martes, 17 de abril de 2012

LA CARTA

Mis recuerdos empiezan cuando las cartas se escribían mojando la punta de una pluma de acero, no de pájaro, en un tintero y poniendo letras torcidas sobre un papel a rayas. Siempre con el principio de “me alegraré que a la llegada de la presente te encuentres bien yo estoy bien gracias a Dios por la presente…”Ni los puntos ni las coma eran necesarias para entender aquellas cartas que dictaba el corazón. Eran cartas del pueblo y que sólo el pueblo podía escribir y entender. Eran sentimientos con conexión directa entre personas unidas por amor, lazos de sangre o amistad sincera. Más que saber escribirlas y leerlas, parece que bastaba con sentirla. Y se seguía todo un ritual para leer y contestar una carta. Con sus plazos, sus días y sus momentos. Y se esperaba con impaciencia la llegada. Con alegría cuando se recibía, con miedo y preocupación si no llegaba. Y se leían una y otra vez hasta aprenderlas de memoria. Y se guardaban como la más valiosa de las reliquias.

Escribir a los padres, a los hijos, a los hermanos, a los amigos…O escribir cartas de amor a una novia, a un novio o a una ilusión lejana. Transmitir deseos en los círculos y cruces de las despedidas, o dejar un beso con el rojo carmín de unos labios. Y gracias a estas chipas de pasión se podía mantener una relación de enamorados en la distancia y en el tiempo.

La mano que escribía percibía los latidos del corazón, traduciendo la emoción de algunas palabras en letras temblorosas. Con lo que no se puede negar que los sentimientos se metían vivos en el sobre y así los recibía su destinatario. Eran así de humanizadas las cartas de la gente sencilla. De aquellas que ni eran cultas ni tenían estilo.

Y hoy son historia aquellas cartas escritas a mano con borrones de tinta, tachaduras y renglones torcidos. Sencillas palabras sin reglas ni ortografía, con la hermosa imperfección que el corazón dicta a la mano que escribe. Se contaban grandes historias y grandes sentimientos en pocas palabras.

Ya sólo son recuerdos. Ahora las cartas son otra cosa más fría. Con información comercial, notificaciones de la administración, información de Bancos, facturas…Promesas y amenazas de la vida moderna. Tienen en común con aquellas de otra época, que también estas vienen en un sobre, aunque no escrito a mano, ni depositadas con la misma ilusión en un buzón callejero de correos.

24 comentarios:

  1. A nivel emocional de acuerdo, pero quien lo desee puede seguir haciendolo aunque sea a lápiz o a boli. Jaj, tengo guardadas "aquellas cartas" todavía.
    Lo que no me gusta de ciertas cartas es lo rígidas que resultaban si se seguían las "reglas del juego". ¿Recuerdas los libros para escribir y/o responder con propiedad? Prefiero la actual libertad de expresión. Bss.

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  2. Como casi siempre, Diego, tienes toda la razón.
    Eso me ha hecho pensar en escribir una carta y hacer un relato con ella. Más que nada para darle vida a eso de escribir cartas y también para darle un empuje que hoy parece que necesita esto de las cartas familiares o de amigos.
    Sí, haré un relato que sea una carta.
    Un abrazo de Mos desde la orilla de las palabras.

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  3. Nadie escribe cartas personales,en parte me da pena,pero como dice emejota nadie nos prohibe hacerlo,es solo que nos hemos hecho comodos
    Un abrazo

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  4. Hemos ganado en inmediatez y operatividad de las comunicaciones; pero el calor que desprende una carta difícilmente se podrá igualar.

    Besos

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  5. Cuando cambié de casa tuve que tirar cientos de cartas, que desde niña había conservado. Ahora solo guardo una pocas. Menudo recuerdo me has traído. Yo escribía con pluma estilográfica. No llegué a conocer el tintero. Co esto de los e-mails se nos olvida hasta escribir a mano.
    Abrir una carta tenía su emoción.
    Un abrazo

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  6. Llevas razón, ahora todo es más frío y tenemos los emoticonos para poner besos pero para nada es la misma calidez. Recuerdo que yo echaba unas gotitas de colonia a las cartas que le mandaba al noviete que tenía en la mili, eso por aquí todavía no se ha inventado.

    Besos Disan.

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  7. Hola Disancor, que razón tienes. Antes se escribían montones de cartas y felicitaciones. Ahora quedan en letras frías en la pantalla de un ordenador, o en el móvil. Pero no es lo mismo que recoger el papel que tu amor, tuvo en sus manos. Escribió de puño y letra, y traía su aroma y sus caricias.
    Era precioso y emocionante esperar la carta de cada semana. Aun conservo cartas que él me escribió. También algunas de las que yo le escribí hace más de 37 años.
    Graciasssssssss por recordar aquellos tiempo tan bonitos que los que tenemos cierta edad pudimos disfrutar. Aunque hoy día también podríamos escribir igual, pero es más cómodo y económico, escribir por aquí y enviar mensajes.
    Saludos y un fuerte abrazo

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  8. ¡Qué recuerdos nos has traído! Me vienen a la memoria las temidas cartas que enviaba el director de mi colegio indicándome cuántas asignaturas me había quedado para septiembre. Iban aumentando con los años :) ¡Qué buena gente era! ¡Ah! y la letra de sus cartas... preciosa.

    Besos y abrazos.

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  9. Bonitos recuerdos tienes de cuando la escritura se hacia arte. Yo este tipo de cartas solo las he visto en películas antiguas y me fascinaba.

    Besitos.

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  10. http://homenajeadiego.blogspot.com.es/eterano18 de abril de 2012, 1:11

    Otra entrada tuya tan llena de evocaciones, que dejaré en el blog para mi deleite y para todo el que se acerque a releer tus creaciones.
    Un abrazo.
    (Copiar y pegar en la barra de Google este enlace: http://homenajeadiego.blogspot.com.es/

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  11. recuerdos, Diego, recuerdos: Estuve con los frailes un año entero, sin recibir visitas. Me comunicaba con mi madre por carta. Sus cartas, siemmpre comenzaban como dices. yo también esscribia a pluma. Los pupitres llevaban insertado, como tintero, un recipiente blanco de de loza.
    Un abrazo.
    Miguel-a.

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  12. A mí nunca me han gustado las reglas para escribir cartas, porque con ellas no se expresan los sentimientos como con la sencillez de esa falta de estilo. Eso es válido para la correspondencia comercial, para cuando lo importante es dar buena impresión, pero para decir !te quiero!, da igual como se escriba.
    Cartas escritas con pluma y tintero. Sólo son recuerdos.
    emejota, un beso.

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  13. Estoy seguro que escribiendo una carta te saldrá un gran relato, y además contribuirás a resucitar aquella manera de comunicarse, o, al menos, recordarla. Ha cambiado mucho la vida, pero, por estar más y mejor comunicados que antes, ni nos queremos más ni somos más felices.
    Mos, un abrazo.

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  14. Es verdad, las cartas personales ya son, casi, historia. Las que nos llegan al buzón no son, precisamente, de cariño ni de amistad. Hoy existen medios más rápidos y cómodos para comunicarnos. Correos ha quedado sólo para papeles con mensajes publicitarios, y alguna carta certificada de la administración haciéndonos las pascuas.
    Juanjo, un abrazo.

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  15. En muchos casos no se comunicaban cosas más importantes que sentimientos, hoy las comunicaciones son más cómodas, más elegantes, más seguidas y largas, pero menos entrañables.
    María, un beso.

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  16. Es cierto, las cartas se guardaban como algo sumamente valioso. Yo me deshice de todas ellas, y la verdad que me arrepiento, porque toda mi vida estaba en las cartas. Confío que en alguna parte se conserven algunas de las que yo escribía.
    Katy, un abrazo.

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  17. El lenguaje de los enamorados en las cartas eran las cruces, los círculos y otras señales, y las chicas más atrevidas estampaban algún beso de carmín en el papel. Y como tú nos recuerdas, no faltaban unas gotitas de colonia antes de cerrar el sobre.
    ion-laos, un beso.

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  18. Con las cartas nos quedaba la emoción de saber lo que se había vivido, cuando al cabo del tiempo releías con cariño aquellos recuerdos escritos en papel, ya amarillento por el paso del tiempo. Hoy nos comunicamos con mucha rapidez, y con la misma rapidez eliminamos cualquier rastro de sentimentalismo. Aquellas cartas que nosotros escribiamos tenían alma y sentimientos.
    Isa, un abrazo.

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  19. Ya ni los colegios escriben cartas a los padres de los alumnos, ahora llaman al móvil o lo hacen vía correo electrónico. La vida ha cambiado mucho, pero para nosotros, por muy cómoda que sea, la realidad siempre nos parecerá fría y los recuerdos cálidos y entrañables.
    Teresa, un beso.

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  20. En mi recuerdo a las cartas, me he alejado mucho en el tiempo, cuando los medios para escribirlas eran muy pobres, y la cantidad de personas que no podían leerlas ni escribirlas, eran muchas. Sin embargo !cuanto amor había en aquellas cartas tan mal escritas!
    campoazul, un beso.

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  21. Me alegro que te haya gustado tanto la entrada como para publicarla en tú blog homenaje a mi humilde tarea. Nosotros tenemos experiencia escribiendo cartas, por nuestra situación militar allá tan lejos de nuestras casas. Además de escribir a la familia, lo hacíamos a las madrinas de guerra repartidas por toda España.
    Veterano, un abrazo.

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  22. En lugares como el que dices, el único contacto con el exterior eran las cartas, que acaban convirtiéndose en una rutina obligatoria. Yo también he recordado aquellos pupitres siempre manchados de tinta, con el tintero puesto en un agujerito de la mesa. Eso y la pluma, eran nuestros ordenadores.
    Miguel A., un abrazo.

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  23. QUE RECUERDOS, LAS CARTAS DE AMOR LA DE LOS PADES, TIENES UNA ABILIDAD IMPRESIONANTE PARA LOS RECUERDO, QUE A LA MAYORÍA DE GENTE SE LE OLVIDAN CON FACILIDAD.
    UN ABRAZO PAÍSANO

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  24. Sobre todo, las cartas de amor y a los padres. Nosotros tenemos la suerte de poseer los recuerdos, pero dentro de nada no quedará ni una carta escrita a mano. A mí todavía me queda algo de memoria, pero ya empiezo a dudar de muchos detalles.
    Ha sido para mi un placer recibir tú visita y comentario.
    María, paisana, un abrazo.

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