martes, 11 de octubre de 2011

POR SI ACASO EL EURO...

Soy uno de esos europeos ignorantes que después de tanto tiempo todavía no conoce todos los billetes del euro. Tengo referencias, sé de oída que nuestra unidad monetaria tiene más piezas de las que conocemos en el círculo donde me muevo. Pensándolo bien, no esta mal que nos paguen con billetes pequeños, porque siendo muchos, nos podemos hacer la ilusión que nos pagan mucho más de lo que ganamos. Aunque no hay que engañarse, ni cobrando en calderilla tendríamos para hacer mucho derroche. Y es que viviendo en el euro, los pobres no podemos hacer grandes cálculos, porque a nada que nos descuidemos, no nos queda nada que contar. Entre subidas de céntimos y redondeos, nunca nos cuadran las cuentas. Y quizás sea por eso, que la gente que llenamos las calles, perdimos toda esperanza de ser algún día millonarios. Y como estos no son tiempo para aspirar a hacerse rico, hasta somos capaces de dar propinas, con el deseo que otros lo intenten.

A pesar que nuestra economía no necesita de mucha contabilidad, nos preocupa el futuro del euro. Hemos acabado tomándole cariño y nos daría pena que un día no sea nada más que historia. Tal y como se ve la economía en la eurozona, el porvenir que se le augura no es muy halagüeño. Basta que salga corriendo el primer país para que todos corran en desbandada.

Yo soy muy previsor, y por si acaso, tengo guardadas tres mil pesetas rubias de una cuenta que me pagó un cliente muy gracioso y muy enfadado. Esas rubias me dan mucha seguridad. Por si el euro pasara a mejor vida, a mi me coge con dinero para comenzar la nueva etapa, pues seguro que como un desagravio, hasta revalúan la peseta. Y ya no es necesario conocer el más morado de todos los euros.

8 comentarios:

  1. Esperemos que no desparezca el euro...no quiero ni pensar en las consecuencias
    Un abrazo

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  2. Diego yo soy más ignoran. No uso billetes de euro... (las compras las realizan mis padres), y, mentalmente, sigo traduciendo a pesetas :-)

    Un abrazo.

    Miguel-A.

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  3. Otro cambio de moneda? Qué todavía pienso en pesetas! Lo que está claro, es que esto no ha dado resultado. Mira los alemanes qué listos fueron. En fín...

    Besitos Disan.

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  4. Tú sí que sabes, Diego. Y es que no hay nada como ser previsor.
    Mejor que sean los billetes pequeños porque con uno o dos de los morados, iríamos "atontaos" para casa.

    A saber en qué acabará lo del euro.

    Un abrazo de Mos desde mi orilla.

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  5. Pues, esperemos que el euro aguante, siquiera, tanto como la peseta, esa rubia que tantos quebraderos de cabeza nos dio a los pobres y, sin embargo, a la que con tanto cariño recordamos.
    Juanjo, un abrazo,

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  6. Eres un valiente por seguir traduciendo los euros a pesetas. Yo también lo hacía, pero como las cosas en euro me parecían muy baratas, las calculaba en pesetas y me tomaba grandes berrinches, porque todo se me antojaba carísimo.
    Miguel A., un abrazo.

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  7. Tal y como anda la economía europea, es necesario que de cuando en cuando al euro le pongan el termómetro, no sea que se ponga grave y nosotros sin enterarnos. Es indudable que es una moneda con muchas ventajas, pero tanta crisis puede acabar afectándole.
    ion-laos, un abrazo.

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  8. A nosotros nos hace feliz la calderilla, pero, bueno, si nos ofrecen billetes morados no vemos a despreciarlos. !Ojala nos diesen uno cada día para tomar café!, aunque tengamos que pelearnos con el camarero por la mañana temprano.
    Mos, un abrazo.

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