Haciendo memoria
recuerdo a fumadores de otros tiempos, cuando fumar estaba bien visto, y la
costumbre no estaba tan perseguida como
ahora. La gente fumaba cualquier cosa que ardiera. Quizá porque el tabaco no
lleva tantos aditivos, era más ecológico y perjudicaba menos la salud, ya que para
los fumares más pobres, el humo de tabaco iba casi directamente de la mata a
los pulmones.
Un lugar destacado en
estas pequeñas historias, merece la petaca, y que en muchos lugares era
artesanía primorosa de pastores. Un recipiente de cuero donde se guardaba el
tabaco y el librito de papel para liar los cigarros. Ofrecer la petaca para
echar un cigarro era una buena forma de romper el hielo de un encuentro,
mostrarse amistoso y con la mejor voluntar para iniciar una conversación. Los
nervios se calmaban mientras se seguía con calma el ceremonial de liar el
cigarro, encenderlo y darle la primera chupada. Y hablaban los hombres,
debatían, discutían o cada uno pensaba
en sus cosas mientras entre chupada y chupada se iba consumiendo el cigarro, y
llegaba el momento de la despedida.
Los jóvenes no
fumaban delante del padre hasta que no se licenciaban de la mili, otros hasta
que no se casaban, y otros, nunca. Esta costumbre no era igual con las madres,
que casi siempre eran más permisivas. Como todas las reglas, también esta tenía
sus excepciones, y también había mujeres que fumaban a escondida.
Con la situación de
crisis que estamos padeciendo y al precio que se esta poniendo el tabaco, el
bueno y el normalito sólo lo podrán fumar los ricos. Los que no lo son,
deberían de pensar en la posibilidad de una petaca y aprender a liar un
cigarro, porque para seguir disfrutando de placer de fumar, acabaran fumando
tabaco verde. De ese que va de la mata a los pulmones.
¡Y pensar, después de
tantos años, que yo dejé de fumar porque no tenía dinero para comprar tabaco!
Este tema que has tocado requeriría para mí el poder estar hablando un par de horitas, por lo menos.Para empezar, y que como viví de niño la posguerra, sé que hasta el tabaco estuvo racionado. Recordarás que la cartilla de fumador se la daban a los hombres al cumplir los veintiun años.
ResponderEliminarYo comencé a fumar a los 18 años allá sentado en un acantilado de la ciudad, entonces española, de Sidi-Ifni.........
.....mirando con nostalgia la puesta del sol por el horizonte del océano frente a las islas Canarias....
ResponderEliminarY fumaba tabaco rubio americano del que nos daban con el rancho, como complemento del dinero destinado para comer, mientras otros soldaditos españoles, los del regimiento Soria 9 por ejemplo las pasaban canutas subidos a lo alto del monte Bulalam.......¿recuerdas?......
Aquí lo dejo. Perdón por la extensión.....
......pero es que este tema, tiene mucha tela. Fumé dos paquetes de tabaco rubio durante cuarenta años, hasta que lo dejé porque aunque podía quemarlo, la presión mediática ejercida contra los fumadores me pareció insostenible.
ResponderEliminarJamás fumé "tabaco" verde y sí que pienso que ese y otros errores, los permiten los gobiernos y políticos preocupados más bien de llenar sus "petacas" del dinero del pueblo...........
Nos van a quitar hasta los vicios, y eso que no fumo. Al paso que vamos, nos meten a todos en una cueva para que no molestemos y no tengamos el derecho a vivir dignamente, fumemos o no.
ResponderEliminarBesos Disan.
Yo en Ifni, por fumar hacía cosas muy peligrosas, tales como hacer de noche servicios de escuchas fuera de la alambrada. Me jugaba la vida por un paquete de Camel. Unos años después lo deje, como digo en la entrada, porque no tenía dinero para comprar tabaco. Y aunque no soy fumador, no me molesta que otros fumen.
ResponderEliminarJ.Cunicum, un abrazo.
Es que hay mucha gente que se preocupa por la salud del prójimo y no quiere que se muera oliendo a humo. No debería de ser por los gastos, porque el impuesto al tabaco lo pagan solamente los fumadores. Un tema este, muy polémico.
ResponderEliminarion-laos, un beso.
Oye y pienso yo, ¿la planta del tabaco se podrá cultivar en un terrenito que se tenga en propiedad en el campo? Es que así por lo menos los de las afueras se ahorraban una pasta.
ResponderEliminarYo también deje de fumar hace mucho, pero yo lo deje porque no soportaba el olor del tabaco... ¡ya ves!
Besitos.
Cuando yo era joven, de eso hace muchísimo tiempo, la gente podía cultivar algunas matas de tabaco, y ese es el que digo que iba de la planta a los pulmones. Si el hambre no pudo acabar con el tabaco, no es fácil que acaben la crisis y las prohibiciones.
ResponderEliminarcampoazul, un beso.