UN MICRORRELATO
Conocí un médico muy bueno, muy famoso y gran aficionado a la
caza. A la mitad de los enfermos que visitaba el viernes en su consulta les
recetaba, por despiste, unas cajas de cartuchos de escopeta.
El farmacéutico, aunque acostumbrado a la prescripción del fin
de semana, siempre se preguntaba: ¿en qué estaría pensando este hombre?
En las perdices seguramente. Ja,ja,ja...
ResponderEliminarUn abrazo
Quizas en matar bacterias a escopetazos
ResponderEliminarUn abrazo
¡Muy bueno el relato! Parece un acertijo...
ResponderEliminarY me puse a pensar y pensé: "será porque la mitad de sus enfermos son cazadores que se van de caza con él". :)
Aunque si me pongo a pensar más me sale una peli de terror… Se me está ocurriendo a mí un relato basado en tu micro.
Besitos.
Vaya un despistado. O no tanto, igual les animaba a salir a cazar o pegarse un tiro. Bueno creo que entonces no llevaba esto último. O tal vez les insinuaba que se le podían regalar y así le costeaban su afición.
ResponderEliminarCreo que se me ha ido la pinza con el relato. Espero que tengas una explicación.
Bss
Me da que eran pacientes de esos que te consumen la paciencia y lo que haga falta, jajajaja.
ResponderEliminarBesos Disan.
Quizá no era tan despistado. La caza, para el que la practica, significa relajarse, evadirse... Y ¿acaso hay mejores medicinas que el relax, el olvidarse de todo por un rato, el sentirse tranquilo?
ResponderEliminarUn beso
Necesitaba un psicólogo el doctorcito.
ResponderEliminarmariarosa
Me rindo :-)
ResponderEliminarUn abrazo.
Miguel-A.
No se llamará por casualidad Rajoy el doctor?. Cada viernes la lía
ResponderEliminarAbrazos y saludos afectuosos!
Los médicos suelen tener despistes parecidos al del microrrelato. Será que no están a lo que están, y puede más la afición que el trabajo
ResponderEliminarAntorelo, un abrazo.
Pues, es verdad, lo mismo quería matar bacterias a escopetazos, o tal vez deseaba curar enfermedades haciendo que los enfermos tomasen cartuchos de escopeta en lugar de pastillas.
ResponderEliminarJuanjo, un abrazo.
ResponderEliminarEl que no se extrañaba de la prescripción del médico es el farmacéutico, que seguramente era compañero de cacería, o por lo menos, conocía muy bien la afición de su colega relacionado con la salud de la gente.
Estoy seguro que del micro a ti te saldrá un buen relato.
campoazul, un beso.
El médico no podía negar que cuando llegaba el viernes le preocupaba tanto, o más, la caza como los enfermos. Aunque, bien pensado, puede que todos hayamos tenido alguna vez un despiste parecido.
ResponderEliminarKaty Sánchez, un beso
ResponderEliminarEl paciente de la receta puede que hasta fuese muy paciente con el médico no yendo a una armería a que le diesen por cuenta de la Seguridad Social los cartuchos de escopeta que le había recetado.
ion-laos, un beso.
Tal vez el farmacéutico no interpretó bien la receta, y lo que decía en realidad es que invitaba al enfermo a una cacería de fin de semana, con el permiso del boticario.
ResponderEliminarMaría, un beso.
Confiemos que no todos los médicos necesiten de los servicios de un psicólogo, ni siquiera los muy aficionados a la caza. Y los despistes sólo sean lapsus simpáticos.
ResponderEliminarMaria Rosa Giovanazzi, un beso.
Aunque lo del médico fue un hecho real, se tomó por lo más divertido. Se es más feliz tomando lo positivo de la vida. Aunque, la verdad, no siempre esta el ánimo para tomarse las cosas a cachondeo. Pero es bueno hacer un esfuerzo.
ResponderEliminarMiguel A., un abrazo.
ResponderEliminarBueno, pues quizás ese señor nos hubiera recetado Europa para curar nuestros males. Aunque eso más que despiste hubiera sido costumbre. Y los viernes, mejor que se fuesen todos de caza. Lo que sería muy saludable para los españoles.
antonio, un saludo cordial.
En este médico podía más la caza que la medicina.
ResponderEliminarMuy ocurrente este micro, Diego.
Un abrazo de Mos desde la orilla de las palabras.
Un micro muy interesante, y es que cuando nos obsesionamos con algo...
ResponderEliminarUn beso grandote querido Diego.
Jajajaja, muy bueno Disancor.
ResponderEliminarPensaba en los conejos que iba a llevar a casa.
Me has hecho reir :-)
Saludos y besos