Los hombres pensando
o contando sus historias y los niños ocupando la calle con sus imaginarios
juegos de aventuras y héroes. Estas son escenas de la apacible vida de los
pueblos, hasta que los coches empezaron a llenarlo todo. A ponerle ruidos al
silencio, hacer peligroso el juego e imposible las tertulias entre amigos
sentados en el suelo.
Así era la calle
Zalamea de Don Benito hace más de cuarenta años.
Me recuerda a un barrio, cualquiera , de los pueblos de las afuera de Buenos Aires. Paz y juegos en las calles, hoy, eso no existe.
ResponderEliminarmariarosa
Puede que llevase razón quien aseguraba que cualquier tiempo pasado fue mejor.
ResponderEliminarDesde luego, yo estoy por asegurar que no cambio mi niñez de juegos por los de ahora.
Mi barrio madrileño de Lavapiés, ya no le conoce ni la madre que le parió. Por estas fechas se empezaba a respirar el aire de las acacias en flor y hoy se respira un mal tufillo de gente llegada como una temible invasión. ¡Sálvese quien pueda!
Pues si que es una escena tranquila, esos niños jugando dan una paz increíble... oye que esos niños si ven tu blog se pueden reconocer, les encantaría fijo.
ResponderEliminarEspero que estés pasando una semana santa tranquila y feliz.
Besitos.
Ahora te vas a los parques, pero no, no es lo mismo ni de lejos, los niños juegan con las maquinitas, ni peonza, ni cuerda, ni hula-hop, ni ná.
ResponderEliminarTotalmente de acuerdo con Conde Vela, mis abuelos vivieron allí toda su vida y ahora pasas con miedo.
Besos Disan.
Otros tiempos, qué no volveran jamás, querido Disan!
ResponderEliminarAmigo, estoy pasando para terminar con la anõranza que tenia de ti y desearte unas Felices Pascuas.
Aunque no venga visitarte con frequência, sabes que no te olvido y siempre estás en mí corazón,Disan.
Un beso y fuerte abrazo, con mis mejores deseos.
Janita
En todo el mundo, en tú país y en el mío, ha dado un enorme vuelco la vida. Cambiaron sus condiciones y se modernizaron hasta las cosas y los pueblos más modestos. La vida es la que sigue siendo muy complicada para muchas personas.
ResponderEliminarMaría Rosa Giovanazzi, un beso.
Recuerdo el Madrid de 1959-60, porque pasé ahí más de un año-, y llevas razón, no solo como ha cambiando tú ciudad, sino que la vida, en general, es muy distinta. Quizás por esa gran diferencia, y que éramos jóvenes, se recuerde con mucho más cariño y añoranza el pasado.
ResponderEliminarConde Vela, un abrazo.
ResponderEliminarBueno, esperemos que se reconozcan y se lleven una alegría. Escena como la de la foto ya no son posibles ni en los pueblos más pequeños, porque no faltará algún coche que rompa la tranquilidad y la armonía de la calle.
campoazul, un beso.
Es cierto, ahora las calles no son ni tan tranquilas ni tan seguras como lo eran antes. Y tal y como esta la vida, es normal que los mayores caminemos con miedo y los niños hayan tenido que cambiar la zona y los juegos.
ResponderEliminarion-laos, un beso.
ResponderEliminarPara mi ha sido una gran alegría que me hayas hecho el regalo de Pascuas de tú agradable visita, pues, la verdad, aunque no te comente, no me olvido de tí. Y deseo que estos días festivos de Semana Santa los hayas tenido muy felices con tú familia y amigos.
Janita, un abrazo.
Hola Disancor, que tranquilidad se respira en esa foto. Muy buena la toma.
ResponderEliminarBueno los tiempos cambian y el progreso es lo tiene que hay más bullicio y todo es más rápido.
Todos los cambios en la vida son necesarios para que vayamos avanzando aunque estos, nos traigan quebraderos de cabeza.
Saludos y un abrazo fuerte
Espectacular imagen de nuestra calle, calle Zalamea. En ella se puede ver el montón de leña que asiduamente tenía mi abuelo en la puerta. GRACIAS por enseñarnos cómo vivían nuestro antepasados. Y ENHORABUENA por todo este trabajo tan bien hecho. VERÓNICA GIL SÁNCHEZ.
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