Para mí fue un placer
hacer esta foto y una alegría poder publicarla mucho más de treinta años
después. Amigos y clientes del bar
Verea, que con Juan su dueño a la cabeza, acudían cada domingo a disfrutar del
fútbol y animar con sus gritos y su presencia al Deportivo Don Benito.
Sea esta imagen mi
contribución para perpetuar el recuerdo al momento y a la memoria de los que ya
no están entre nosotros.
Muchas veces te digo Diego que tu trabajo fotográfico es historia viva y real de los sitios y las personas que recoges con tu cámara.
ResponderEliminarEn las fotos antiguas siempre hay un poso de nostalgia y más cuando son de personas queridas y cercanas que ya no están.
Un abrazo de Mos desde la orilla de las palabras.
No hace falta pensar mucho en como te toca esta imagen al corazón. Pero ahi queda el recuerdo gráfico, testimonio de otros tiempos. El tiempo que pasa tan de prisa....
ResponderEliminarRealmente 30 años no son nada y sin embargo son tantos...
Bss
Bonito homenaje. La amistad, como el amor, surge en los sitios más insospechados.
ResponderEliminarBesos Diego.
Me cuesta mucho seguir con esta tarea de publicar fotos antiguas, y no es porque me falte material, es que me va faltando memoria para recordar cosas tan lejanas en el tiempo. Temo cometer errores.
ResponderEliminarMos, un abrazo.
Quizás no sea tan fácil separar la persona del profesional. Y estas fotos me emocionan porque son parte de mi vida y la de mis amigos y de la gente con la que conviví en la misma época.
ResponderEliminarKaty, un beso.
Cuando vamos llegamos a viejos empezamos a vivir de recuerdos, y es llegado el momento de homenajear a los amigos que nos van dejando. Otros nos recordaran un tiempo a nosotros. Es el orden lógico de la vida.
ResponderEliminarion-laos, un beso.
Hola Disancor, muy buena la foto.
ResponderEliminarES bueno que el deporte una alas personas y lleguen muy lejos con su amistad.
Saludos y un fuerteeeeeee abrazo
ResponderEliminarEl deporte hace buenos amigos, sobre todo, el fútbol. Las personas de la foto, aunque tenían profesiones y vidas muy distintas, eran excelentes amigos.
Isa, un abrazo.