Mi amigo Pascual
tiene claro que los buenos son los suyos y los malos son los otros. Para él
todos los caminos llevan a la política. Él no entiende de nada, pero pone mucha
atención en los insultos de sus ídolos, y no desperdicia ocasión de repetirlos
con adornos de su cosecha y aumentados. La verdad que tiene muy buen oído y
además es muy aplicado. Si algo va mal, los culpables son los de enfrente; si
algo va bien, son los suyos. Y yo me pregunto:¿Cómo podemos ser tan torpes
estando las cosas tan claras? Solo hay
que ser fan de los buenos, y así no se equivoca uno nunca. Además, como le pasa
a Pascual, ni siquiera tiene que pensar, basta con recitar lo que dicen los
suyos. Lo complicado estar en saber elegir a los buenos. Si se tratara de
elegir a los malos, la cosa seria más fácil. Puede que sea porque casi todos
son malos. Menos los de Pascual, claro.
No es muy arriesgado
ser comparsa de la política, basta seguir un guión, tener un espíritu aborregado y no aspirar al
reparto de beneficios. Eso es cosa de los accionistas de la empresa política.
Lo de mi amigo si que
es altruismo y generosidad, pues ya hay que ser cerrado de mollera o buena
persona, para pasarse la vida cabreado a cambio de nada. O a lo mas, saber lo bien que viven sus
ídolos.
A mí me parece que tú eres una persona muy especial, pero yo, que soy del montón, nunca podría tener por amigo a un señor como tu amigo Pascual.
ResponderEliminarJajaja no se reír o llorar. Me río por como has llevado el tema. Ser objetivo no es fácil, ya no en política sino en cualquier área de la vida. Dejarse llevar es lo más fácil, tampoco hay que pensar, y buscar responsables y culpables fuera de uno ni te digo. Pues aunque no lo creas Pascuales hay muchísimos y generalmente son buenas personas.
ResponderEliminarEso pasa hasta en el fútbol. El Español es muy apasionado.
Bss
No te enojes Diego, sé comprensivo y compasivo con Pascual y ya está.
ResponderEliminarSi, eso, le invitas a una caña...jajajajaja, es una broma, que me lo has puesto al punto, jajajaja.
Besos mil Diego.
Como decía Woody Allen:"La vocación del político de carrera es hacer de cada solución un problema".
ResponderEliminarUn saludo.
Pues parece que tu amigo tiene muy buen ojo para encontrar políticos buenos, porque yo por mas que mire a todas partes no encuentro ni uno... pero si que también conozco a alguno como tu amigo Pascual, en fin...
ResponderEliminarFeliz fin de semana.
Besitos.
Mi amigo Pascual es una excelente persona, pero eso sí, de piñón fijo. Es fanático defendiendo las ideas que le han inculcado. Para él no hay más verdad que la suya.
ResponderEliminarJ.Cunicum, un abrazo.
Es verdad, el mundo esta lleno de Pascuales defensores de ideas ajenas y comparsa de quien tenga la suerte de hacerlos seguidores de una doctrina. Y no es que anden sin personalidad, es que no la usan. Y a pesar de lo dicho, en Pascual siempre he tenido un buen amigo.
ResponderEliminarKaty, un beso.
Yo nunca me enfado, porque soy un tipo muy paciente, además abierto hasta a las ideas más raras. Que las comparta, ya es otra cosa. Y para ser seguidor de algo, he de convencerme a mi mismo que eso es lo mejor para la mayoría de las personas.
ResponderEliminarion-laos, un abrazo.
Por la gran verdad que expresa, me ha gustado la frase de Woody Allen. Los políticos lo complican todo, convirtiendo lo fácil en rematadamente difícil.
ResponderEliminarPedro Luis López Pérez, un abrazo
ResponderEliminarBueno, a mi amigo le gusta arrimarse al sol que más calienta, y en la defensa de sus ídolos se entrega en cuerpo y alma. No es fácil convencerle que cabe la posibilidad que los suyos estén equivocados.
campoazul, un beso.
Ése el juego buscado por los políticos. ¿Es que no se ve la trampa? Los mitines son parte del juego. Si no, ¿tiene sentido intentar convencer al convencido, puesto que el que no lo está, no acude al mitín? O sea, buscan crear más "forofismo" quue el propio fúbol.
ResponderEliminarUn abrazo.
Miguel-A.
ResponderEliminarAsí es, los que asisten a un mitin llevan las manos preparadas para aplaudir, y diga la que diga el político, como si habla del tiempo, los convencidos asistentes no le van a llevar la contraria.
Miguel A., un abrazo.