Escena de un 24 de
diciembre de 1973 en la calle San Francisco de Villanueva de la Serena. Tiempos
de coches 600, de guardias urbanos y de aguinaldos navideños. Y para darle más
realismo al recuerdo de la época, se completa el decorado con la fachada
lateral del viejo matadero.
¿Habrá aguinaldo este año?. No sé yo, Diego. :):):):):):)
ResponderEliminarUn abrazo de Mos desde la orilla de las palabras.
Esta si que es buena. "El aguinaldo". Cuanto cariño se ponía en estos detalles. Creo que ya no existe, una pena hemos matado la ilusión. Tu me das si yo te doy. Uff. Me ha encantado la imagen.
ResponderEliminarBss y buen finde
Mi padre también lo pedía y sacaba un buen dinerito no creas. Esa costumbre ya se perdió, pero las personas eran muy generosas por aquellos tiempos.
ResponderEliminarBuen finde Disan, mil besos.
La imagen me parece extraída de una película de Paco Martínez Soria o Pepe Isbert.
ResponderEliminarEl aguinaldo no solo lo piden los "profesionales", en los últimos tiempo es muy usual que un coro de niños desentonados se aborden en cualquier lugar (calle, trabajo, casa...) y te deleiten con sus cándidad voces a cambio de una propina. Si se les da menos de un euro, arrugan la cara estos pequeños aprendices de ¿aprovechados?
Un beso.
¡Un seiscientos! Mira que no encajan nada en los cánones estéticos actuales, pero ¡no me digas que no son bonitos! No hace muchos días vi uno circulando. Tenía la pintura impecable. Daba gusto verlo :)
ResponderEliminarPor accidente, al ir a publicar un comentario tuyo, se me ha borrado. ¡Trato de recuperarlo en el correo!
Besos
Esos seiscientos que llenaron páginas de convivencia en familia y en la sociedad, en general.
ResponderEliminarMuy buena la Entrada.
Un abrazo.
Bueno, ya por lo pronto, le han quitado la paga extraordinaria de Navidad a los funcionarios, tampoco hay tantas comidas de empresas, y las cestas, es una costumbres en vía de desaparición. Al final sólo nos quedaran recuerdos, como el de los aguinaldos.
ResponderEliminarMos, un abrazo.
ResponderEliminarHace muchos años, cuando había en las poblaciones guardias de tráfico, los conductores tenían la bonita costumbre de obsequiar al guardia con artículos propios de Navidad el mismo día de Nochebuena.
Katy Sánchez, un beso.
El aguinaldo era otra de las cosas que te hacía recordar que estábamos en Navidad. La estampa del guardia urbano rodeado de botellas de bebidas y turrones, era muy propia del día de Nochebuena. Hasta la solidaridad ha cambiado.
ResponderEliminarion.laos, un beso.
Por los elementos que componen la imagen, se puede adivinar los muchos años que tiene. La verdad que se asemeja a aquellas viejas películas en blanco y negro. Ya no existen esos guardias, ni esos coches tan pequeñitos y tan utilitarios, ni tampoco el aguinaldo. Esperemos, al menos, que quienes regulan el tráfico puedan cobrar la extraordinaria de Navidad.
ResponderEliminarDaniela Haydée, un beso.
ResponderEliminarEl 600 era un encanto de coche. Aun hoy se ve alguna de esas piezas de museo rodando orgulloso por las calles, y la verdad, emocionan más que desentonan entre tanto modelo moderno.
María, un beso.
Sin prisas el 600 llegaba a su destino, y emocionaba ver salir de su interior niños, abuelos y padres un poco arrugados, pero felices del viaje. Y es que no había coche más familiar que uno de esos utilitarios.
ResponderEliminarPedro Luis López Pérez, un abrazo.