domingo, 28 de febrero de 2010
EL TORO
Era un toro, ni azabache ni negro, era un toro bravo con muy malas intenciones, que hurgaba la tierra con sus pezuñas y embestía con rabia el pobre chaparrito, donde nos entrábamos los dos aprendices de torero. Embestía y miraba para arriba, el muy cabrón, esperando que cayera el fruto. Y nosotros agarrados en un fuerte abrazo a aquellas ramitas. Volvía a escarbar la tierra, tomaba un poco de carrera y embestía de nuevo. De cuando en cuando se tomaba un descanso tumbándose a la sombra del chaparro-encina. Él tenía mucha paciencia y nosotros mucho miedo. Y nosotros allá arriba buscando soluciones para bajar y que no nos viera el toro, ¿pero cómo? Si aquel bicho no nos perdía de vista. Y así nos tuvo todo el día. A la caída de la tarde apareció un hombre a caballo y espantó al toro. A cambio tuvimos que aguantar la guasa, el cachondeo y la risa que le produjo la aventura. Y eso que no le contamos que para llegar antes a nuestro destino nos habíamos tirado de un tren en marcha. Que atravesamos una alebrada desconocida y un toro pintado corrió a darnos la bienvenida. Nosotros, ni toreros ni aficionados, sin un pensamiento en la fiesta, fuimos toreados por toro y ganadero. Nuestros trajes de luces eran los uniformes de soldados.
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Animalico...!
ResponderEliminarABRAZO_INMENSO, Dis!
Male.
(Y te cambio una rosa x una :)!
Un texto muy bien escrito. Un microrelato que con pocas palabras, expresas con riqueza, lo que querias contar.
ResponderEliminarTe felicito
Un gusto leer este relato. Nunca sabemos lo que puede suceder. Y este toro si que era terco y salvaje. Beso, cuidate.
ResponderEliminarJa,ja,ja!!! Menudo día que debistéis pasar! menos mal que ahora lo recordarás con una sonrisa dibujada en tu cara.
ResponderEliminarUn abrazo
Ut
Pues, acepto la rosa y tú sonrisa, y te mando otra, porque al rosal de mi imaginación no se le agotan.
ResponderEliminarLo del toro nos pasó en una finca de un pueblo de Sevilla. Los toros son bonitos, pero tienen muy mala leche.
Malena, mis mejores deseos y un beso.
Pequeños episodios que me han ido ocurriendo a lo largo de la vida. Lo que cuento son hechos reales, soy muy viejo y ya no me queda imaginación para inventar nada.
ResponderEliminarMi recompensa esta en que te haya gustado el relato. Gracias.
Maripaz Brugos, besos.
De joven somos muy inconscientes, pues, mira que menternos en una finca de toros bravos. Locuras de juventud. Pero es bonito buscar entre los recuerdos historias que hoy nos hacen sonreir.
ResponderEliminarPoetiza, un beso.
El día no fue muy divertido que digamos, pero, mirándolo por el lado bueno, al menos, al ganadero y a nosotros nos quedó algo para contar, aunque el toro sufriera una gran frustración.
ResponderEliminarUt,un abrazo.
Pobre toro... jajjaja, si lo tendríais ahí austado al pobre.
ResponderEliminarBuen relato o realidad.
Un abrazo.
¡¡Que aventura!!
ResponderEliminarmuy buen relato, imagino el momento y el miedo.
mariarosa
Pobres!! os imagino allí amarrados como podíais al árbol, que miedo por diosss!!
ResponderEliminarUn beso gordo