TESTIGO DEL PASADO

Repaso fotos antiguas y veo más personas muertas que vivas. Parientes, amigos, compañeros, vecinos o, simplemente, conocidos, que uno tras otro fueron desapareciendo. Y siente uno la nostalgia de las personas que nos abandonaron y de su tiempo, aquel tiempo que compartimos, y aquellas cosas que fueron, y están hoy desaparecidas. Y, así, poco a poco, nos irá llegando el turno. Quisiera tener el poder para detener el tiempo. No lo tengo, pero sí tengo la magia de recuperar del pasado imágenes en papel viejo, aunque no tengan sonido ni movimiento, cosas que pondrá la memoria y los deseos.

Mientras contemplamos escenas de fotos sentiremos como si no se hubiera movido nada, y es porque también nosotros vivimos en aquel escenario, nos alumbró la misma luz y respiramos el mismo aire. No somos ajenos a aquellos recuerdos. Ni tan lejanos que se hayan perdido en un tiempo muy anterior al nuestro, ni tan cercano que no hayan madurado en la memoria. Todavía sentimos como florece una sonrisa, como acaricia una mirada, como una cara se esfuerza en darnos un mensaje desde el fondo de una vieja foto. Y los jóvenes que empezaron su andadura por la vida cuando ya las imágenes estaban amarillas, atenderán las explicaciones y se dejarán guiar por alguna de esas personas que sí estuvieron delante del objetivo de la cámara de fotos, esa que inmortalizó algún instante del narrador de historias silenciosas, de personajes contemporáneos o de cosas diferentes. Mientras quede vivo un solo protagonista de la escena, habrá la mejor conexión entre el pasado y el presente. El fotógrafo no forma parte de la imagen, pero no se podrá negar que estuvo presente en el acto, y como autor y notario del acontecimiento, puede dar fe que todo lo que nos ha llegado es cierto.-

Me da miedo olvidar detalles de las fotos. Esas instantáneas arrancadas a la realidad del momento. Cada una de ellas es un cachito de historia del fotógrafo y de su entorno más próximo. De vivir el milagro de ver aparecer en un papel, muy lentamente, la imagen en un baño revelador y bajo una lámpara roja. Ocurrieron muchas cosas antes de concluir el proceso, y pasaron muchas más para llegar hasta esta exposición permanente, que aprovecha los avances de las nuevas tecnologías, sin que la imagen en blanco y negro pierda su esencia de nostalgia y recuerdo.. Estoy seguro que ha valido la pena el esfuerzo.

Aquí no se encontrarán obras de arte, sólo son documentos gráficos. No sé hacer arte, sólo sé arrancar recuerdos al tiempo.