Quiero seguir soñando
con aquellos belenes de mi niñez. De niño Jesús, virgen María y san José; de
buey y mula; de pastores y cordero…No quiero que me quiten de la escena las
imágenes con las que crecí y he envejecido. Ni quiero conocer otras historias
que no conozca ya. Para mí la verdad es la tradición, lo incierto es buscar la
verdad en los mitos. No se puede dar nada como seguro. Por tanto, hay que
respetar todas las leyendas que nos puedan hacer más felices y más humanos, sin
importar si en algo estamos equivocados.
No creo que en el
belén con el que crecimos, sea importante eliminar protagonistas, o añadir
otros nuevos, para seguir creyendo en el milagro de la vida. En el amor, en la
justicia y en la grandeza del alma humana.
Quiero seguir sorprendiéndome
con canciones navideñas, relatos del nacimiento de Jesús en el pesebre de un
portal y rodeado del calor de los animales de siempre. De Reyes Magos de cualquier país del lejano Oriente,
guiados por la misma estrella que les viene guiando desde hace siglos.ç
Y que importa que
sólo sean leyendas. Los sueños y la fe, están hechos de leyendas.
Siempre nos queda la esperanza, la ilusión, un abrazo.
ResponderEliminarmariarosa
Es una ilusión montar el Belen en casa, se siente la nostalgia de nuetra niñez viendo como los nietos disfrutan de lo lindo con las figuritas y los rios.
ResponderEliminarDisfrutaremos todos juntos en estos dias incluyendo la mula y el buey en el belen a pesar de las palabras del Papa
A pesar de ser ya mayorcitos se sigue teniendo esa ilusión en la Navidád, y porque no, en algun regalillo que caiga en esa noche magica.al menos yo lo digo por mí
ResponderEliminarCómo agradezco tus palabras.
ResponderEliminarSon casi mágicas porque las hubiera dicho yo a quien me quisiera escuchar, si no te me hubieses adelantado.
Tienes la rara habilidad, amigo Diego, de plantear con sabiduría innata las ideas que a muchos nos han venido a la mente, tras en lo que parece mentira que el Papa se entretenga en publicar, y más en estas fechas.
Felices Navidades para ti y tus lectores.
Tienes toda la razón, que se deje el Papa de cambios insignificantes que no mejoran nada y más útil sería que cambiase otras normas que la Iglesia tiene obsoletas.
ResponderEliminarEl belén y las navidades de toda la vida.
Un abrazo de Mos desde la orilla de las palabras.
Que no nos quiten nuestros sueños ni nos impongan otras tradiciones que, por supuesto, son respetables por igual; aunque con menos arraigo que la del Belén.
ResponderEliminarUn abrazo.
Más que leyendas, para mí son parábolas indescifrables, que en su tiempo le sirvió a la Iglesia para tenernos atemorizados. Eso, ahora, ya, es imposible. Pero es bonito haber crecido con la idea original del Belén y es con la que yo me quedo también.
ResponderEliminarBesos mil Disan.
Hola Disancor, vaya y mira que después de tanto tiempo y darse cuenta ahora este Papa, ya les vale a los otros que fueron algo torpes por no fijarse en los libros.
ResponderEliminarBueno, tal vez quieran voler a cambiarlo todo. ¿Donde estará lo original y la verdad?
Que cada cual se quede con lo que más feliz le haga.
Saludos y besos
Te felicito con todo mi corazón por ser feliz con las ilusiones de la niñez, por querer que aquello tan inocente y bonito que era esa Navidad y esos villancicos te hagan sonreír y soñar. Creo que eres muy afortunado.
ResponderEliminarPor aquí hablan de cambio que el Papa quiere hacer ¿...? No tengo ni idea de nada de eso, que yo aunque respeto a las religiones no las comparto ni las entiendo, pero yo creo que el Papa se tiene que aburrir mucho y algo tendrá que hacer... digo yo.(sin ánimo de ofender a ningún creyente).
Besitos con villancicos para ti.
El espíritu de la Navidad es la magia que la envuelve en casi cualquier rincón de mundo. La gente parece que expresan sus mejores sentimientos, esos que ha ido guardando durante todo el año. Es la fecha que más se desea el abrazo de los parientes y de los amigos.
ResponderEliminarMaria Rosa Giovanazzi, un beso.
ResponderEliminarNuestro Belén seguirá siendo ese de toda la vida, con su buey y su mula. Y el jefe de la iglesia puede decir misa. Y en cuanto regalos, los de ahora son más y más bonitos que los antes. Pero quizás los niños de ahora no los reciban con la misma ilusión que los recibíamos nosotros. Y es que eran tan poquitos, y estaban tan mal hechos.
Antonio, saludos.
Bueno, si hemos coincidido en la reflexión sobre el Belén, es porque somos personas razonables, y no nos parece lógico que después de tantos siglos le quiten piezas al Nacimiento. La mula y el buey han de conservar sus puestos. Es la tradición y no importa que el Papa haya hecho un descubrimiento, que será acorde con su autoridad y conocimientos, pero muy a destiempo.
ResponderEliminarCon los mismos deseos navideños, gracias.
Relatos y Desvarío, un abrazo.
La vida va evolucionando y cambiando, pero las tradiciones y las leyendas es mejor no cambiarlas, porque da la impresión que pierden la esencia. La fe no necesita interpretaciones, se cree o no se cree.
ResponderEliminarMos, un abrazo.
ResponderEliminarLa Navidad es rica en leyendas, todas muy respetables e interesantes. A los más viejos que nos dejen con nuestro Belén de siempre, y con esos tiernos animales que le dan calor al Nacimiento.
Pedro Luis López Pérez, un abrazo.
La verdad que a las leyendas nunca hay que buscarles una explicación lógica. Pero sean bienvenidas si contribuyen a que seamos más felices. Y cantemos los villancicos al Belén de siempre.
ResponderEliminarion-laos, un beso.
Estoy contigo. Que cada cual celebre las fiestas de Navidad como le de la gana. Lo cierto que en estas fechas se crea un ambiente del que nos contagiamos todos, y digamos lo que digamos, de alguna forma acabamos participando.
ResponderEliminarIsa, un abrazo.
Son los recuerdos de la niñez, de aquellos tiempos en que los ilusiones y los sueños tenían un valor diferente, por la edad y porque entonces los más importante de la Navidad era el Belén para terminar las fiestas con los Reyes Magos. Hoy, a todo aquello le ha salido mucha competencia, y como las cosas están como están, si nos empeñamos, los Reyes Magos serán andaluces y el buey y la mula se la habrán comido los pobres.
ResponderEliminarcampoazul, un beso.