros bancos me miraban y reían como locos, les siguieron otros invitados, al final reían todos. Yo me miraba con disimulo, me palpaba por todo el cuerpo, revisaba las cámaras fotográficas y el flash, no encontraba nada fuera de lo normal. En algún momento me miraron los novios y comenzaron a reír, y el cura, y el monaguillo. Aquella boda se convirtió en un cachondeo. Y yo me tocaba con desesperación el cuerpo, la cara, la boca, la nariz, las orejas, la cabeza, todo bien, me encontraba más bonito que un San Luis. Qué es lo que pasaba? Cuál era el motivo de la risa? Parecía que no había duda, la razón estaba en mí. La boda no se suspendió, continuó en medio de aquel jolgorio. El cura con sus bendiciones, yo haciendo fotos.
Se me empañó un poco la lente de la cámara y, según era mi costumbre, cogí la punta de la corbata para limpiarla, y fue entonces cuando me dí cuenta de la razón de tanto cachondeo. Yo vestía un traje impecable y una bonita corbata, pero, con las prisas, debajo del traje se me veía la barriga. Se me olvidó ponerme la camisa.
jajajajaja me hubiera gustado estar allí, seguro que te hubiera avisado pero la carcajada hubiera sido inevitable, jajaaja.
ResponderEliminarSeguro que después de pasar el apuro que debiste de pasar en esos momentos te reiste tu también.
Desde luego los novios no te olvidarán nunca ;)
Un saludo y feliz domingo!!!1
Que bochorno sentir la risa y no saber a que es debido.
ResponderEliminarAqui estoy y me gusta tu blog, me alegra que seas del gremio aunque no me importaria ya que lo que buscamos todos los de diversidad funcional es la independencia sea individual como colectiva.
Me hago seguidora tuya, me gusta como escribes.
Con cariño
Mari
El resto de la ceremonia me la pasé con la solapa y el cuello de la chaqueta levantada para taparme, y era vereno. Se pasa un rato muy apurado. Tengo sentido del humor y me gusta recordar lo que,en su momento, fueron malos tragos.
ResponderEliminarsilver´smoon, feliz tarde de domingo.
estoy_viva, gracias por tú presencia en mi blog y el comentario. Como ves no soy un genio escribiendo, hago lo que puedo. Si sigo insistiendo..., nada, nunca lo haré tan bien como tú.
ResponderEliminarImaginas lo mal que me sentí en la boda?
Mis saludos,
Si no hubiese ocurrido esta anécdota no hubieras podido escribir una post tan divertido... je,je
ResponderEliminarSupongo que la vegüenza del momento se ha convertido en risa gracias al recuerdo.
Un saludo
Ut
Pero, imaginas el pitorreo?
ResponderEliminarEs bueno que nos ocurran cosas que valgan la pena recuerdar.
Ut, saludos.