lunes, 25 de febrero de 2013

MICRORRELATO



Así pasó y así lo cuento.


Parecía como sí la carretera acabase en las luces del pueblo. De pronto se iluminó la noche con los destellos luminosos de un Puticlub de carretera. Lo miré desde la ventanilla del autobús, y comenté con mi compañero de asiento que el local se veía muy pequeño. Mi compañero, en una reflexión profunda, contestó: ¡Bueno, con que quepa el pito!

11 comentarios:

  1. jjajaja, profunda reflexión del compañero.

    saludos.

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  2. No era muy fino tu amigo, pero en esos lugares es lo que se hace.

    mariarosa

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  3. Jajajajaja. Eso es tener una neurona en condiciones, sí señor! jajajaja.

    Gracias por las risas Disan!

    Besos mil!

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  4. Jajajaja, bueno, el hombre dijo lo que primero se le ocurrió jajajaja

    Gracias por hacerme sonreir.
    Saludos y un abrazo

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  5. Me ha entrado la risa. Que buan respuesta,. Parece un chiste. Si es que la realidad supera cualquier ficcion. Para contarlo.
    Bss y buena semana

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  6. Es cierto, por lo serio que dijo lo que dijo, me dio la impresión que le costó mucho hacer una reflexión tan ocurrente y tan profunda. En principio ni siquiera me entró la risa.
    Amapola Azzul, un saludo.

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  7. La expresión no fue muy elegante ni muy académica, pero eso sí, utilizó la palabra que mejor conocemos todos, por lo menos, a nivel de calle entre los españoles.
    María Rosa Giovanazzi, un beso.

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  8. Fue una de esas cosas que se dicen sin pensar, y que hasta hacen gracia cuando se piensan, y algunas ni siquiera es elegante contarlas. Confieso que hasta yo me lo pensé un poco antes de darle a publicar.
    ion-laos, un beso.

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  9. Bueno, pues, si la ocurrencia te ha provocado una sonrisa, bien ha valido la pena publicarla. Hubo un tiempo que empecé a guardar estas cosas con gracia, pero ya no me acuerdo de nada, y me vendrían muy bien para escribir socorridos microrrelato.
    Isa, un abrazo.

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  10. La verdad que en el día a día ocurren cosas graciosas, lo que sucede es que nos pasan desapercibidas, o tal vez no nos atrevemos a contarlas. Mi compañero de autobús, no hay que negar, estuvo de lo más ocurrente.
    Katy Sánchez, un beso.

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  11. Sinceridad ante todo, Diego.
    Sí que le pareció pequeño a tu compañero de viaje, sí.
    Un abrazo de Mos desde la orilla de las palabras.

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